Arranca PHotoEspaña 2020: de las imágenes del confinamiento a la elegancia irónica de Ramón Masats
Hablamos con Charo Guijarro, cuya fotografía ha sido seleccionada para el proyecto #PHEdesdemibalcón, y con Chema Conesa, comisario de la exposición de Masats
Esta semana se ha inaugurado la primera exposición en Madrid del festival de fotografía PHotoEspaña 2020. En esta edición, la programación se extenderá hasta otoño. El festival, con epicentro en la capital, contará con más de 50 exposiciones por toda España.
La fotografía es el medio por excelencia para retratar la realidad y en los últimos meses esa realidad ha sido trastornada por el coronavirus. Así, PHotoEspaña ha querido involucrarse con el contexto y ha impulsado un proyecto en el que se exponen imágenes tomadas durante el confinamiento. Por su parte, en Tabacalera Promoción del Arte se ha inaugurado una muestra del fotógrafo catalán Ramón Masats.
Retratos del confinamiento y propuestas digitales
PHotoEspaña lanzó a finales de marzo un concurso por redes sociales, #PHEdesdemibalcón. El proyecto suponía, tal y como recogen en su web, «una llamada a la creatividad y exploración artística de los ciudadanos». El objetivo era que la gente mostrase su visión. De este modo, este año la novedad está en las fotografías tomadas durante el confinamiento por vecinos de toda España. Han participado más de 36.000, y se han seleccionado las fotografías de más de 2.500. Los temas dominantes son la sensación de reclusión, el retrato de los bloques de vecinos, el deseo de salir…
Las imágenes se exponen en espacios públicos de toda España, como el caso del Parque de El Retiro en Madrid, la Plaza del Pilar en Zaragoza o el Teatro Campoamor en Oviedo. Algunas ciudades han cedido espacios institucionales para la exposición de estas imágenes. Es el caso de Albacete, donde se expone una fotografía de Charo Guijarro en la Diputación Provincial.
Charo Guijarro se dedica profesionalmente a la fotografía y cuenta a The Objective que durante el estado de alarma necesitó hacer fotos para contar lo que estaba sucediéndole, casi como necesidad terapéutica, «relatando a diario una escena de mi propio cuerpo con las tachaduras correspondientes a cada día de la cuarentena». La fotografía seleccionada de Charo Guijarro es una toma de su propio cuerpo, y ella señala que, en su opinión, uniendo todos los relatos (más o menos íntimos), el proyecto de PHotoEspaña ha conseguido reflejar cómo nos hemos sentido de manera colectiva. «Algunas personas han contado lo que ocurría de ventana hacia afuera y, en mi caso, atendiendo a mi propia situación , he contado mi batalla interna con el paso de los días», añade. Guijarro considera que exponerse, sacar lo íntimo a lo público, es una manera de generar ejemplos.
Además de las propuestas de #Desdemibalcón, este año se puede acceder vía online a Tiempo detenido. Memoria fotográfica del confinamiento, una exposición virtual organizada con el apoyo de la Fundación Enaire en la que 42 fotógrafos profesionales presentan sus imágenes del confinamiento.
En esta edición, la inauguración de muchos platos fuertes se retrasa unas semanas o incluso meses. La extensa programación incluye 50 grandes exposiciones en museos y centros de arte de toda España. Es el caso de la selección de fotografía japonesa de los años 50, 60 y 70 que acogerá el Círculo de Bellas Artes a partir del 23 de julio. Otra de las sedes estrella será la Fundación Canal de Isabel II, donde a partir del 9 de octubre se podrá ver Magnum. El cuerpo observado, una muestra a modo de recorrido sensual por la forma humana vista por los profesionales de la mítica agencia, entre ellos Cristina García Rodero.
El evangelio según Ramón Masats
En Madrid, la primera exposición en abrir sus puertas ha sido Ramón Masats. Visit Spain, en Tabacalera Promoción del Arte. La muestra repasa las obras del periodo 1955-1965 de uno de los renovadores de la fotografía española. Masats (Caldas de Montbui, 1931) ha obtenido varios reconocimientos a lo largo de su carrera, entre ellos el Premio Nacional de Fotografía en 2004.
Masats fue miembro del grupo AFAL, una asociación pionera de la que también formaron parte fotógrafos como Francisco Ontañón o Alberto Schommer (que también estará presente este otoño en PHotoEspaña con una expo en la Fundación Mapfre). La intención del grupo era renovar la fotografía española. En AFAL, el acercamiento a la realidad no es aséptico ni academicista, sino que parte de un ánimo humanista, un interés auténtico que a veces deriva en preocupación social.
La exposición monográfica de Masats se orienta en estas coordenadas, en un apego a la verdad. Tal y como explica a The Objective Chema Conesa, fotógrafo profesional y comisario de la muestra, Masats «no altera la realidad». La muestra de Tabacalera comienza con un vídeo con imágenes del NODO que sumerge al visitante en esa España hermética que quería abrirse. Como novedad a nivel expositivo, las sillas dispuestas frente a la pantalla de vídeo están rodeadas por un círculo que garantiza la distancia de seguridad.
Son los años 50, comienza la carrera espacial pero el hombre aún no ha llegado a la Luna, Warhol aún no ha pintado a Marilyn Monroe en serie y Hemingway sigue vivo; y en una España aislada y atrasada se vislumbra el fin de la autarquía. El mundo está cambiando, y el régimen franquista ejecuta una pirueta geopolítica por la que pasa a ser aliado de Estados Unidos, una potencia que pondera el anticomunismo de Franco por encima de sus pasadas simpatías con el Tercer Reich. En los 50, España queda políticamente rehabilitada en el contexto internacional. Uno de los efectos de este cambio es la aparición del turismo internacional, que proyecta una imagen benévola del país. No es que sea una dictadura, es que Spain is different. Tomando una idea de Santos Zunzunegui, la realidad no es la que crea la imagen, sino que la imagen crea la realidad.
En la realidad de las fotografías de Masats domina la voluntad documental, pero no como un simple retrato de los lugares comunes castizos, sino con sensibilidad e ironía. Una ejemplo de esta agudeza está en una fotografía realizada en el Museo del Prado en la que aparecen tres personas sentadas de espaldas contemplando Las tres Gracias de Rubens. La sensualidad del cuadro barroco contrasta con la moralina nacionalcatólica, con los grises, con el inmovilismo frente a la vitalidad de las Gracias, con el tricornio que ocupa el centro de la foto. Conesa señala que la crítica en Masats, como en muchos creadores de su época, no es apasionada ni militante, pero existe, con el trabajo del día a día. «La renovación del lenguaje es siempre un paso adelante«, explica.
Muchas de las fotos de Masats están tomadas en una Andalucía pobre, una Andalucía de niños delgadísimos y procesiones recargadas donde la carestía coexiste con la celebración de la vida. Lo escribió Cernuda, pero Masats lo retrata: «El Sur es un desierto que llora mientras canta». Sardinas abandonas en Barbate, folclore religioso y el constante sacrificio de los trabajadores. Sin embargo, las penurias no están retratadas con crudeza, simplemente existen. Tal y como declara Chema Conesa, Masats «no quiere hacer sangre de la miseria«.
En lo referente al plano político, o explícitamente político, la exposición muestra el contraste del relato del régimen, personificado en un gran cartel con una flamenca alegre y colorida, con la realidad austera que capta Masats. El propio título, Visit Spain, tiene un punto sarcástico: el régimen crea el Ministerio de Información y Turismo en 1951 para realzar la imagen de España, pero Masats no fotografía nada glorioso o extraordinario, sino una situación mucho más sobria, mucho más real. La ironía de sus estampas llega a ser una crítica sutil.
El fotógrafo catalán también retrató a Franco por iniciativa de un empresario. Era un encargo «que no podía rechazar», tal y como se explicita en la muestra, como las ofertas de Don Corleone.
La muestra incluye otro vídeo, en este caso de presentación del catálogo, donde la guitarra insinuante de Jorge Baño acompaña a las imágenes. Esta música llena el espacio expositivo y resulta idónea para recorrer el cortejo fotográfico de los toros, las procesiones, los guardias civiles, los calabozos, los cementerios, los contrastes, la luz, la sombra.
En la fotografía de Masats, la elegancia viene dada por la sobriedad, enfrentando sus insinuaciones a la promesa del desarrollismo. Sin embargo, a pesar de la fuerza creativa de sus fotos, los textos de la muestra explican que Masats no tenía pretensión artística. Al respecto, Conesa considera que, más que intención estética, «lo que hay es un intento de renovar el lenguaje. Ahora bien, si tú dominas el lenguaje, si compones con una cierta armonía, en la disciplina que sea, puedes lograr que eso trascienda. Y la fotografía tiene ese poder: sugerir cosas». Deslizar, sugerir, insinuar. La profundidad de la interpretación queda a cargo del espectador.