El condón autolubricante financiado por Bill Gates que dura 1.000 penetraciones

Es un problema real: estamos en cama, preliminares cumplidos, y llega el plato fuerte, pero (¡ajá!) no tenemos lubricante cuando más lo necesitamos. ¿Qué hacemos? Si bajamos a una farmacia de guardia se nos corta todo el rollo y adiós a la magia, pero una fricción excesiva puede romper el preservativo y causar un embarazo no deseado o una enfermedad (tampoco deseada…). Un grupo de científicos de la Universidad de Boston ha encontrado la solución al problema: un condón que se lubrica solito cuando entra en contacto con los fluidos corporales. Y ¿quién ha financiado la investigación de semejante invento? Pues el programa National Science Foundation Graduate Research Fellowship de Estados Unidos y nada menos que la Fundación Bill and Melinda Gates, del multimillonario informático y su esposa.

Para lograr este avance, los investigadores diseñaron su condón fabricándolo con látex, pero añadiendo una capa de polímeros hidrofílicos, unas sustancias que hacen que se autolubrique cuando se utiliza. Se trata de un material que ya se utiliza en otros productos, como catéteres. Pero hay más. Si bien, según el estudio, un coito «típico» dura «entre 100 y 500 penetraciones», esta nueva goma dura hasta 1.000. Este potencial aumento del jolgorio juega a favor de este nuevo invento, ya que, aunque los condones autolubricantes no son algo nuevo, los que existen actualmente en el mercado no duran tanto como este, según la investigación, publicada en la revista Royal Society Open Science.

Durante su trabajo, los investigadores midieron la efectividad del preservativo de forma teórica y práctica. «Un test de tacto y un sondeo de una pequeña muestra de población revelaron una correlación fuerte entre lo resbaladizo que era y la fricción medida por las máquinas», destaca el equipo. Los científicos celebran que este nuevo profiláctico puede aumentar el uso del condón en personas que son reacias a usarlo: «Una mayoría de los participantes (el 73%) expresó su preferencia por un condón que contenga un revestimiento lubricante y estuvo de acuerdo en que un condón inherentemente resbaladizo que permaneciera resbaladizo una larga duración incrementaría su uso del condón. Tal revestimiento muestra un potencial para ser una estrategia efectiva para disminuir el dolor asociado a la fricción, aumentando la satisfacción del usuario e incrementando el uso del condón».

Las investigaciones de este estudio han arrojado datos como que este condón autolubricante causaba un 53% menos de fricción que uno sin lubricante y que, en el caso de los preservativos a los que luego se les añade lubricante, la reducción es de un 55%. Sin embargo, aunque a priori gana la combinación lubricante + preservativo, interrumpir el sexo para ponerse un preservativo y después echarle lubricante es uno de los motivos que hacen que la gente prescinda del lubricante y se arriesgue a que el profiláctico se rompa. Además, un lubricante medio de base acuosa (la más recomendada por ser la más segura) suele resecarse y necesitar de varias aplicaciones, algo que no ocurre con el artilugio diseñado por los científicos de la Universidad de Boston.

La aparición de un preservativo que se lubrica solo y, por lo tanto, de una opción de que se extienda el uso del condón entre los más reticentes es una noticia esperanzadora en un mundo en el que, en 2016, 36,7 millones de personas vivían con el VIH, 1,8 millones de personas se infectaron con el virus y un millón murieron por enfermedades relacionadas con el sida, según datos de Cruz Roja Española y del Programa Conjunto de Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (ONUSIDA). Además, según Unicef, un adolescente de entre 15 y 19 años contrae el VIH cada dos minutos.