Del Kursk a nosotros
«He comprobado que lo anómalo de la situación había formado dos grupos distintos: en uno se escribía sin parar; en otro, no»
«He comprobado que lo anómalo de la situación había formado dos grupos distintos: en uno se escribía sin parar; en otro, no»
«Como reconoció el hijo de Hemingway, Patrick, ‘La quinta columna’ no es precisamente un ‘Ricardo III»
Siempre habrá una excusa para vetar, y ese veto es tan arcaico como real. Reflexionamos acerca de la censura en la literatura.
El que acepta que este mundo que vivimos no está hecho de unos y de ceros, que su dimensión más real no es la de que describen los científicos o enciclopédicos, sino precisamente la espiritual, aquella hecha de historias (humanas, personales, universales) y metáforas y sensaciones.
La literatura fue la historia de amor que Philip Roth abordó con mayor fortuna. Pero mucho antes de aquello, antes de los reconocimientos y los cheques grandes y las palmadas en la espalda, Philip Roth soñó con ser jugador de béisbol. Hay un viejo artículo que escribió en The New York Times donde cuenta esta aventura infructuosa entre la lágrima y la carcajada. El pequeño Roth, que creció en un barrio de Nueva Jersey, le dedicaba cuarenta horas semanales “en los meses sin nieve” y sin embargo era torpón e impreciso, un jugador más bien físico, y nunca logró introducir la duda en sus entrenadores, que le invitaron formalmente a ocupar su tiempo en otros asuntos.
Cuando Hemingway vino a España para hacer una serie de reportajes sobre la guerra civil, fue a solicitar información a Edward Knoblaugh.
Las piezas serán utilizadas para completar la primera etapa de la instalación del lugar de conservación, que estará concluido en la primavera de 2017, ha afirmado Mary-Jo Adams, directora de la Fundación Finca Vigía, con sede en Boston, que recaudó casi 900.000 dólares para el proyecto. De esta manera, una colección de aproximadamente 5.000 fotografías, 10.000 cartas, miles de notas al margen de cerca de 9.000 libros, e incluso cañas de pescar y cabezas disecadas de animales africanos tendrán un mejor cuidado después de haberse deteriorado excesivamente desde los años de la Guerra Fría entre Estados Unidos y Cuba. La mayor parte de estos artículos está almacenada en el sótano «infestado de termitas», en una casa de huéspedes de la finca mencionada, pero todo será trasladado a la nueva instalación lo más pronto posible, ha concluido Adams.
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