18 expertos exploran con nosotros el 2021
Un grupo de expertos, en áreas que van desde el medioambiente y la tecnología hasta la educación, la cultura y la futurología, ha compartido con nosotros lo que esperan que ocurra en el año 2021
Somos seres prospectivos, nos gusta (y no podemos evitar) proyectarnos constantemente en el futuro. De hecho, de acuerdo a Martin Seligman, Peter Railton, Roy Baumeister y Chandra Sripada, psicólogos, filósofos y autores del libro Homo Prospectus, dedicamos aproximadamente un 40% de nuestro pensamiento auto-generado —eso en lo que pensamos cuando no estamos tratando de concentrarnos— a contemplar el futuro lejano.
Por eso la pandemia no solo irrumpió en escena desvertebrando nuestro presente, también desdibujó nuestro futuro. Y de ahí que las proyecciones informadas, como nos gusta llamar a nuestras predicciones ya que no vienen de la especulación sino del análisis informado de las tendencias, sean especialmente relevantes este año. Recuperar la capacidad de proyectar, de idear, de preparar(nos) con bases sólidas es indispensable para restablecer nuestra agencia en esos futuros llenos de posibilidades, para crearlos.
Tal y como lo hicimos en 2018 y en 2019, una serie de expertos en diferentes áreas que van desde el medioambiente y la tecnología hasta la educación, la cultura y, por primera vez este año, la futurología, nos acompañan en esta exploración disipando un poco algunas nieblas y otras cuantas dudas.
Espero sinceramente que estas proyecciones os sean útiles y que para el 2021 elijamos el mejor de nuestros futuros probables.
CIENCIA, SALUD, MEDIO AMBIENTE Y TECNOLOGÍA
Construir lo nuevo sin dejar aún atrás lo presente
2021 será un año en el que transitar entre el 2020 de la pandemia y el 2022 en el que esperemos haber podido dejar atrás, de forma razonable, las limitaciones impuestas por la COVID-19. Un año de reencuentro paulatino con una socialización que está restringida, de expectativas sobre la capacidad de las vacunas para protegernos frente al COVID-19 y de necesidad de seguir manteniendo una parte importante de las precauciones y medidas que tenemos a día de hoy. También será un año en el que todos los problemas de salud que no son COVID-19 ganarán más protagonismo y veremos aumentar de forma dramática las listas de espera, los casos avanzados de enfermedades que antes lográbamos detectar de forma más precoz y los efectos sobre la salud de una crisis económica cuya magnitud aún no podemos determinar.
2021 será el primer año de la construcción de una salud post-COVID-19, pero aún estará inmerso en plena pandemia, intentando plantear la salida a la situación actual.
Palabra para el 2021: Reconstrucción
Javier Padilla | @javierpadillab | Médico. Autor de ¿A quién vamos a dejar morir? y Epidemiocracia.
Vacunas, tratamientos y tijeras genéticas
Predecir lo que puede suceder en biología y genética durante 2021 cuando en 2019 nadie pudo prever que en 2020 nos impactaría la mayor pandemia en un siglo puede parecer presuntuoso e ingenuo. Creo (o quiero pensar) que en 2021 veremos los primeros frutos de los muchos tratamientos en los que se está investigando para tratar la COVID-19, que han requerido muchos más estudios que las vacunas para poder evaluar su seguridad y eficacia. Recordemos que ambas vías son relevantes: vacunas y tratamientos.
Veremos también la eclosión de muchas de las vacunas de segunda y tercera generación, con tecnologías distintas, que seguirán a las actuales, para prevenir la infección por el coronavirus SARS-CoV-2, aunque probablemente sea cada vez más difícil realizar los ensayos clínicos pues la presencia del coronavirus en el mundo disminuirá considerablemente, si las primeras vacunas demuestran eficacia.
También veremos una aplicación más universal de las herramientas CRISPR en diagnóstico, de la COVID-19 y de otros patógenos, y jugando un papel cada vez más importante en biotecnología vegetal y animal, en el desarrollo de nuevas y mejores variedades de plantas y de animales mejor adaptados. Aunque todo ello vaya a ocurrir fuera de Europa, donde una legislación anacrónica condena nuestro continente a ver pasar de largo nuevamente el tren de la innovación. Finalmente me gustaría pensar que en 2021 muchos más pacientes podrán beneficiarse de estrategias terapéuticas de edición genética basadas en CRISPR.
Palabra para el 2021: Humildad (nos creemos superpoderosos y conocedores de todo pero un diminuto virus del que desconocíamos todo ha sido capaz de poner el mundo patas arriba).
Lluís Montoliu | @LluisMontoliu | Genetista. Investigador Científico del CSIC y del CIBER de Enfermedades Raras del ISCIII en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB)
Cambiar al cambio
Creo que en 2021 vamos a ver hasta qué punto nos creemos que debemos de cambiar el mundo. Veremos cómo el mundo lucha por ponerse en marcha de nuevo, y las tensiones que esto ocasionará entre quienes apuestan por recuperar viejas inercias -consumo, extractivismo, industria fósil- y quienes defienden la construcción de algo nuevo y distinto.
No es lo mismo recuperación que reconstrucción, ni tampoco ésta que construcción, a secas, desde cero, imaginando de nuevo, desechando lo que no funciona. Veremos también los intentos de apropiación del futuro por parte de las empresas que nos han traído a un presente ahogado y circular, y frente a ello debemos hacer valer nuestra propia concepción de progreso y del mañana.
Palabra para el 2021: Imaginación.
Andreu Escrivà | @AndreuEscriva | Ambientólogo y divulgador en cambio climático.
Un panorama desolador con algunas pequeñas joyas
Es probable que las tendencias globales empeoren, así como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, las desigualdades, los impactos de la pandemia y la probabilidad de nuevas pandemias, los monopolios de las grandes tecnológica y la falta de protección de datos y privacidad, etc. Pero existen tendencias alentadoras a nivel micro. La participación individual y comunitaria se fortalecerá y traspasará antiguas líneas divisorias, por está pasando por ejemplo con los movimientos postcoloniales interseccionales feministas, basados ahora en una mayor conciencia de la intercalación entre los sistemas naturales y sociales, y la compleja malla de relaciones de poder.
Palabra para el 2021: ¿Recuperación?
Gotelind Alber | @GoClimate | Consultora independiente e investigadora de políticas climáticas y energéticas. Miembro de la GenderCC, Women for Climate Justice, asociación de mujeres por la justicia climática.
Tiempo de digitalización
La pandemia ha acelerado la digitalización en más de cinco años. Su adopción masiva en todos los ámbitos (salud, administración pública, ocio, teletrabajo, educación y empresas, entre otros) continuará durante la recuperación económica. Se derribarán gran parte de las barreras culturales que frenaban su implementación y empezarán a aflorar de forma evidente los beneficios que la tecnología puede aportar. Será el centro de la agenda.
La alfabetización digital comenzará su andadura sin demora y seremos más conscientes de los riesgos que conlleva un desarrollo tecnológico sin un claro centro en el ser humano. En un escenario donde tres de las cinco empresas tecnológicas más importantes del mundo registraron un crecimiento de dos dígitos en sus ingresos durante lo que para el resto del planeta ha sido el peor año del siglo XXI, los gobiernos se pondrán manos a la obra con una regulación que no debe esperar para mantener la confianza de la ciudadanía
Palabra para el 2021: Tecno optimismo.
Lucía Velasco | @jones_lucia | Economista y experta independiente de la Comisión Europea.
El año de las oportunidades
En 2020 las empresas finalmente se han dado cuenta de que es relevante contar con el talento femenino, y esta tendencia se ha extendido más allá del ámbito empresarial, ya que dentro de la estrategia nacional de Inteligencia Artificial, uno de los objetivos definidos es acabar con la brecha de género, en este caso se hace referencia en el ámbito de la IA en particular, pero el objetivo es trasladable a todo el ámbito digital.
Por otra parte también existe un compromiso de parte de muchas empresas y fondos de inversión como BlackRock que ya exigen a las empresas a las que apoyan que cumplan con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) propuestos por la ONU para cumplir con la Agenda 2030, dentro de los cuales está el ODS5 que es el de igualdad género y empoderamiento de la mujer. Y este, influye en muchos otros. Por ejemplo, propuestas de impacto social como la que ha hecho la Fundación Energía Sin Fronteras en Honduras donde han dado créditos a mujeres para que desarrollen e instalen plantas solares, y gracias a ese desarrollo tecnológico sus hijos pueden estudiar por la noche lo que impacta de manera positiva en otro ODS que es el de educación. Las grandes compañías también pueden ayudar a emprender desarrollando diferentes iniciativas de creación de productos o servicios, lo cual evidencia que el crecimiento tecnológico puede crear un impacto positivo en el ámbito social.
Las personas que trabajamos en el ámbito del género y la tecnología hemos presentado el documento de trabajo Competencias transformadoras para la igualdad de género en la sociedad y la economía digital el pasado mes de junio, en el cual se proponen una serie de acciones realistas, ejecutivas y de fácil puesta en marcha, así que todos los stakeholders que participamos en este estudio, esperamos que estas propuestas efectivamente se pongan en marcha en el corto plazo. Entre las acciones propuestas está el desarrollo del pensamiento computacional dentro de los diferentes ámbitos educativos y el desarrollo de las competencias digitales en proyectos de formación continua para todas las personas que ahora se quedan en ERE o ERTE, que de hecho es una de las propuestas que se incluyen dentro de la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (ENIA) que contará con una inversión pública de 600 millones en el periodo 2021-2023.
Así que habrá una inversión muy importante de dinero y las empresas que quieran ser parte de ella tendrán que abordar la transformación sostenible poniendo especial atención a la igualdad de géneros, la eliminación de la brecha digital, el desarrollo de competencias y el fomento de emprendimientos. El 2021 se presenta esperanzador en cuando a la cantidad de oportunidades, la inversión y el imperativo que están poniendo diferentes stakeholders que son los que gestionan el dinero en que se apueste por una sociedad y una empresa más inclusivas y sostenibles.
Palabra para el 2021: Aceleración.
Cristina Aranda Gutiérrez | @cris_aranda_ | Desarrollo de Negocio para Europa en Taiger. Co-fundadora de MujeresTech.
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POLÍTICA, SOCIEDAD Y EDUCACIÓN
Triunfa la ciencia
No voy a ser nada original: la palabra 2021 es vacuna. El mundo entero asiste esperanzado a lo que parece un milagro: disponer de una vacuna eficaz contra el COVID en menos de un año, cuando el proceso habitual lleva al menos diez. No sólo es la promesa de una cura, es la luz del logro humano concreto. Es el fruto del empeño de la ciencia, las empresas y las instituciones enfocadas a un mismo objetivo, emergiendo brillante entre el marasmo de estupefacción, incompetencia y miseria política. A nivel europeo, este compromiso y esta determinación son los que pueden propulsar a la UE a un nivel diferente de gestión y aceleración, por encima del fatalismo burocrático. Si los 500 millones de europeos vamos a poder disponer de vacunas contra el mal del siglo, será porque se ha sustituido el «a continuación» por el «a la vez», lo sucesivo por lo acompañado. El definitivo salto al marco del siglo XXI que, parece que sí, empieza ahora.
Palabra del 2021: Vacuna.
Beatriz Becerra | @BeatrizBecerraB | Eurodiputada y Vicepresidenta Subcomisión DDHH del Parlamento Europeo.
De chinos y rednecks
Estados Unidos se enfrenta al 2021 arrastrando una certeza: su sociedad se encuentra partida por la mitad. Sí, en noviembre Joe Biden se convirtió en el presidente más votado de la historia del país al conseguir 81 millones de votos. Pero su rival, el incombustible Donald Trump, no quedó muy lejos al rozar los 75 millones de papeletas y ojo porque ocho de cada diez trumpistas creen que en realidad hay muchas más escondidas en alguna parte. Puesto de otro modo: más del 80% de esos 75 millones de personas no reconoce a Biden como el presidente legítimo de la nación.
He ahí el primer gran reto de Biden. Tiene que intentar coser la brecha social y reducir la distancia entre lo que algunos ya han empezado a denominar «las dos Américas». En su primer gran discurso postelectoral dejó claro que su intención era gobernar para todos los estadounidenses y no solo para quienes le habían votado. Pero ya lo dice el refranero español: del dicho al hecho hay un trecho. ¿Qué debería hacer, pues? Una de las claves se encuentra en la gestión del coronavirus, y no porque el trumpista se tome el virus más en serio que nadie sino porque del virus depende la economía y la economía sí preocupa, y mucho, a los votantes del Donald. También convendría que Biden dejara a un lado ese mantra enarbolado por cierta izquierda gringa que dice que el hombre blanco (y heterosexual) es el origen de todos los males del país. Ello no implica que tenga que ignorar la agenda social que le ha impuesto el ala izquierdista del Partido Demócrata; una agenda que incluye la lucha contra el cambio climático y repensar la situación de algunas minorías. Pero sí implica abandonar el desprecio hacia, por poner un ejemplo, el blanco de West Virginia y tomar nota de algunas de sus preocupaciones.
El otro gran reto de Biden se llama China. Las relaciones con el gigante asiático se han deteriorado mucho durante el mandato de Trump. La gran pregunta es si ese deterioro ha sido realmente una mala noticia (recordemos que Pekín vaciló a Barack Obama todo lo que quiso y más) y, si no lo ha sido, ¿qué hacer al respecto? ¿Continuar con la política trumpista o apostar por una tercera vía? Por lo pronto Biden ha escogido a Katherine Tai, una abogada que habla mandarín, como la máxima representante comercial del país. La elección de Tai invita a pensar que la nueva administración busca renegociar los acuerdos comerciales con Pekín. Otra cosa es que una aproximación semejante vaya a terminar con la guerra comercial en curso. Eso está por ver.
Palabra que define el 2021: Equilibrismo.
Borja Bauzá | @ClanMacbean | Periodista freelance. Escribe sobre los dimes y diretes de la sociedad estadounidense en The Objective, colabora con las publicaciones del grupo Muy Interesante y firma reportajes en varias revistas especializadas.
Una nueva oportunidad para el cambio feminista
El 2021 estará marcado por las secuelas derivadas de la pandemia a nivel social, económico y político, así como por un nuevo comienzo con la campaña de vacunación mundial, lo cual representa una oportunidad para incluir la perspectiva feminista en dicho comienzo. La pandemia no solo trajo consigo una crisis sanitaria, sino también económica y social. Crisis que evidenció aún más la desigualdad sexual del trabajo remunerado y no remunerado que afectó mayoritariamente a las mujeres tanto en la vida privada como pública. Pues no solo recayó en nosotras la mayor carga del trabajo doméstico y de cuidados a personas dependientes, enfermas e hijes, sino también laboral con la feminización de los trabajos sanitarios, de los servicios esenciales. Por lo tanto, además de estar expuestas a sufrir la enfermedad, también hemos estado más vulnerables a sufrir la precariedad laboral. Con consecuencias en la salud física y psicológica, sin olvidar que también nos ha hecho más vulnerables ha sufrir los efectos de la violencia machista con el confinamiento, quebrantando nuestros principales derechos como ciudadanas y trabajadoras.
Entonces, ¿qué sigue? Con las próximas dificultades económicas y sociales, lo mejor será dar protagonismo a la perspectiva feminista y de género en las políticas públicas, así como cuidar que sean las propias mujeres, feministas y expertas en Estudios de Género quienes sean partícipes del proceso político, con el fin de contar con acciones gubernamentales que realmente atiendan las consecuencias de la triple crisis, o de lo contrario las diversas brechas de la desigualdad de género serán aun mayores y dando continuidad a las graves secuelas en la vida de las mujeres. Es así que en el próximo año el feminismo debe de estar en las políticas públicas, pero también volverá a tomar las calles para continuar debatiendo y enriqueciendo su propia lucha y acompañando las derivadas de otras causas sociales y políticas a nivel mundial.
También es evidente que en este año que termina el feminismo no ha dejado de producir diversos debates internos relacionados con la inclusión de muchas otras perspectivas y luchas de diversas experiencias, debates que continuarán enriqueciendo y ampliando aún más el discurso poniendo de manifiesto que la teoría feminista no está acabada ni cerrada, sino que la reflexión es su principal herramienta para su constante ampliación y crecimiento.
Leticia Segura Ordaz | @LetySegura4 | Mexicana, estudiante del doctorado en Estudios Feministas y de Género en el Instituto de Investigaciones Feministas de la UCM y Personal de Apoyo a la Investigación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la misma Universidad.
Incertidumbre, controversia, digitalización y currículo competencial
Con la pandemia que no acaba de irse y la Ley Celaá que no ha hecho más que llegar, el año próximo estará marcado aún por una enorme incertidumbre en el ámbito educativo. Incertidumbre que podrá ser convulsa si alcanza altos niveles.
El inicio de año llegará a los centros todavía con las medidas extremas en el ámbito de la docencia (presencialidad muy reducida en educación superior, alterna en Bachillerato y ESO y con grupos-burbuja en Primaria e Infantil). A pesar de los anuncios de la vacunación, una normalidad normal es muy probable que no llegue hasta el inicio del curso 2021-2022… Y, como en todo esto de la pandemia, la información al respecto no se anticipará con mucho tiempo, sino que habrá que vivir el día a día en función de cómo evolucionen los datos de contagios. En este escenario, la digitalización de los procesos educativos se hará cada vez más visible, y se instalará quizá ya incluso pasada la crisis sanitaria. No sería raro pensar en un escenario final de clases presenciales que son retransmitidas en streaming como norma ya casi habitual para el seguimiento permanente de las clases por todas aquellas personas que lo necesiten, sea cual sea la circunstancia que genera esa necesidad.
Por otro lado, la LOMCE recién aprobada iniciará su desarrollo legislativo. La revolución curricular hacia un enfoque competencial como apuesta determinante de la ley, las discusiones sobre el nuevo modelo de evaluación y las formas de promoción de un ciclo a otro, y las controversias sobre los conciertos, la asignatura de religión o la educación de personas con determinadas capacidades diferentes, marcarán un curso escolar intenso en el debate pedagógico, que trascenderán a lo social y a lo político. Es posible una contestación social desde ciertos sectores e incluso la “insumisión” desde algunas CC.AA. al desarrollo de la ley. Todo ello podría instalar una sensación de conflicto en los centros que, de hacerse estructural, llevaría a un hastío sistémico que poco favorece el desempeño de la labor de los profesores –héroes educativos en este tiempo de pandemia-. Siento ser pesimista, pero cabe preguntarse si era este el mejor escenario para una nueva ley educativa. ¡Otra más sin consenso ni político ni social!
Afortunadamente, la otra cara de la moneda la ofrece el profesorado español, motivado y comprometido, que seguirá, pase lo que pase, sacando adelante la educación de nuestros hijos con todo su mejor quehacer, como han demostrado estos durísimos meses de 2020… ¡Eso seguro!
Palabra para el 2021: Incertidumbre.
Javier M. Valle | Coordinador del Grupo de Investigación sobre “Política Educativa Supranacional” (GIPES) de la Universidad Autónoma de Madrid. Vicepresidente de la Sociedad Española de Educación Comparada. Director de la Journal of Supranational Policies of Education. Director de la Revista Española de Educación Comparada
El teletrabajo ha llegado para quedarse
Que el teletrabajo ha venido para quedarse es un hecho ya constatado. Grandes empresas están contratando a sus nuevos empleados para que trabajen en remoto durante todo el 2021. El teletrabajo es una práctica de recursos humanos que puede traer muchos beneficios tanto para empresas como para los empleados, en términos de productividad y bienestar laboral.
Por ello, es importante que empresas y trabajadores entiendan las necesidades de ambos, negociando unas condiciones efectivas para aprovechar las ventajas de esta práctica de flexibilidad. En este sentido los supervisores de equipos de personas tienen una tarea fundamental de apoyar y dirigir a sus empleados, donde la confianza ha de ser un factor primordial.
Palabra para el 2021: Flexibilidad
Dra. Esther Villajos Girona | @Esther_vg | Doctora en Psicología de los Recursos Humanos. Directora del MBA en la Universidad Internacional de Valencia. Investigadora Principal del grupo de investigación en Organizaciones Sostenibles.
Explorar colaborativamente
Esta crisis inédita ha dejado claro que todo lo que parecía separado es inseparable, y que como humanidad, tenemos un verdadero reto por delante para poder resolver de manera creativa y sistémica todas las crisis a las que nos estamos enfrentando, sanitaria, social, política, económica… Vamos a necesitar estar juntos a la hora de formular las preguntas y a la hora de enunciar las soluciones. Es hora de acabar con el individualismo imperante y volver a pensar en términos de comunidad.
Explorar de manera colaborativa, entre industrias, disciplinas y sectores, nos ayudaría a desparcelar el conocimiento y generar alternativas en una era donde habrá pocas certezas. Permitirá a personas y organizaciones, que sus interpretaciones del mundo, ganen en profundidad y entendimiento, enmarcando con mayor precisión los verdaderos retos que tenemos como sociedad. Olvidémonos del futuro y centrémonos en comprender el tiempo presente que nos rodea, desde la riqueza que nos ofrece la diversidad de miradas.
Palabra para el 2021: Interdependencia.
Carmen Bustos | @Carmen Bustos | Socia fundadora de Soulsight, Consultora de Diseño estratégico y de Wander, espacio de exploración y aprendizaje.
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CULTURA
El año que creímos que podríamos conseguirlo
En el año de la hecatombe del Sector del Espectáculo y los Eventos, el año en el que nos hemos visto obligados a parar en seco y en el que nos hemos enfrentado a la peor crisis que hemos vivido los trabajadores de este sector, ha sido también el año de la mayor unión y el mayor movimiento para cambiar las cosas.
Para el próximo esperamos que sea el momento en el que la industria a la que pertenecemos se de una vuelta sobre sí misma y consigamos por fin la anhelada normativa que nos proteja y unifique. Ese momento de conseguir una legislación específica y homogeneizada para todo el territorio nacional que ponga en valor lo que este sector aporta a la sociedad, tanto desde el punto de vista emocional como, por supuesto, económico.
Palabra para el 2021: Unidad / Reconocimiento.
Alerta Roja | @AlertaRojaEs | Movimiento de unificación sectorial de la industria del Espectáculo y los Eventos.
Ana Iris Simón y la religiosidad
Pocas veces tengo tan claro lo que nos espera a la vuelta de enero. Podría definirse como un retorno a la religiosidad, y no digo espiritualidad, sino religiosidad. Intuyo, incluso, que vendrá una religiosidad concreta: cristiana y católica, que tiene la ventaja haber defendido unos valores que crecen fortísimos con el paso de los siglos. Me permito un medio chiste: habiendo nacido en un país que abraza la religión verdadera, ¿por qué cambiarse a una falsa?
Esta tendencia se confirma en el excelente libro Feria, de la joven escritora Ana Iris Simón, que en su adolescencia se rebela contra un padre ateo para acudir a misa. También la encontramos en la defensa de Elisabeth Duval de Fratelli tutti -la última encíclica papal-, o en el hecho de que la radio del Primavera Sound dedique uno de sus podcasts a los jóvenes católicos. ¿No se han dado cuenta de que se cita y se admira, cada vez más, al escritor católico Juan Manuel de Prada? ¿De que las series vaticanas de Sorrentino son el colmo de lo ‘cool’? ¿De qué en una sociedad hiperindividualista, excluyente de los pobres, no existe satisfacción humana posible? “Jesus walks”, que cantaba Kanye West en 2004. Cristo camina siempre sobre nuestros tiempos turbulentos.
Palabra para el 2021: Fraternidad.
Víctor Lenore | @Lenore1789 | Crítico musical en El Confidencial.
Un año para repensar
No lo controlamos todo, nunca podremos controlarlo todo. Parafraseando a Mallarmé, la ciencia y la tecnología nunca podrá anular el azar. Ante esta situación, ¿qué nos depara el 2021 desde el punto de vista cultural? Me gustaría pensar que el 2021 será un año de recuperación: volverán a abrir normalmente cines y teatros, la cultura en directo ya no tendrá restricciones, en las librerías se podrán volver a reunir las personas, las conferencias, las presentaciones y los cursos volverán a ser lo que han sido hasta ahora, presenciales y no a través de pantalla. Me gustaría pensar que 2021, en el mundo de la cultura se recuperarán los puestos de trabajo perdidos, los proyectos se reactivarán, desaparecerán los ERTES y los autónomos no deberán pelear por unas ayudas que nunca llegaron. Me gustaría pensar que ese supuesto aumento de lectores durante los meses de confinamiento se mantenga e, incluso, el número de nuevos lectores se incremente. Me gustaría pensar también que las redes que se han establecido entre lectores y librerías de barrio, que han resistido como pocos estos duros meses, se hagan más fuertes y, consecuentemente, se debiliten todas aquellas empresas que se han enriquecido en base a la precarización del trabajo de mensajería o riders. Escribiendo, me doy cuenta de que más que predicciones, son deseos. Y es que no creo mucho en predicciones. La única que puedo hacer es que seguirán publicándose libros en torno a la pandemia -digo seguirán, porque la rapidez con la que muchos han escrito sobre lo acontecido ha hecho que ya haya más títulos de los deseables- y que el confinamiento se convertirá en el trasfondo de más de una novela.
Una palabra para el 2021: Deseos. Quizás, deseos imposibles.
Anna M. Iglesia | @AnnaMIglesia | Licenciada en Teoría de la literatura y literatura comparada. Escribo en distintos medios, principalmente sobre literatura.
El audio al alza
El audio seguirá creciendo exponencialmente durante 2021 y, muy especialmente, el podcast. A nivel global se alcanzarán por primera vez los mil millones de dólares de inversión publicitaria y creo que la consolidación de la plataformización del podcast seguirá constatándose. En 2021, tal vez, veamos la llegada del gigante Amazon en pugna con Spotify y Apple. En cuanto al tejido creativo para la industria del podcast, seguirá la edad dorada y creo que seguiremos experimentando con formatos mixtos.
La llegada de la IA al mundo del podcast comenzará a afianzarse en 2021 con una tecnología -algoritmos- que favorecerá a la personalización, la geolocalización y los anuncios hipersegmentados. Por último, creo que el podcasting en español vivirá su verdadera eclosión en 2021, convirtiéndose en el segundo gran mercado en todo el mundo.
Palabra para el 2021: Audio.
María Jesús Espinosa de los Monteros | @mjesusespinosa | Directora de Podium Podcast y Podium Studios. Apasionada del audio y la literatura.
Reinventarse, simplificar o morir
El 2020 ha hecho un reset en todos los sectores y el de la gastronomía no ha sido menos. En hostelería una de las palabras más repetidas ha sido “reinventarse”. Unos cambiando totalmente su modelo de negocio. Otros, más que reinventarse, se han adaptado. Y lo que han tenido en común los de un lado y otro ha sido que todos han simplificado: reduciendo cartas, simplificando recetas, apostando por el producto de proximidad. Así que, si el 2020 ya apuntó gastronómicamente a la tradición, en 2021 continuaremos en ella despojándose, además, de la parafernalia.
Esto a nivel hostelería. Si hablamos de la gastronomía en casa, lo que ha provocado este año es que muchos hayan descubierto, al fin, dónde tienen la cocina. Seguro que muchos saldrán de ahí en cuanto puedan, pero no han sido pocos quienes han encontrado en cocinar un salvavidas. Y eso queda grabado para siempre.
Palabra del 2021: Simplificación.
Inma Garrido | @garridotcom | Periodista y editora freelance. Ahora escribe en la Guía Repsol, El Comidista y The Objective. Le gusta el flamenco, el jerez, comer y hablar de lo que come.
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FUTURO
Los futuroS del futuro para 2021
En una concepción todavía muy extendida, el futuro se pinta como pre-definido, al que podríamos llegar antes o después pisando un acelerador imaginario hecho de tecnología y economía, y se entiende como que, en cierto modo, ya está ahí, solo que todavía no había sucedido. Pero eventos como la Covid ha mostrado a un mayor grueso de la sociedad que el ser humano es una entidad, con una capacidad transformativa del planeta brutal, sí, pero no la única con capacidad de cambiar cosas. Que el planeta sí tiene límites. Y que lo incierto, y lo que queda fuera de nuestro radar de lo plausible o “realista” sigue ahí, no necesariamente viene de la “disrupción tecnológica”, y no lo podemos controlar todo.
Un campo que estudia los cambios en su dinamismo y estudia maneras de intervenir, o gestionar los cambios desde nuestras capacidades (“anticipar”), los Estudios de Futuros, lleva décadas advirtiendo que esto de predecir y de ‘casarse’ con un único escenario no tiene ningún sentido: el futuro no existe como algo pre-definido, y aquí la Física junto a la Filosofía llevan un siglo advirtiendo desde los principios de la indeterminación y la incertidumbre. Dentro, se lleva años usando la lógica de futuro igual a horizonte de posibilidades (“futuros” en plural), con sus tendencias más probables, riesgos menos probables pero posibles de suceder, pero también con escenarios que nos suenan poco “realistas”.
Durante años ha sido una disciplina arrinconada en este país. El cambio se dio entre 2019 y 2020 en España se ha visto un mayor interés por los enfoques de esta disciplina de los años 90 en adelante (mucho después del famoso trabajo de Toffler, hay vida más allá). Así que tiene mucha pinta que en 2021 esta tendencia seguirá esta constante. Y mientras, dentro de la propia disciplina, se están incorporando además más herramientas hermanas con prácticas participativas (propias de la mediación social y el diseño social), con el estudio de Sistemas Complejos, con críticas sobre cómo las narrativas que usamos sobre el futuro para imaginarlo están cargadas de perspectivas políticas, y poniendo también el foco sobre la emergencia de construir visiones de futuro que tengan en cuenta los retos actuales para determinar qué futuros queremos y hacia dónde queremos ir desde nuestro punto de partida actual.
Palabra que define el 2021: Contingencias.
Elisabet Roselló Román | @lisrosello | Fundadora de Postfuturear, agencia estratégica y de prospectiva. Miembro del Center for Postnormal Policy and Futures Studies.