Refugiados

Refugiados de la locura

Refugiados de la locura

En el primer mundo tenemos tanto que, para muchos, lo más mínimo es motivo de una depresión: que One Direction se separe, que no entres en una talla 38, que te estés quedando calvo… Nos entristecemos por cosas que deberían ser una alegría desde la verdadera perspectiva: tus oídos dejarán de sufrir, no se te marcan los huesos, no te pueden tirar del pelo en un cunnilingus…

Aylan. imagen de esa verdad

Permanece quieta postrada sobre sus rodillas. Inclina su cabeza sumisa, en una falsa apariencia de tranquilidad, bajo la vara que la amenaza y advierte del castigo que se avecina, cubierta por los complejos que la impone una religión considerada cultura a la que aliarse, donde su cuerpo es pecado. Ropas que se vuelven yugos, hábitos de la intolerancia que castigaran su condición de mujer. Una dictadura de la que millones cono ella no pueden escapar y cuya denuncia esta de mas. A nadie importunara.

La fuerza de la fragilidad

La fuerza de la fragilidad

Fragilidad no es sinónimo de inferioridad, tampoco de debilidad. Llevo días viendo fotos de los miles de refugiados que están llegando a Europa huyendo de la guerra. En todas ellas aparecen gente joven, adultos, pero también ancianos, mujeres y niños, incluso bebés. Y solo pienso en sus vidas rotas, ese haberlo perdido todo, no tener futuro en ninguna parte.

Joie de vivre

No sería improbable, sin embargo, deducir del gesto captado en la instantánea una cordialidad especial entre miembros del mismo sexo o quizás la promesa de una escuela en un futuro no lejano. Pudiera ser algo más simple, las dos han quedado en volver a verse pronto en el mismo campo de refugiados.

Carta abierta

Carta abierta

Lo primero perdón. Te pido perdón por la indiferencia con la que el mal llamado primer mundo te trata. La superioridad de los que creemos vivir en un mundo mejor nos hace pensar que tu hambruna, tus luchas continuas con la muerte a la que vences día a día, a nosotros no nos afectan.

Villa San Giovanni, penúltima parada del sueño sirio

Villa San Giovanni, penúltima parada del sueño sirio

Atrás dejan la barbarie, el hambre, la violencia. Una cruenta guerra que ya suma tres años y millones de muertos y desplazados. Quienes primero huyeron de Siria se refugiaron en los países vecinos, al otro lado de la frontera. Pero la situación empeora a un ritmo galopante y estos países de acogida se han visto desbordados. Ahora, la travesía es más larga. Su destino es Europa. Así, Villa San Giovanni (Reggio Calabria, Italia) se ha convertido en una estación de paso para refugiados sirios. Su última parada antes de coger el tren que les lleve al norte de Europa.

Hombre valiente

Hombre valiente

Huir para salvar a los tuyos es valiente. Dejar que otros se queden con lo que os ha costado sudor y lágrimas conseguir sin volver la vista atrás, es heroico. Lo llevas en la sangre, lo dice tu nombre: “guerrero, héroe, hombre valiente”.

No voy a hablar del rey

No voy a hablar del rey

Uno es monárquico. La monarquía es esa institución que los filósofos denigraron hasta guillotinarla como paso previo para eliminar a Dios de la vida de los hombres. Esto lo hicieron los filósofos cuando se pusieron al servicio de los mercaderes y de los burgueses.

Nuestras vergüenzas

Nuestras vergüenzas

Esas maletas pueden parecer muchas, así, amontonadas en una acera de una calle de Beirut. Pero tengan en cuenta que metidas en ellas van varias vidas. Las de 300 personas que lo han perdido casi todo, pero que aún así pueden considerarse afortunadas.

Vivir de milagro

Vivir de milagro

Podría ser cualquier suburbio de país africano, o cualquier favela de Río, pero es Orienplatz, un barrio de Berlín, donde se habían instalado grupos de inmigrantes en unas endebles y feas chabolas.

Niños asesinos

Niños bomba, niños asesinos, niños militares, niños de la guerra… niños utilizados en nombre de una religión, de un objetivo de mayores. Niños utilizados míseramente por sus padres, para vengar sus obsesiones, sus guerras.

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