'La hija de la española' como puente
Me sumergí hace unos días en la lectura de La hija de la española, esa novela de la que todo el mundo habla y a la que ya acompaña el éxito aun sin haber echado a andar. Este triunfo en la prepublicación se explica desde muchos puntos de vista: la fiabilidad de su autora, Karina Sainz, a quien cualquiera que tenga metido los pies mínimamente en el barro del periodismo literario ya imaginaría siendo la gran novelista que ahora es; una sinopsis que deja a uno clavado sobre la cubierta del libro sin armas para negar su compra; el desarrollo de dicho argumento, muy rápido en su explosión, sin tiempo para medias tintas (de hecho, si he de ponerle algún pero a la novela es también ése: echo en falta cien paginillas más); y un contexto político y social que acompaña a la mímesis contextual que Karina dispone. Todo ello, claro, haría que hasta un ciego invirtiera en un producto editorial así.