Se cumple este año un cuarto de siglo de la muerte de Juan Benet, el ingeniero de Caminos que ha pasado a la historia como uno de los escritores más importantes e influyentes de la segunda mitad del convulso siglo XX en España.
Nadie esperaría del Retiro, quizás el corral de jardines más delicioso del mundo, una visión distópica. Pero yo, que tengo el hábito desatendido de correr en él, la he estado empezando a tener. Y así, en mis circuitos sucesivos por el parque, la imagen señorial de aquel herbazal de mármol –último refugio del Madrid del siglo oro, único sobreviviente arquitectónico de la invasión napoleónica— ha empezado a decaer ante mis ojos en una Disneylandia de vidrios rotos que recuerda más a ‘Black Mirror’ que a Rubens o al Conde-Duque de Olivares.
En el desfile de Chanel en París, un poco coqueto, un poco ramplón, con sus espejos y sus jarrones con calas, y sus modelos desfilando por la pasarela en traje chaqueta rosado, y su decadente público de desocupados, me consterna ver que las chicas siguen llevando, como en los tiempos de la antigüedad más oscuros y represivos, zapatos con tacones altos, so pretexto de que realzan su figura, la estilizan.
Yo no me lo creo. Que la ropa deportiva arruine el mercado de los vaqueros. Mallas de gimnasio por jeans. Leggins de lycra endeble por denim constreñido. Zapatillas de deporte por tacones. ¡Ni hablar!
If Andersen lived in todays Spain he could rewrite the tale with a nude crowd and a bunch of overdressed politicians who are so incompetent (not to say stupid) that they see the naked and bereft crowd, but pretend to see everybody well-dressed and overjoyed.
Lo que realmente sabemos de las modas es que regresan. De aquí a un futuro no muy lejano, ¿ocurrirá algún cambio significativo en materia de indumentaria? Quizás.
Los franceses llegaron a comerse el bacon crudo, pero el Marks and Spencer de París fue el comercio más rico de Francia.
Se ha conseguido que seamos nosotros mismos quienes dejemos de utilizar lo que acabamos de comprar. Pasados de moda. Y que, por supuesto, nos tengamos que mover hasta la tienda una vez más a renovar el vestuario. Una genialidad.
¿Afectará a la imagen pública del portugués haber sido el alma publicitaria del mayor fiasco bancario de su país? A quienes crean que sí, les recomiendo encarecidamente que busquen en internet el vídeo de Facial Fitness Pao.