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Un viaje a Trump

Un viaje a Trump

El modo en que Trump pisará Reino Unido aún se mantiene en la incertidumbre, y el debate, qué agradable, al menos para el mitómano británico y extranjero, no cesa. En el Parlamento, los diferentes grupos políticos discuten y proponen las diferencias y las cercanías, escasas estas últimas. En una tónica similar, las calles que rodean al parlamonumento –apodo a ese edificio que es mezcla de órgano político-burocrático y símbolo de la nación- acogen a los manifestantes, los cuales protestan en contra de la llegada del presidente de los Estados Unidos de América, país con el que los británicos guardan tantas vinculaciones históricas y, digamos, culturales. No quiere decir esto, en absoluto, que las relaciones diplomáticas entre Reino Unido y EE.UU. hayan alcanzado la discrepancia de la genial, por literaria, no por apetecible, distopía de Alan Moore. Remember, remember…

Irracionales y anormales

Irracionales y anormales

Entre las múltiples asociaciones que existen en España, hay una dedicada a convencernos de que tenemos que cambiar nuestros horarios. El New York Times publicaba un artículo bajo el título “Spain, land of 10 p.m dinners, asks it it’s time to reset clock”.

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