La técnica utilizada por la plataforma tiene un nombre específico: el stream-ripping, un método parecido al que se usa en la piratería de películas. El usuario necesita únicamente la dirección URL del vídeo alojado en YouTube y la conversión a mp3 es automática. Los servidores de ‘YouTube MP3’ se encuentran en Alemania, aunque la web funciona en muchas partes del mundo y está disponible en 25 idiomas. Las discográficas que han interpuesto la demanda, entre las que se encuentran Universal, Sony, Warner Bros o Capital Records, piden 150.000 dólares por cada supuesto caso de piratería. La Federación Internacional de la Industria Fonográfica ha publicado este mes un informe en el que detalla el consumo de música en el mercado internacional. Los resultados desvelan que un 30% de los internautas han utilizado la técnica del stream-ripping alguna vez en los últimos seis meses.