Al dibujante Josep Bartolí (1910-1995) el alzamiento militar del 18 de julio lo pilló yéndose a dormir. Y se fue a dormir a pierna suelta
Si algo que damos por tan pétreo e inamovible como la geografía física es capaz de cambiar sin causar traumas, ¿cómo no va a poder hacerlo, también sin ser fuente de daños, la geografía política, que no es más que el reflejo de las ideas?
Cuando te aproximas a Quito sobrevolando los Andes, sobre montañas tan altas y tan verdes que las sombras parecen ríos de agua oscura, te conmueve contemplar los volcanes con sus cumbres nevadas tocando las nubes.
Hay personas que son como volcanes a punto de entrar en erupción: a la mínima palabra, vierten su lava tórrida sobre ti. Hemos creado una dinámica en la que todo vale. Cualquiera puede decirle una bordería a su pareja que con un «lo siento» está todo solucionado.
Cuando la destrucción y el dolor están fuera del cuadro, no hay nada, absolutamente nada, más bello que la naturaleza en plena acción. Su furia desatada es capaz de originar imágenes que ni siquiera el mejor director de cine fantástico sería capaz de inventar.