«Este es el mundo del coronavirus. Ya lo conocíamos. Se ha vuelto más despiadado y crudo.»
La imagen de unos niños indios sentados en círculo con unos papeles en la mano habría pasado desapercibida para mí si no hubiese tropezado con la mirada intensa de los ojos de uno de los reporteros. Por otro lado, el hecho de titular la noticia de ese modo extraño, mediante el uso de la palabra extranjera “balaknama”, ayuda a atrapar la atención de cualquier lector. Así que sigo leyendo y me entero de que los papeles de la fotografía son hojas de un periódico de ocho páginas editado por ellos mismos.
La imagen tiene una enorme carga simbólica. Una mujer arrastrada por el duro asfalto de una calle cualquiera de la India. Sucede en una manifestación de protesta y es un policía quien tira de ella. Pero cada día le sucede a miles de mujeres allí, que las humillan, las maltratan, las dañan, las golpean, las venden, las masacran. Y según las estadísticas, en 2015 fueron violadas cada día 93 de ellas. Buena parte de quienes fueron obligadas a hacer sexo sin su consentimiento y con violencia eran niñas, y un 95% conocían a sus agresores. Es escalofriante, pero real como la vida misma.
Sí, un maestro, alguien que enseña, y sobretodo enseña lo que no está en los libros, y lo hace por vocación y entrega, porque sino no veríamos ésta increíble foto.
No puedo dejar de mirar esta imagen. Me atrapa y no sé qué es, si lo que se ve o lo que no se ve. Rojos, dorados, henna, joyas, India y una mirada en busca de refugio, huida o venganza, quién sabe, quizás todo.
El simple hecho de que en la actualidad aún asistamos a situaciones y sociedades humanas como las que permiten la violación en grupo y el sometimiento de la mujer a ridículos rituales de purificación habla bien a las claras de que el salvajismo y la barbarie persisten
Malditas sean estas cifras, porque siguen engordando sin control y porque siguen siendo solo eso, cifras que reflejan una realidad cada vez más alejada de lo que las mujeres turcas, indias, y de cualquier parte del mundo, merecen.
Desde que Stéphane Hessel publicara en 2010 su libro Indignez-vous! parece haberse producido un cambio de mentalidad social en todos los países del mundo.
¿Que? opciones nos dejan a los consumidores si no queremos participar de la explotacio?n que personas de nuestro mundo dirigen hacia nin?os, mujeres y hombres indefensos de mundos lejanos?