El Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS), que participó en el hallazgo, ha informado de su descubrimiento. Uno de sus investigadores, Jean-Marc Petit, explica que se encuentra tan lejos, que a la luz solar le cuesta 18,5 horas llegar a él. Fue descubierto en el cinturón de Kuiper -el anillo de material helado más allá de Neptuno- usando el telescopio de Canadá-Francia-Hawái en Maunakea, en Hawái. Su tamaño y luminosidad permiten que pueda ser analizado en detalle y contribuya a reconstituir la historia de nuestro Sistema Solar. Un experto del Consejo Nacional de Investigaciones de Canadá (CNRC), que también participó en el estudio, lo detectó por primera vez el pasado febrero, a partir de imágenes tomadas en septiembre de 2015. El planeta completa su órbita en 700 años y sólo ha sido observado durante uno de esos años, por lo que los científicos advierten de que todavía no se sabe de dónde viene o cómo va a evolucionar su órbita en el futuro. La gran mayoría de planetas enanos como el RR245 fueron destruidos o expulsados del Sistema Solar durante el caos provocado cuando los planetas gigantes se desplazaron hasta situarse en sus posiciones actuales.