Un fósil de 550 millones de años da pistas sobre los primeros movimientos de animales
El Yilingia spiciformis es una especie de gusano segmentado y sería «uno de los animales móviles más antiguos»
El Yilingia spiciformis es una especie de gusano segmentado y sería «uno de los animales móviles más antiguos»
Ni las esponjas marinas ni el tiburón anguila: el animal más antiguo del mundo es Dickinsonia, una extraña criatura de 1,4 metros de largo, de forma ovalada y cuyo cuerpo estaba dividido en segmentos similares a un conjunto de costillas, según un estudio publicado este viernes en la revista Science. Las moléculas de una grasa hallada dentro de un fósil han confirmado que Dickinsonia habitó la Tierra hace unos 558 millones de años.
Unos paleontólogos de Museos Victoria y Philip Mullaly, un aficionado a la ciencia que buscaba fósiles en la playa, han descubierto en la localidad australiana de Jan Juc un conjunto de dientes fosilizados de un gigantesco tiburón prehistórico, el Carcharocles angustidens, que podía llegar a medir 9 metros y habitó los océanos hace unos 25 millones de años, han informado este jueves fuentes científicas.
Científicos británicos han descubierto en Israel los restos más antiguos de humanos modernos fuera de África. Este hallazgo aporta evidencias de algo que los estudios genéticos ya habían sugerido: que los humanos salieron de África unos 50.000 años antes de lo que se pensaba.
Se cree que la enorme huella perteneció a un titanosaurios, un dinosaurio herbívoro de cuello largo al que los investigadores estiman un tamaño de 30 metros de ancho y 20 de alto. El hallazgo ha sido posible gracias a al trabajo en conjunto de paleontólogos de la Universidad de Ciencias de Okayama y la Academia de Ciencias de Mongolia, quienes a través de un comunicado al que ha tenido acceso The Guardian han informado: «Este es un descubrimiento muy raro, ya que es una huella fósil bien conservada que mide más de un metro de largo». Debido a la importancia del hallazgo y la «pista» que supone para encontrar más restos en la zona, el equipo está buscando posibles restos del dinosaurio en la zona. El pasado mes de julio, otro grupo de paleontólogos, esta vez en Bolivia, hallaron la huella de un gran depredador del Jurásico, pero ni si tamaño ni estado de conservación alcanzan las de este nuevo descubrimiento en el Gobi.
El descubrimiento ha sido posible gracias a un equipo de expertos procedentes de Australia, encabezado por Allen Nutman, de la Universidad de Wollongong, quienes han publicado los detalles acerca de su hallazgo en un artículo en la revista Nature. Según resume Nutman, “estamos ante el registro biológico visible más antiguo del planeta”, ya que hasta ahora las únicas pruebas de vida en esta época “se basaban en isótopos de algunos elementos (en las rocas), sobre todo carbono y hierro”. Estos fósiles, de entre uno a cuatro centímetros, han sido hallados en piedras metamórficas de Isua, al suroeste de Groenlandia y superan por 200 millones de años a los que hasta ahora eran los fósiles más antiguos hallados en el planeta, unas estructuras estromatolíticas que databan de 3.500 millones de años de antigüedad y que habían sido descubiertas en Warrawoona (Australia). Según recoge El País, Abigail Allwood, investigadora del la NASA, asegura que «si realmente estas son las tumbas figurativas de nuestros primeros ancestros, las implicaciones son asombrosas”.
Los pterosaurios son un grupo extinto de reptiles voladores que vivieron durante la mayor parte de la era del Mesozoico, entre hace 66 y 250 millones de años. La neuroanatomía pterosaurio es conocida sólo por unos pocos restos conservados en tres dimensiones y, hasta ahora, no había información sobre las formas intermedias. Por lo tanto el presente descubrimiento proporciona nueva información relacionada con el origen, el modo y la evolución de esta especie de reptiles voladores.
Después de someter el fósil, que fue hallado en Etiopía en 1974, a tomografías computarizadas, el paleoantropólogo John Kappelman, quien dirigió el equipo de investigadores, llegó a la conclusión que Lucy habría caído de pie, estirando sus brazos en busca de intentar frenar el impacto. “Un suceso de deceleración vertical y un impacto desde una altura considerable, que produjo fracturas compresivas y torsión en múltiples piezas óseas”, apunta el estudio como las causas de la muerte. Si, por un lado, bajar de los árboles permitiría cientos de miles de años después a los seres humanos conquistar la tierra; por el otro, abriría las puertas a pensar que aquellos homínidos estaban más propensos a caer al ir perdiendo la capacidad de trepar.
Aunque el fósil fue descubierto en los 80, ha sido ahora cuando nuevas técnicas han permitido realizar un análisis más preciso de la pieza, que fue hallada envuelta en mineral de hierro. El estudio añade un eslabón más a la cadena evolutiva de las arañas. Las imágenes en 3D de este arácnido sugieren que este bicho no tiene el abdomen abultado sino en forma de cola como el de un escorpión. La evolución de estos animales conllevó la pérdida de ese abdomen, el desarrollo de colmillos y extremidades y aprendió a tejer. Los científicos concluyen que lo más probable es que sea uno de los parientes de la araña sin ser una verdadera araña.
Su cuerpo fusiforme con aletas recuerda a los calamares, su piel es parecida a la de peces o reptiles, y sus ojos son como los de los caracoles. Este cóctel de características ha desconcertado a los expertos durante décadas. Tras analizar más de 1200 fósiles, los científicos aseguran que, gracias al hallazgo de una espina dorsal rudimentaria, el Monstruo de Tully es un vertebrado.
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