Marxismo en Navidad
Beatriz Talegón habla de la avaricia que mueve el mundo. Hace bien al incluir un pecado en su argumento porque si no hablamos de teología poco podremos hablar de política.
Beatriz Talegón habla de la avaricia que mueve el mundo. Hace bien al incluir un pecado en su argumento porque si no hablamos de teología poco podremos hablar de política.
De ahí la alegría con la que deberíamos recibir estos días, de ahí la necesidad de desterrar ese «a mi no me gusta la Navidad» que con tanta frecuencia escuchamos.
Si es usted ateo, eso es todo. No siga leyendo. No celebre la Navidad, el Misterio por excelencia.
La Navidad dura el tiempo que quieras que dure, porque es un sentimiento más que una fecha. Es una forma de ser, más que una celebración especial en un día marcado en el calendario
Mark Twain decía que un hombre no debe jugar nunca en dos circunstancias: cuando tiene dinero y cuando no lo tiene. Pero Twain no era español. Nos une más San Ildefonso que la Constitución