Pozos de ambición en el PSOE
Que el debate dentro del PSOE no es ideológico, menos aún una cuestión de preocupación por el partido, sino un impúdico “quítate tú para ponerme yo” es algo que sólo ignora quien vive de ignorarlo. El principal escollo del Sánchez para consolidarse internamente no ha sido el PP, ni siquiera Podemos, sino los tejemanejes de la presidenta de la Junta de Andalucía, que parece relegar este cargo al mismo lugar en el que los demás informamos en el currículo de que tenemos permiso de conducir tipo B. Sánchez sólo era tolerable en la medida en que no se hiciera fuerte hasta la llegada definitiva de Susana Díaz. Las derrotas sin “paleativos” (sic) que denuncia el susanista Antonio Pradas son profecías retóricas autocumplidas. Y falsas.