Visitar a Machado
«En un ejercicio de narcisismo atroz, los líderes independentistas siguen viéndose reflejados en las grandes personalidades represaliadas de nuestro tiempo: da igual si Gandhi, Mandela o Luther King»
«En un ejercicio de narcisismo atroz, los líderes independentistas siguen viéndose reflejados en las grandes personalidades represaliadas de nuestro tiempo: da igual si Gandhi, Mandela o Luther King»
Rufián ya sólo habla para que salga alguien a centrarlo de un soplido
«Lo hagas bailando, cantando o haciendo el pino, gracias, Rosalía, por mantener vivo al poeta»
Se cumplen ochenta años de la muerte de aquel extraordinario ser que fue Antonio Machado. Había cruzado a pie el infierno pirenaico y al llegar a la coqueta pensión de Colliure dijo basta.
La exposición ‘Los Machado vuelven a Sevilla’, que integra parte de los fondos machadianos de la Fundación Unicaja y contiene la mayor colección de manuscritos existente de la familia Machado
Esta semana se ha conocido el cierre de dos librerías de reconocido prestigio: por un lado, la aragonesa «Los portadores de sueños», que no pudo aguantar el tirón de las nuevas tecnologías; por otro, la librería «Nicolás Moya», la más antigua de Madrid, que tampoco pudo resistir más y colgó el horrendo «Liquidación por cese de actividad».
El 22 de febrero de 1939 nos abandonaba para siempre uno de los los mayores poetas de España y el representante más joven de la Generación del 98, Antonio Machado. El fascismo echó a Machado de España, pero lo que no pudo impedir es que su legado fuese eterno; tanto es así, que varios cantantes decidieron poner voz a sus poemas.
La última noche que entré en el Café Gijón era jueves y aquello parecía muerto y en silencio. No había humo, ni tertulias, todos descansaban en sus sillones, todo era espacio entre las mesas, y no había caras ni conocidas ni desconocidas, quizá una o dos a las que uno puede poner nombre. Sentado de espaldas a la barra se podía ver aquello, entre las cañas a 4,60 y la ración mínima de patatas, como un funeral alargado en el tiempo, como un viajar al pasado en un sentido estrictamente espacial. ¿Qué fue de las viejos cafés de tertulia?