Que viva el 8-M, dice Pdro
Sánchez se salva a sí mismo, a las mentiras de Marlaska y a su ‘enmierdamiento’ de la Guardia Civil, envuelto en el feminismo
Sánchez se salva a sí mismo, a las mentiras de Marlaska y a su ‘enmierdamiento’ de la Guardia Civil, envuelto en el feminismo
» En el Apocalipsis sostenido, con más muertos que en China, España ha encontrado una forma de encontrarse a sí misma y poner en sordina una guerra civil»
«Susana se arrepiente de haber sido hasta ayer mismo la musa (sic) de la conciencia socialista silenciada»
Jesús Nieto Jurado publica ahora sus memorias, aún en la década de los treinta, pero si cuentan un cuarto mitad de lo que ha vivido, bienvenidas sean
«El independentismo anda dividido, y yo que lo celebro»
Más de un millón de venezolanos han abandonado a pie sus fronteras en los últimos dos años para escapar de la miseria
Esa proyección de los papeles de Bárcenas en el cinexín de Carmena nos evoca vagamente a ‘Cinema Paradiso’ y son un buen ejemplo de que Podemos está ya para eso: para una reposición en un cine de verano
La Españita cobarde limita al Norte con los ‘separatas’ y al Sur con el podemismo. La Españita cobarde ni se cree ella misma, deja que los ‘indepes’ hagan y deshagan y es como una abulia primaveral. España se ha vuelto miedosa porque ha querido, porque ha despreciado cuanto ignora de dentro y de fuera, y por eso estamos como estamos.
Venezuela son las lágrimas secas de Karina Sainz, en su pisito de la plaza de Santa Ana cuando ve en qué quedó su barrio y su gente allá en Caracas: lágrimas cargadas de futuro. Venezuela es el caimán eterno y el fallo del sistema. Venezuela es la página errónea de la Historia, lo que pudo ser el referente y se convirtió en el enemigo del patio trasero.
Toda situación absurda conlleva un esperpento. Hay quien se pone estupendo y digno cerrando el paso a Vox. Hay tertulias en Madrid donde parece que han salido liberales debajo de las piedras. Los intelectuales de baratillo salen con su cordón sanitario, las cofrades de la procesión de la Vagina andan ahora de mantillas de luto. Se ponen estupendos muchos blanditos, autonomistas otros, porque quizá durante mucho tiempo han estado haciendo funambulismo -y carrera- en el momio de eso que dieron en llamar el Estado de las Autonomías.
Otegi ya es una víctima del sistema judicial español. Como lo fue el Lute. Una cosa igual o parecida; mientras uno robaba gallinas por los pueblos de España, el otro ya sabíamos lo que hacía. De sus pasados violentos no decimos nada, que ya vino el otro a recordarnos que Arnaldito es un hombre de paz.
A la vista está que, sólo por la denominación de los másteres que están en cuestión en este curso politico, la Universidad patria va cuesta abajo y sin frenos. A títulos rimbombantes se añade una escasa cualidad intelectual, y unas autoridades académicas que no parece que vayan a ser bendecidas con un Nobel.
Desde de la destitución de Julen Lopetegui y el ‘ordeno y mando’ de Luis Rubiales, que trajo el peor desastre que vieran los siglos, parece que han pasado milenios, pero sólo son ya estampas de un pasado tan reciente que aún escuece.
Twitter es un cambalache en el que están, estamos, todos; entre ellos, con mucha voz, los impresentables. El que más me irrita es Arnaldo Otegi.
Ahora que de las guerras del sorayato contra la generala tengo cumplida información por Forocoches, vuelvo a recordar la entrevista a Pedro Sánchez, así, con las ventanas abiertas y la claridad última que se perdía por los verdes campos al oeste del Edén/Madrid.
Del zapaterismo sabíamos que era una nube, una voluntad de nada, un paso lo que salga del Parlamento y después de los mercados con las ‘Zejas’ entre las piernas.
Yo pienso ahora en la memoria histórica de lo reciente; ahora que van a venir a reescribir el relato de las Vascongadas y a perdonarnos la vida. Yo soy tan raro que ni perdono ni olvido a los carlistones ultramontanos que mataban por la espalda. Ni perdono ni olvido porque aún huele a quemado y a muerto en Hipercor. Huele a infierno en la casa cuartel, en el nombre del pabellón que le dieron a un concejal que mataron por julio.
María Manuela, la de la copla de Rafael de León y la del progresismo, va y viene en el metro con lecturas que la redimen y la ilustran. Se ha radicalizado por dejación en los plenos.
España limita al norte con Operación Triunfo, al sur con los mensajes ‘guasapeados’ de Puigdemont, al centro tiene al frailuno de Estremera (Oriol), y en las alcantarillas linda con el sabio pueblo votante. La «masa crítica», que dicen los pensadores de diario.
No se me equivoquen. La fotografía que acompaña esta columna no es del ‘mayo francés’. No es París ni hay sueños nobles bajo el aguanieve belga. Es Bruselas llena de indepes y sus cuñados. No es tampoco una masa pidiendo el adiós a las armas de los terroristas. No esperen nada de eso: acaso vean ustedes que son gente de posibles aprovechando los festivos y con una excusa para visitar los mercadillos navideños. Anduvieron las redes colapsadas de guapa gente de Tarrasa ‘selfieando’ el histórico momento: patriotas por la democracia y una vuelta a Europa en Ryanair. Igual hay adoquines, pero lo que se ve es a 45.000 españoles de aldea y campanario que se conoce que no tienen nada mejor que hacer un jueves de diciembre. 45.000 catetos en la Eurocapital en busca de una pulmonía de vuelta a El Prat. Quizá no tengan nada mejor que hacer. Quizá sea una de estas imágenes que a los ‘Jordis’ (ese esperpento mortadelesco de la sociología ‘taleguera’, anverso y reverso del ‘golpismo amb barretina’) les ‘pone’ cantidad. Bruselas no es lo que se dice París en el 68, ni Nueva York, ni la Gran Vía de Madrid. Bruselas es un poblacho complejo venido a más que lleva soportando pataletas españolas y embajaditas de la España plural.
Todos los niños eran rubios para TV3, y guapos. Sonreían fosforito a la misma cámara que nos mostraba hasta a Otegi como un saludable corderito de paz. Y comían helado sobre los hombros ‘indepes’ de sus padres tan demócratas. Día agradable en Barcelona, ciudad comerciante de donde andan’ volando’ los capitales rumbo a la seguridad jurídica; allá donde no entre la larga manopla de la CUP. Los niños seguían sonriendo, y el helicóptero de TV3 por las calles de Barcelona, en una realización aérea con cargo a ‘tots’, daba con la toma exacta para que no se viesen las calvas en la ‘manifa’. Fue menos gente que a otras diadas, pero un 11-S es meramente simbólico, claro está, y el mambo de Gabriel no está para florecillas poéticas, que ya llegará el primero de octubre con su dialéctica.
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