La verbena del pueblo
En unas horas de música, las orquestas de la verbenas hacen bailar a todas las generaciones de un pueblo que se echa a la plaza año tras año, unidos por la música, la comida, la bebida, la fiesta. Para muchos las verbenas de los pueblos resultan anacrónicas, cañí, otra extravaganza más de la España de la pandereta, y seguramente tengan algo de razón. Pero debe haber algo atávico en todo esto que nos lleva a volver cada verano a bailar el Sarandonga al aire libre, en las calles y plazas y entre los vecinos que nos vieron nacer y crecer, y disfrutar y reír rodeado de los nuestros. En verano, España es un pueblo en fiesta.