China y Rusia no son lo mismo
Hace poco me escribía con un amigo ruso, disidente veterano, mediante correo electrónico Barcelona-Moscú. Hablamos del concepto “democracia de imitación”, acuñado por el historiador Dmitri Furman, para describir la Rusia de las últimas décadas. Un término que enmarca lo que hay entre la democracia liberal y el autoritarismo. Cáscara democrática —elecciones, pluralidad de partidos y medios— y fondo autoritario. “Es útil incluso hoy en día, para explicar la situación en Venezuela”, me decía mi amigo. Yo, arrastrado por mis propias obsesiones, establecía la comparación con China.