Hace 10 años nació la era de los superhéroes

No solo se estrenó El caballero oscuro, un fenómeno de crítica que cambiaría para siempre la forma de contar historias adultas, sino que también llegó a los cines Iron Man e inauguró el universo Marvel y un fenómeno que nunca antes se había visto.

 

Why so serious? Hace diez años esta línea se convirtió en hito. Llegaba a las pantallas El caballero oscuro y el mundo del cine de superhéroes nunca sería el mismo. Christopher Nolan ya había revivido la vapuleada franquicia de Batman 3 años antes con Batman Begins. El superhéroe había tenido una triste despedida años antes con el estrepitoso ridículo de Batman & Robin y sus trajes con pezones y patético guion. Warner Brothers decidió entonces dejarlo de lado, guardárselo y pasar a otros proyectos. Esto hasta que Nolan, que no estaba especialmente interesado en los superhéroes pero sí en este marginado personaje con potencial, se ofreció a hacer una nueva saga de Batman. Su idea, que marcó para siempre los años que vendrían, era hacer de Gotham, Bruce Wayne y Batman algo realista, algo posible. ¿Era posible? Batman Begins probó ser un buen inicio, pero nada que cambiara el mundo. Por su parte, otros superhéroes no estaban teniendo un gran momento: Películas como Los cuatro fantásticos eran tan prescindibles que es difícil siquiera recordar que alguna vez existió.

 

Y luego llegó 2008, el año que lo cambió todo. El caballero oscuro llegó a las salas y ya nada sería igual. La segunda parte de una planificada trilogía –ay cuando una trilogía era lo único que existía- se adentraba más en el realismo oscuro y ofrecía una visión filosófica del mundo contemporáneo y las fuerzas que lo mueven a través de sus personajes. Batman, violento pero ético y con un apego irrompible a sus propios principios y su comprensión del mundo, y el Joker, el mayor agente del caos que jamás existió en el cine, un hombre que “quiere ver el mundo arder” eran los dos puntos centrales de una película que fascinó a críticos y espectadores.

Pero no solo se trató de la historia, Heath Ledger –que se enfrentaba a interpretar a un Joker que antes había sido inmortalizado por no otro que Jack Nicholson- y su actuación visceral, agresiva, terrorífica y humorística se ganaron el título de la mejor interpretación del personaje hasta la fecha. Su Joker es ahora el canon y nadie ha logrado destronarlo. También es mito el rodaje en sí mismo. Nolan es famoso por preferir –básicamente exigir- los efectos prácticos y en El caballero oscuro están algunas de sus mejores secuencias de acción… para los que no lo sepan: el camión de 18 ruedas fue volteado en las calles de Chicago realmente y en una sola toma.

 

Fue tal el fenómeno de El caballero oscuro que la indignación corrió por Hollywood cuando no se la nominó a Mejor Película en el Óscar. Y fue tal el alboroto que al año siguiente la Academia amplió su número de nominadas en esa categoría a 10 para que nunca más pasase lo mismo. Ese no fue su único efecto en Hollywood. Una forma de contar historias de superhéroes – que siempre se habían asociado a la niñez y a una estética colorida – nació: adulta, oscura, pesimista. Eran héroes marcados por el trauma, viviendo realidades similares a la del espectador y creíbles. Batman, tras haber asesinado el género en 1997, había vuelto para darle una nueva vida.

Pero no fue solo culpa de Nolan y su caballero oscuro y su Joker. En 2008, también nació otro titán de los superhéroes, uno que resultaría a la larga mucho más duradero y rentable que el propio hombre murciélago. Marvel por fin había decidido producir sus propias películas, pero sus personajes más famosos estaban en manos de otras compañías… así que optaron por probar con Iron Man. Una historia de origen, excelente y llena de humor, la película revivió la carrera de Robert Downey Jr. y lanzó lo que se convertiría en el universo cinematográfico más amplio del cine desde Star Wars. Iron Man fue el nacimiento de otro tipo de película de superhéroes, las del estilo Marvel, esas que tienen oscuridad, sí, pero también mucho humor, esas que son capaces de no tomarse tan en serio, esas que hoy invaden los cines cada año.

 

El 2008 fue el año que cambió el panorama del cine actual. Ese año dos héroes llegaron a los cines de formas muy diferentes pero los marcaron para siempre. En el caso de El caballero oscuro porque influyó toda la narrativa de este tipo historias que le precedería –se puede argumentar que incluso influyó en otro tipo de historias también, que generalizó el enfoque pesimista y oscuro y lo convirtió en sinónimo de adulto- aunque Batman se convirtiese luego de nuevo en un hazmerreír; y Iron Man por lanzó un fenómeno jamás visto en el cine –un universo conformado por diferentes héroes en diferentes películas que se conectan entre sí- que ha invadido las pantallas, ha cambiado la cultura y la manera de consumir contenido y ha generado miles de millones. El 2008 vio nacer al superhéroe moderno que cambiaría todo lo que conocemos, y nadie podía haberlo previsto.