El pasado de Crivella como destacado miembro de la Iglesia Universal del Reino de Dios ha protagonizado la campaña electoral. Crivella, ingeniero, escritor, obispo evangélico y cantante de góspel -con 14 discos editados-, es sobrino del obispo Edir Macedo, fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios y propietario de uno de los canales de televisión más importantes del país. Cuando era misionero de esta Iglesia llegó a asegurar que el cristianismo «predica doctrinas demoníacas» y que otras religiones, como el hinduismo y las creencias africanas, albergan «espíritus inmundos». A esto se suman declaraciones que incluyó en un libro sobre su época de misionero en África en las que declaró que la homosexualidad es una «conducta maligna» y un «mal terrible», y en 2012 insinuó que los gays, como los narcotraficantes, podrían ser el resultado de «intentos de aborto». Durante la campaña, Crivella llegó a excusarse de todas estas polémicas manifestaciones argumentando que cuando escribió el libro era un «inmaduro», aunque lo hizo cuando tenía 42 años.
El polémico senador conservador tendrá que demostrar ahora si efectivamente está preparado para gobernar una ciudad donde más de 20% de sus 6,3 millones de habitantes vive en favelas, con uno de los mayores índices de violencia del mundo y graves deficiencias en servicios básicos, como transporte, sanidad o educación.