En los últimos y convulsos meses de la actualidad internacional, con grandes eventos como el referéndum del Brexit en el Reino Unido y las elecciones presidenciales que en Estados Unidos enfrentaron a Donald Trump y a Hillary Clinton, una fórmula inesperada de ‘prensa ficticia’ ha aparecido inesperadamente: las fake news o noticias falsas. El periodismo de calidad, veraz, objetivo y con fuentes contrastadas ha sido un pilar fundamental en los grandes momentos clave de la Historia de los últimos dos siglos. Un pilar que ahora se tambalea. Internet ha abierto, sin duda, el conocimiento a escala global, democratizando así el acceso a la información en todo el mundo. Esa democratización, en su vertiente negativa, también ha facilitado la propagación de noticias falsas que pueden llegar a penetrar en la opinión pública.