La Iglesia se inventó el amor romántico
San Agustín, apóstol de Inglaterra y primer arzobispo de Canterbury, le envió una misiva al Papa Gregorio I, llamado “el Grande” por sobrados motivos. En la carta le pedía que le iluminase con la mejor doctrina de la Iglesia sobre nueve cuestiones; cinco de ellas se referían a cuestiones familiares.