Kim aseguró en su mensaje de Año Nuevo que Corea del Norte es ahora una «potencia militar del Este que no puede ser alcanzada, ni siquiera, por el enemigo más potente», en clara alusión a Estados Unidos. El país asiático llevó a cabo dos pruebas nucleares y numerosos lanzamientos de misiles en 2016, en su afán por desarrollar un sistema de armas atómicas capaz de golpear a Estados Unidos con una cabeza nuclear. Aunque Washington ha prometido en repetidas ocasiones que nunca aceptará a Corea del Norte como potencia nuclear, Trump no ha especificado su política respecto al país asiático. El magnate republicano amenazó con un regreso a la Guerra Fría el mes pasado, cuando tuiteó que Estados Unidos «debe reforzar y expandir ampliamente su capacidad nuclear».
Los analistas están divididos respecto a la capacidad real de Corea del Norte para dotarse de un arma atómica, pero todos coinciden en que Pyongyang ha realizado enormes avances en este sentido desde que Kim Jong-un sucedió a su padre, Kim Jong-il, fallecido en diciembre de 2011.