Ignacio González

La casa de oro

La casa de oro

Cuando finalmente una conspiración acertó con el precio del pretoriano, el recuerdo de Nerón era tan odioso que, según la tradición, se decretó la damnatio memoriae: la cancelación de su memoria en discursos y monumentos. Un fenómeno que parece congénito al ejercicio desvergonzado del poder: el de la caída en desgracia. Como si todo aquel que pretenda disponer para sí de la casa de oro haya de recorrer, antes o después, el camino que lleva del pedestal al cadalso.

Aguirre por toda la eternidad

Esperanza Aguirre lleva yéndose desde el San Valentín de 2016. El día en que la Guardia Civil irrumpió en primera de planta del 13 de la calle Génova de Madrid, Aguirre decidió ir yéndose, anunció su dimisión como presidenta del PP de Madrid, asumió “la responsabilidad política de todos esos años” y emprendió un largo adiós en el que lleva ocupada un año y dos meses.

La ciénaga del PP y las amenazas a las “zorras”

Siempre es el penúltimo capítulo. Queda mucha porquería por salir a flote, pero los desagües del asunto del Canal de Isabel II, la detención de Ignacio González y algunos de los suyos, evidencia el grado de indecencia que anida en buena parte de la dirigencia popular instalada en el poder al abrigo de José María Aznar y Esperanza Aguirre, y abre la espita a una derivada hasta ahora inexplorada, pero que puede ser un filón: el papel de algunos medios de comunicación que se la vienen mamando al PP desde hace años con entusiasmo digno de mejor causa.

El valor de liarla parda

El valor de liarla parda

Salir a la calle funciona. En una sociedad extraordinariamente mediatizada, las movilizaciones y campañas callejeras movilizan a cada vez más ciudadanos hartos, cansados y sin más maneras de demostrar su descontento que el juntarse con otros que quieren mostrar lo mismo.

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