
izquierdas


Por qué ser monárquico es (lo más) racional
«Lo mínimo que podemos pedirle a la política es que facilite, y no dificulte, la vida entre los humanos»

El caso en contra de la izquierda
Venezuela se ha convertido en una papa caliente para la izquierda política.
Es un caso embarazoso, incómodo. A pesar de que ser de izquierdas es un
significante vacío y el término nacido del lugar en que se sentaron los diputados franceses con respecto al presidente de la Asamblea Nacional Constituyente del 14 de julio de 1789 ha perdido todo sentido en los tiempos contemporáneos, una especie de atonía o inercia intelectual hace que la gente de izquierdas se vea a sí misma como progresista.

La izquierda de las naciones
El PSOE de Pedro Sánchez compró el relato de Podemos e Izquierda Unida de que el partido no es suficientemente de izquierdas, en lugar de controlar el discurso y determinar qué es ser de izquierdas en el siglo XXI. Ser de izquierdas en el siglo XXI casa difícilmente con una declaración del país como plurinacional. España es multicultural y diversa. Tiene diferentes lenguas. Un Estado moderno debería respetar las diferencias y fomentar su reconocimiento sin mencionar naciones históricas ni atavismos.

El españolito cachondo
Obama se ríe en la foto de sí mismo y su política. Rajoy se ríe de cada votante que se creyó que no subiría los impuestos, que no habría recortes. Si hay alguien que debería estar indignado en este país, no es el votante de izquierdas, sino el de derechas.

Ideologías
Las ideologías existen para ayudarnos a saber qué pensamos sobre cosas sobre las que no sabemos qué pensamos. Si mi partido piensa esto, seguramente yo pienso lo mismo