Madrid sí tiene playa, son varias y llegan directas desde el Caribe
Mirage Urbano. Playas urbanas en Madrid, es una instalación que funde la ciudad y el mar y nos hará reflexionar sobre el momento de cambio de la capital.
“Las instalaciones de arte para mí son una manera de satisfacer la necesidad de construir espacios que tenemos todos los arquitectos”. Así define la arquitecta venezolana Tamara Despujols su manera de entender su profesión: refleja el diálogo urbanístico y social que desearía ver entre el ciudadano y la ciudad, y por ende con la naturaleza, a través del arte. Un ejemplo de tal concepción es Mirage Urbano. Playas urbanas en Madrid, una instalación que funde la ciudad y el mar y nos hace reflexionar sobre el momento de cambio que se está llevando a cabo en la capital tanto en el sector inmobiliario como cultural. El trabajo de esta joven arquitecta está íntimamente relacionado con el arte, aunque ella se aleja del apelativo artista, e influido por su obsesión por la ciudad, la humanidad y el medio social.
El habitante es un elemento primordial dentro de los proyectos de Tamara Despujols, ya sea un planteamiento, arquitectónico, urbano o artístico. “Por eso la mayoría de mis obras son interactivas, y no existen a menos que alguien las habite o las modifique. Más que un objeto me interesa generar un experiencia. Me seduce mucho también el juego con lo efímero”. El arte como experiencia, concepto que toma de Allan Kaprow, es el dogma que marca sus proyectos: acciones pequeñas y efímeras que impactan y buscan la reflexión.
Mirage Urbano. Playas urbanas de Madrid surge tras su interior trabajo, FIBI Beach, playas flotantes para Miami, el proyecto que materializó la preocupación de Tamara Despujols por cómo el servilismo del diseño urbano a las construcciones recreativas había ganado terreno al disfrute del mar por parte del ciudadano.
En el caso del proyecto pensado para la capital española, la artista observa cómo la ciudad se adapta a los cambios que se están produciendo en el sector inmobiliario y cultural que influyen en la forma urbana, concretamente ella refleja las tendencias que desencadenan los inversores extranjeros y particularmente venezolanos. Este mensaje convive en la acción de Tamara Despujols con la soledad que transmite el asfalto caliente y las calles vacías de Madrid en verano, de ahí el mar.
El proyecto busca activar el espacio público en lugares como Matadero, Plaza Mayor, Palacio Real, Plaza de Colón y el eje Castellana-Recoletos-Prado y brindar a los habitantes un lugar de regocijo dentro de tanto calor y proponer un escenario surrealista de vegetación tropical en una niebla húmeda, en un contexto urbano densamente edificado donde el protagonista es el humano. “Yo lo veo un poco como la colonización latina, el caos, el goce antes que todo y el libertinaje de andar en traje de baño en plena ciudad. La colonización del espacio urbano a través del arte y utilizado la naturaleza como recurso. Me encanta jugar con escenarios de elementos antagónicos que se complementan. Me aburre lo uniforme y coherente. Y creo que esta propuesta está llena de antagonismo”, destaca la artista.
El proyecto, que emplea materiales naturales, madera, vegetación, agua y arena, plantea una playa urbana dentro de un sistema reticular, que asemeja a los andamios de una construcción. “Los andamios en una ciudad siempre tienen una connotación de cambio, de progreso y de transformación, además de hablar de algo efímero o temporal. También permiten la habitabilidad en diferentes alturas con ello la relación y la escala entre el habitante y el contexto cambia”.
Incasa, el estudio de decoración del número 5 de la calle Villanueva es el espacio en el que Tamara Despujols expone esta propuesta entre el 19 y el 28 de junio.
