Sobrevivir a la Bannonización
«Buscan eliminar todo lo que hay entre el PSOE y VOX, porque así se saben eternamente gobernantes sin responder ante los gobernados, sin pagar el precio de la gestión negligente»

«Buscan eliminar todo lo que hay entre el PSOE y VOX, porque así se saben eternamente gobernantes sin responder ante los gobernados, sin pagar el precio de la gestión negligente»
«Uno de los grandes enemigos de la libertad, el nacionalismo, se siente impune, otra vez»
«El nacionalismo catalán anda dividido y a navajazo limpio. En ese bloque, nadie se fía de nadie»
«El Reino Unido se va, y duele, pero seguirá siendo un referente para entender lo que nos pasa»
«Homs, se congratulaba y afirmaba que la sentencia del Tribunal Supremo estaba en consonancia «con el sentimiento mayoritario del pueblo de Cataluña”. Cosas veredes, amigo lector»
«Las burguesías sin virtudes burguesas suelen parir revolucionarios sin solidaridad. Esta es la tragedia de Cataluña»
«Cómo no va a aumentar la inseguridad en Barcelona y su entorno si el clima ideológico y la crisis de autoridad son las que son»
Dice Torra que Barcelona “ha abdicado de ser la capital de Cataluña”. Si estuviéramos en Twitter podríamos contestarle que este es el primer y más inesperado reconocimiento oficial de Tabarnia. Sin embargo, vale la pena no tomárselo a broma y analizar qué pensamiento se esconde detrás de estas declaraciones, porque son más siniestras de lo que parecen a primera vista. Nos encontramos ante “esa concepción estrecha, exclusivista, beata y simplista que reduce toda identidad a una sola pertenencia” y que Amin Maalouf denunciaba en Identidades asesinas. Y Barcelona sigue siendo una ciudad demasiado abierta, demasiado cosmopolita, demasiado diversa, para formar parte de la tribu, y menos aún para encabezarla. Es, además, un mensaje lanzado a todos los ciudadanos de Cataluña. O eres exclusivamente catalán, o no eres catalán, viene a decirnos el presidente de la Generalitat. Dicho de otra manera, o eres separatista, o este no es tu sitio. Así, de un plumazo, el nacionalismo de Torra borra la complejidad de cada individuo, ese conjunto de pertenencias que nos hace únicos. Aniquila la identidad que hace que uno no sea idéntico a otro y nos diluye a todos sublimando una única y sagrada pertenencia.
«El nacionalismo es un ascensor de la mediocridad. Nada bueno cabe esperar de la cultura del resentimiento»