El cambio climático duplica la probabilidad de que haya olas de calor
Los científicos del grupo World Weather Attribution han revelado que el cambio climático provocado por los humanos duplica la probabilidad de que haya olas de calor.
En España estamos acostumbrados. Desde 1975, solo hemos pasado 10 veranos sin olas de calor, el último de ellos en 2014, según Aemet. Solo el año pasado sufrimos cinco olas de calor entre julio y agosto. La próxima empieza este mismo miércoles. Pero ahora, las altas temperaturas durante mínimo tres días seguidos han afectado también al norte de Europa. Hay olas de calor desde el Reino Unido hasta Siberia, se alcanzan los 30 grados en el extremo norte de Noruega, hay sequía desde mayo en varias regiones de Escandinavia e incendios en Suecia por encima del círculo polar ártico. Debido a la escala y amplitud anómalas de este calor, los científicos del grupo World Weather Attribution se han propuesto estudiar la relación del cambio climático con las olas de calor. El resultado es alarmante: la alteración del clima provocada por los humanos duplica la probabilidad de que haya olas de calor.
¿Qué es en realidad una ola de calor?
Uno de los principales problemas al hablar de olas de calor es que no existe una definición única y precisa del término. Son episodios de temperaturas anormalmente altas, que se mantienen varios días y afectan a una parte importante de nuestra geografía. Pero, ¿qué grados tienen que alcanzar para considerarse ola de calor? ¿Cuántos días tienen que mantenerse? ¿Qué superficie tiene que verse afectada?
Según la Agencia Estatal de Meteorología española, depende de cada región porque no es lo mismo que se alcancen los 38º en Sevilla que en Huesca. Así, la definición oficial sería «un episodio de al menos tres días consecutivos, en que como mínimo el 10% de las estaciones consideradas registran temperaturas máximas por encima del percentil del 95%».
Es decir, la Aemet localiza los 93 días (el 5%) más cálidos de julio y agosto de 1973 a 2000. La temperatura más baja de esos días tan cálidos se llama temperatura umbral. Así, se considera ola de calor cuando durante tres días consecutivos se alcanza o se supera esta temperatura umbral en mínimo el 10% de las estaciones de un lugar (un país, una región…).
En España, la ola de calor de más duración la vivimos en el verano de 2015, cuando tuvimos 29 días de ola de calor y 26 de ellos seguidos. En 2017 es cuando se ha registrado la mayor temperatura media durante una ola de calor: 41,1 grados.
¿Qué resultados ofrece el estudio?
Para tratar de ver si hay una conexión entre cambio climático y olas de calor, los investigadores de World Weather Attribution han analizado los datos de siete estaciones meteorológicas del norte de Europa (Finlandia, Dinamarca, Irlanda, los Países Bajos, Noruega y Suecia) por ser donde se ha experimentado la ola de calor más anómala y porque todos tenían registros digitalizados desde principios del siglo XX, a diferencia del Reino Unido.
Los resultados principales apuntan a que la ola de calor es más extrema cuánto más nos acercamos al norte de Europa. En la estación en el norte de Finlandia, las temperaturas están fuera de todo lo que se ha medido antes en más de 100 años de datos.
Otro resultado clave es que debido al cambio climático antropogénico (provocado por el impacto humano) la probabilidad de que se produzca dicha ola de calor ha aumentado en todas partes. «Estimamos que la probabilidad de tener ese calor o más es en general más de dos veces mayor que si las actividades humanas no hubieran alterado el clima», señala el estudio. Así, en el sur de Escandinavia e Irlanda es probable que haya una ola de calor similar cada 10 años, mientras que más al sur, en los Países Bajos, es probable que sea una vez cada cinco años.
Además, como las temperaturas medias globales continúan aumentando, las olas de calor serán cada vez menos excepcionales y se producirán con más frecuencia.
¿Es esta la prueba definitiva del impacto del cambio climático?
Los científicos son reacios a decir que un evento específico fue «causado» por el cambio climático, sin embargo, creen que este nuevo estudio se une a una creciente lista de vínculos sólidos entre el aumento global de las temperaturas y los eventos extremos. De momento, los investigadores no pueden esclarecer si el anticiclón que se ha bloqueado en Europa durante casi dos meses, que ahora se dirige a España y uno de los factores para la persistencia de tan altas temperaturas, fue causado por el cambio climático. Han señalado que abordarán esta cuestión cuando publiquen formalmente sus hallazgos en una revista científica más adelante este año.
Sin embargo, la investigadora de la Universidad de Oxford Friederike Otto aseguró: «El mundo se está calentando, y así las olas de calor como este se están volviendo más comunes. La lógica de que el cambio climático hará esto es ineludible. Lo que alguna vez se consideró como un clima inusualmente cálido se convertirá en un lugar común, en algunos casos, ya lo ha hecho».
¿Se han relacionado otros eventos extremos con el cambio climático?
La lista crece cada año. La gran ola de calor europea de 2003 estuvo entre los primeros eventos vinculados, aunque a los científicos les llevó varios años poder relacionarla. Finalmente concluyeron que el cambio climático inducido por los humanos había hecho que el evento fuera un 500% más probable.
Hoy en día, los estudios de atribución son mucho más rápidos: el año pasado los científicos concluyeron que las inundaciones en Houston (Texas) eran un 38% más probables debido al cambio climático.
¿Qué hay del Ártico?
La ola de calor actual en el Ártico no tiene precedentes en el registro histórico. Sin embargo, debido a la gran variación de las temperaturas en verano de un año a otro, los investigadores no han podido definir claramente el impacto de la influencia humana en este aumento de las temperaturas, que en el extremo norte de Noruega ha provocado, por ejemplo, que se alcancen los 30 grados.
Los científicos sí argumentan que sus hallazgos iniciales deberían impulsar más acciones para reducir el carbono de los gobiernos. «No estamos tomando las medidas correctas«, ha dicho Robert Vautard, investigador del CNRS en Francia, a BBC. «Estamos descubriendo el cambio climático en lugar de hacer algo en contra de él».