No, la boca de los perros no es más limpia que la de los humanos
Hay quien piensa que la boca de los perros es una especie de fuerte antiséptico que permite esté siempre limpia independientemente de lo que laman.
Hay dos tipos de dueños de perros: los que dejan que sus canes los laman y los que no. A ojos del primer grupo, se trata de un acto completamente inofensivo ya que como expresa la sabiduría popular “la boca de los perros es más limpia que la boca de los humanos”, así que -en su opinión- no representa ningún peligro. Para el segundo grupo, en cambio, es difícil olvidar que la lengua con la que te lamen la cara, aunque lo hagan con todo el amor del mundo, es la misma lengua con la que, por ejemplo, se limpian los genitales. Y la verdad es que, por muy sucia que esté la boca de una persona, es difícil igualar eso.
Pero, científicamente hablando, ¿quién tiene razón? ¿Es la boca de los perros tan antiséptica como cuenta la leyenda? ¿De verdad es más limpia que la nuestra? Según los expertos, la respuesta es no, la boca de los perros no es más limpia que la de los humanos. Pero, y aquí es donde se complica el tema, que no sea más limpia no significa tampoco que sea más sucia. Se trata de dos ecosistemas bacterianos tan diferentes entre sí que resulta imposible compararlos. Podemos decir si un perro tiene la boca más limpia que otro perro, lo mismo entre dos humanos, pero no podemos hacer una equivalencia con otra especie.
Dicho esto, ¿podemos dejar que nuestro perro nos lama? Es cierto que perros y humanos tenemos más o menos la misma cantidad de microorganismos en la boca y que, por supuesto, no todos son causantes de enfermedades. Pero aquí lo importante no es el número. La principal diferencia entre un microbioma y otro está en el tipo de organismos que lo conforman y en cómo dichos organismos atacan el sistema inmunológico de cada especie. Ahí está la clave para decidir si debemos o no dejar que nuestro perro nos lama.
¿Cómo son las bacterias presentes en la boca de los perros?
Según numerosos estudios, la mayoría de las bacterias presentes en la boca de un perro no son zoonóticas. Lo que quiere decir que, en términos generales, con ellos no intercambiamos enfermedades a través de la saliva. Sin embargo, hay excepciones importantes, como la salmonella, por ejemplo. Además, el hecho de que la mayoría de las bacterias presentes en la boca del perro no nos afecten negativamente no quiere decir que no haya otros microorganismos que sí lo hagan. Por esta razón, se recomienda evitar siempre los lametazos en la boca y en cualquier herida, por pequeña que sea. En el caso de que ocurra, es importante lavar y desinfectar la zona lo antes posible.
No es un tema de escrúpulos, sino de higiene básica. Dormir con un perro, por ejemplo, mejora la calidad del sueño, así que no hay nada de malo en compartir la cama con ellos, siempre y cuando seamos cuidadosos con la higiene. Con la boca ocurre lo mismo. Es cierto que a nivel bacterial puede resultar más peligroso besar a otro humano, pero no podemos olvidar que los perros experimentan el mundo en gran parte a través del hocico, como nosotros con las manos. Por lo que suelen tener hongos y bacterias procedentes del entorno que sí pueden comprometer el sistema inmunológico humano.
El mito de “la boca de los perros es más limpia que la boca de los humanos” se desprende probablemente de otra creencia que está todavía más arraigada en la sociedad y que asegura que la saliva de los canes es antiséptica o, incluso, que puede ayudarlos a acelerar el proceso de cicatrización de una herida. Pero la realidad es que en la boca del perro podemos encontrar una amplia gama de microorganismos potencialmente infecciosos que pueden hacer mucho más daño que beneficio. De ahí que tengamos que recurrir al collar isabelino para evitar que un perro se lama sus heridas. Un acto reflejo que está presente en la mayoría de los mamíferos, incluidos los humanos, pero que no siempre resulta beneficioso.
Por supuesto, la higiene juega un papel importante en este tema. Tal y como ocurre con los humanos, una correcta higiene dental es fundamental para la salud general del animal. Aunque por desgracia, algunos perros están genéticamente predispuestos a desarrollar problemas dentales y es poco lo que podemos hacer para evitarlo.