La Gestapo de la lengua
«El supremacismo que se esconde detrás de tanta norma lingüística parapolicial es preocupante. Faltan políticos audaces y sobran espías de patio de colegio»
«El supremacismo que se esconde detrás de tanta norma lingüística parapolicial es preocupante. Faltan políticos audaces y sobran espías de patio de colegio»
«Y caigo en la cuenta de que ese nazi que inspecciona las viviendas de un barrio de Praga vive dentro de mí»
Francia, en la primera mitad del siglo XX, es un vivero de singularidades artísticas. Una de ellas, de gran repercusión en su entorno, la representa el poeta Max Jacob, amigo y protector de Picasso, mentor y modelo de Edmond Jabès, a quien, según él, Jacob le enseñó a enfrentarse con su errante identidad a través de su escritura.
Una estela erigida en Lyon en memoria a 44 niños y siete adultos -educadores- judíos deportados tras la redada de Izieu por la Gestapo en 1944 «ha sido profanada», tal y como ha denunciado la Asociación de Hijas e Hijos de Deportados Judíos de Francia (FFDJF) a la agencia AFP.
Gris o luminoso Franz Kafka fue singular y neurótico, en pocas palabras: un individualista con una inmensa correspondencia.
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