De esta forma, el Campeonato Europeo de Fútbol se ha convertido para el Gobierno en el mayor quebradero de cabeza y, para el sindicato CGT, en el mejor argumento de presión. A partir de hoy cuatro sindicatos han convocado una huelga indefinida en el sector ferroviario; para el jueves también comienza una huelga ilimitada en los transportes públicos de París y de otras grandes ciudades francesas, a la que se suma el paro de al menos 24 horas en los puertos. Y el viernes arrancan tres días seguidos de huelga en la aviación civil.
El desfile de huelgas está acompañado del drama de la penuria de combustibles. Entre 600 y 1.000 de las 11.000 gasolineras nacionales siguen sufriendo problemas de abastecimiento.
Según los últimos sondeos, el 46 % de los franceses quiere que Hollande retire la polémica reforma laboral y otro 40 % quiere que la reforma sea «más trabajada». Por su parte, Hollande asegura que su reforma laboral «no se retirará» pese a las protestas en toda Francia.