Cuando la publicidad se hace viral
Es el sueño de cualquier marca, el de cualquier agencia publicitaria: que una campaña se convierta en un fenómeno viral, para incluso quedar impregnada en la memoria colectiva durante años.
Es el sueño de cualquier marca, el de cualquier agencia publicitaria: que una campaña se convierta en un fenómeno viral, para incluso quedar impregnada en la memoria colectiva durante años.
Los ingresos publicitarios de Facebook, en el trimestre fiscal que acabó en junio pasado, alcanzaron los 6.240 millones de dólares, lo que representa un incremento de un 63%. La mayor parte de este dinero provino de los anuncios en los dispositivos móviles, que ya representan un 84% de los ingresos publicitarios totales de esta red social que ya supera los 1.700 millones de usuarios.
El algoritmo de Facebook es un sistema opaco, difícil de comprender, pero muy importante para medios y marcas ya que decide qué se muestra antes en cada uno de los perfiles de los usuarios basándose en su historial de navegación, actividad y amigos. A diferencia de otras redes como Twitter, Facebook no muestra el contenido por orden cronológico, sino que lo filtra y reparte según el algoritmo con el fin de personalizarlo para hacerlo del agrado de sus usuarios. Con esta nueva actualización, prima los contenidos personales a los profesionales o emitidos por entidades no individuales, algo que ha molestado a marcas y medios. Facebook quiere contenido, pero no enlaces fuera de su ‘ecosistema’. Este modelo de negocio está centrado en la publicidad y demanda que se pase cada vez más tiempo dentro. Por ello, premia el contenido alojado en su sistema y castiga lo que se halle fuera de sus dominios.
El gran premio de este curioso concurso es un McNugget hecho en oro macizo de 18 quilates, con un valor aproximado de 1.500 euros. La campaña se desarrollará entre el 8 y el 28 de junio, el tiempo suficiente para postularse como el ganador de este cuantioso premio. Durante el tiempo de la campaña, McDonald’s también entregará diariamente un premio solo con algo menos de valor pero igualmente delicioso: 39 días de nuggets de pollo gratis.
El spot retrata una ciudad caricaturizada, llena de banderas de España -hasta donde sabemos, en Barcelona se ven más esteladas que rojigualdas-, transeúntes antipáticos, y hasta una estatua humana disfrazada de torero. El anuncio muestra una taberna andaluza en pleno corazón barcelonés, regentado por una camarera con acento caribeño, que le da unas complicadas indicaciones para llegar a una red cercana. Y, cómo no, todo el anuncio viene acompañado de una banda sonora flamenca. La queja principal desde Barcelona se centra en el problema del wifi, y es que la ciudad condal supera con creces en redes inalámbricas gratuitas a capitales europeas como París o Berlín -sólo alrededor de la Sagrada Familia hay ocho puntos de acceso a internet-.
La funeraria Wathan Funeral House no existe, aunque sí que tiene una página web, donde los conductores más enfadados que hayan buscado en Google la ficticia funeraria pueden encontrar un mensaje que dice: “Esto sería algo terrible por parte de una funeraria. Pero no somos una funeraria. Simplemente estamos tratando de concienciar a los canadienses de que dejen de enviar mensajes mientras conducen, lo cual se preve matará a más gente en Ontario este año que conducir borracho”. La acción la ha tomado conjuntamente la agencia publicitaria Cieslok Media y el organismo estatal de seguridad vial de Canadá.
La iniciativa viene de Nueva Zelanda, y ha nacido a través de una asociación de diseñadores de moda. Cuenta con el apoyo de UNICEF y de la agencia publicitaria Saatchi & Saatchi. Con el fin de identificar las prendas en las que no haya intervenido el trabajo infantil en ningún momento de la producción, se está desarrollando este proyecto que será presentado durante la Semana de la Moda de Nueva Zelanda.
Lanzada el 6 de abril, la campaña llamada The Swedish Number ofrece la oportunidad a la gente de todo el mundo de ponerse en contacto con un sueco en cualquier lugar del país. En un vídeo promocional, la agencia de viajes invita a llamar a cualquiera de los 10.000 voluntarios para hablar de cualquier tema y conocer así la cultura sueca. La iniciativa celebra, además, el 250 aniversario de la abolición de la censura en el país. Hablar con los ciudadanos de un país es una curiosa forma de conocerlo.
Una agencia de publicidad belga ha diseñado esta aplicación para promocionar la Ikea’s 2016 Art Collection, con trabajos de fotógrafos reconocidos como Bobby Doherty o Jill Greenberg. La mejor foto de Klikk compartirá cartel con ellos. En la era digital los dispositivos son capaces de tomar miles de fotografías y de elegir la que más nos gusta, perdiendo así el encanto de lo instantáneo, ese momento mágico que queda para siempre. Klikk te da una única oportunidad que te puede llevar a la fama.
El reto lo ha puesto sobre la mesa la histórica compañía de juguetes Lego. La viralidad del post en Instagram se demuestra con cifras: más de 2.000 comentarios y 32.000 ‘me gusta’. La compañía se ha inspirado en otra imagen viral, la del artista Gergeli Dudás, que tuvo una gran repercusión: sólo en su página de Facebook generó más de 185.000 interacciones. Este tipo de acciones publicitarias en redes sociales tienen una gran efectividad y permeabilidad entre el público.
¿De verdad es necesario que para convencer a la gente de que no maltraten animales o de que no los coman haya que vestirse (por llamarlo de alguna forma) con un mini bikini de lechuga que no deja espacio a la imaginación?
Lo cierto es que la publicidad no da la felicidad. Nos quejamos demasiado, damas y caballeros, para lo mucho, y bueno, que tenemos a nuestro alrededor.
Es de esperar que cada vez más fenómenos de Internet (musicales, humorísticos, políticos) accedan a las televisiones, como única manera de atraer público de la Nueva Era.
Son millones los espectadores que esperan el famoso «Super Bowl Sunday» por ver el espectáculo de medio tiempo. Es puro negocio
Mientras Ronaldo daba los buenos días a los madrileños en gallumbos, Neymar grababa en Barcelona otra campaña de ropa interior
Antes se hablaba del cuerpo como instrumento de trabajo o de placer. Ahora ya sabemos que nuestro cuerpo ni nos da tanto placer ni un trabajo estable, sólo es otro espacio para exhibir consejos comerciales.
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