La generación Z tiene más autocontrol que las anteriores
Los niños del siglo XXI gozan de pantallas táctiles, descargas inmediatas y acceso instantáneo a cantidades ingentes de información a golpe del clic. La sabiduría popular dice que los niños de la generación Z (nacidos a las puertas del tercer milenio) lo quieren todo y lo quieren ya. Pero es un error.
Los niños del siglo XXI gozan de pantallas táctiles, descargas inmediatas y acceso instantáneo a cantidades ingentes de información a golpe del clic. La sabiduría popular dice que los niños de la generación Z (nacidos a las puertas del tercer milenio) lo quieren todo y lo quieren ya. Pero es un error.
El test de la golosina (marshmallow test) es un sencillo experimento psicológico en el que un científico le pone delante a un niño de entre tres y cinco años una gominola y le dice que tiene dos opciones: comérsela en el momento o esperar diez minutos y recibir dos en lugar de una. Acto seguido, el científico abandona la sala y observa el comportamiento del pequeño desde una sala contigua a través de una ventana que, desde la habitación en la que está el niño, parece un espejo (sí, como en las pelis de espías). La conclusión es que, cuanto más tarda el niño en comerse la golosina, más capacidad de autocontrol tiene.
Este test se realizó por primera vez en los años 60 y, desde entonces, se ha convertido en un clásico en el ámbito de la psicología. Ahora, un grupo de psicólogos ha recuperado el popular test para sacar nuevas conclusiones, publicadas en la revista Developmental Psychology. en la que un grupo de psicólogos ha recuperado el famoso test de la golosina. Concretamente, los investigadores han cogido tres de estos test (el original de los años 60, uno realizado en los años 80 y otro elaborado en los 2000). En esta última versión, en la que volvió a participar el creador del test original –Walter Mischel-, el resultado fue que los niños la generación Z no solo no tienen menos paciencia, sino que tienen bastante más. De media, lograron estar sin tocar la golosina, de media, un minuto más que los de los 80 y dos más que los de los 60.
No solo eso. La coordinadora del estudio, la profesora y directora de investigación del Instituto de Desarrollo Infantil de la Universidad de Minnesota (en Estados Unidos) Stephanie M. Carlson, dio un paso más al hacer una segunda prueba: ella y su equipo realizaron una encuesta en la que preguntaron a un grupo de adultos cuáles serían los resultados del experimento de los 2000. Cerca del 72% de los 358 adultos encuestados dijeron que los niños del nuevo milenio esperarían menos tiempo para comer la golosina que los de los 60. Y tres cuartos dijeron que los pequeños de la generación Z tendrían menos capacidad de autocontrol. Las conclusiones fueron las mismas para cada sexo y para cada grupo de edad.
Los beneficios del autocontrol
Ahora bien, ¿tan importante es la capacidad de autocontrol? Es lo que defiende el estudio. «La capacidad de resistir la tentación y de aparcar el placer inmediato para buscar objetivos a largo plazo es relevante en muchas áreas, como la salud (por ejemplo, la adicción, la nutrición, el ejercicio), las finanzas (por ejemplo, el gasto, el ahorro, la inversión), las relaciones (por ejemplo, el matrimonio, la paternidad) y los logros académicos y laborales (por ejemplo, estudiar, trabajar)», exponen los investigadores.
Si bien el test de la golosina se ha realizado en muchas ocasiones, «ningún estudio anterior ha comparado el resultado de los niños a lo largo de las décadas«, resaltan Carlson y los demás firmantes del trabajo. «Nosotros postulamos que el crecimiento del pensamiento simbólico, la tecnología, la educación preescolar y la atención del público a la ejecución de habilidades funcionales han contribuido a estos hallazgos», exponen. Pero, como los estudios comparados se realizaron solo con niños estadounidenses, los investigadores alertan de que «es necesario que haya más investigación en poblaciones diversas para examinar la generalidad de los hallazgos e identificar factores causales».