Un tribunal boliviano declara inconstitucional las bodas trans
El texto de la resolución judicial indica que el cambio de identidad «no significa el ejercicio absoluto de los derechos fundamentales».
El texto de la resolución judicial indica que el cambio de identidad «no significa el ejercicio absoluto de los derechos fundamentales».
Hacía mucho que en este país no se actualizaban con tanto furor las páginas de los periódicos en busca de información política. Las proezas de los próceres del procès lo han conseguido. Desde que en aquellos dos días de septiembre “Transitoriedad” y “Referéndum” se convirtieran en las palabras mágicas que, como una invocación chamánica, desataron la tormenta, todo han sido rayos y truenos.
En una primera instancia, una mención podrá ser agregada en los documentos oficiales de «personas que no se identifican como mujeres (+F+) o como hombres (+M+)»
Un grupo de supremacistas blancos convocó una manifestación contra la retirada de una estatua del General Robert E. Lee en la ciudad de Charlottesville, Virginia. Es la ciudad en la que Thomas Jefferson construyó Monticello. Hubo una contramanifestación, convocada en parte por grupos no menos totalitarios, y el intercambio de argumentos se saldó con la muerte de una mujer. Ahora, la Universidad de Tejas retira los monumentos a los confederados. Ya se sabe, la historia la borran los vencedores. Pues de eso se trata. De reducir la historia a un conjunto de sloganes, vincularlos a unos símbolos, y borrar con ellos lo que quede del relato compartido del pasado. No sólo eso, sino que borran los símbolos en los que una parte de la sociedad puede verse reflejada.
“Cada generación que ha despuntado a lo largo de la historia ha tenido un objetivo político y social o, simplemente, la intención de ocupar el poder”. Así comenzaba el controvertido artículo que Antonio Navalón publicó en El País hace tres semanas contra los llamados millennials, etiqueta más o menos asumida, dicho sea de paso, en medios de comunicación y en el debate público en general.
Como ocurre con la gran mayoría de seres humanos, la piel de Angelica Dass, no es rosa. La suya es de color 7522C, y de esta aparente insignificancia nació una reflexión que hoy expresa mediante Humanæ, el mayor inventario cromático de los diferentes tonos de piel humana de la historia…
Cuenta la leyenda que el día del Juicio Final Jesús descenderá del Cielo y desde lo más alto de uno de los minaretes de la Gran Mezquita de los Omeyas de Damasco proclamará el advenimiento del Reino de los Cielos y el fin del mundo tal y como lo conocemos. Puede que para muchos sirios el fin del mundo comenzara hace ya seis años, un 15 de marzo de 2011, cuando el conflicto estalló en el país. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (Osdh) ha asegurado que desde entonces 321.358 personas han muerto y 145.000 están desaparecidas. De todas ellas, más de 96.000 eran civiles.
Se trata de las primeras detenciones relacionadas con el atentado, que dejó 39 muertos – 27 de los cuales eran extranjeros – y 65 heridos, aunque la policía mantiene un amplio operativo para localizar al autor de la masacre. En este sentido, el diario Hürriyet ha publicado que las autoridades siguen la pista del Estado Islámico y que el asesino podría ser oriundo de Kirguistán o Uzbekistán. Tras la matanza, el atacante se cambió de ropa y huyó.
El ministro del Interior, Suleyman Soylu, aseguró el domingo que se estaban llevando a cabo intensas operaciones de búsqueda y que el autor sería «capturado rápidamente». Según algunos medios, los investigadores estiman que el asaltante podría estar vinculado a la célula que cometió el triple atentado suicida del aeropuerto Atatürk de Estambul, que en junio pasado dejó 47 muertos, atribuido por las autoridades a Daesh.
Todos comparten una característica: están convencidos de que La Verdad es la suya y que todo el que no piense como ellos ha venido al mundo para estorbar. Si leen, lo hacen para constatar que tienen razón y para todo tienen una opinión y una queja. Ellos apenas cambian con los años, solo se radicalizan.
Hay que hablar más, y en serio, de la auténtica Europa que se nos muere, de lo que ha sido, de lo que debe ser y de lo que significa. Como Europa, España sufre crisis de identidad.