Albert Boadella: "Da la sensación de que la excelencia es de derechas y de fachas"
«Ahora los fetiches son distintos. Serían el cambio climático, el feminismo y el colectivo LGTBI y hacer humor sobre estas cuestiones es algo de alto riesgo»
«Un poco pícaro», alguien que necesita del adversario «para crecer» de igual forma que de aquel que lo considere «buena persona». Pero, sobre todo, Albert Boadella (Barcelona, 1943), es uno de esos tipos a los que les gusta jugar. Así se define el dramaturgo y actor: «Me dedico al teatro, una profesión que en otras lenguas se llama jugar. Y esa idea del juego se ha adentrado mucho en mi personalidad». Quizá por ello, para muchos, la de él es una vida de bufón. Quizá por ello, haya hecho rabiar a otros tantos.
Son palabras del creador de Tabarnia en la primera edición de The Objective LIVE Podcast, un espacio de conversación viral con personajes imprescindibles en un formato innovador. Puedes ver la entrevista completa en vídeo de alta calidad dándole a play en la portada de este artículo o escuchar el podcast completo en Spotify y iVoox.
“El nacionalismo convierte un incidente sexual en un hecho fundamental”, una de las muchas reflexiones que deja @BoadellaAlbert en #TOpodcastBoadella, la primera edición de The Objective LIVE Podcast conducida por @quintanapaz. Mira la entrevista completa https://t.co/bnvuQ2feh4 pic.twitter.com/RRjNl8h78j
— The Objective (@TheObjective_es) November 16, 2019
En los recién estrenados cines Palafox, acompañados de medio centenar de personas, el filósofo y colaborador de esta casa Miguel Ángel Quintana Paz y el dramaturgo Albert Boadella charlan sobre el teatro, sobre el poder, el desafío, el nacionalismo, sobre la censura. Y todo, con algo de filosofía.
Boadella es una de las figuras más significadas en su oposición al nacionalismo. A través de obras como Adiós Cataluña. Crónica de amor y de guerra ha desafiado al poder buscándole las cosquillas desde la literatura. Azotando contra las actitudes nacionalistas en Cataluña, contra aquellos que consideraban que «invadían» su territorio. «Estas obras también intentaban buscar un cierto poder desde la oposición. En el mundo de la política el poder tiene unos niveles de ambición y deseos de terreno tan irreprimibles que resultan esperpénticos», confiesa quien se hace llamar el presidente de Tabarnia en el exilio, parodiando a Puigdemont.
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Para Boadella, Jordi Pujol «es el máximo responsable de lo que está sucediendo» en Cataluña. Y al ‘Pujolismo’ le plantó cara entre los años 80 y 90 con su trilogía Ubú, una crítica feroz al nacionalismo catalán. Y el ‘Pujolilsmo’ reaccionó y censuró y persiguió la que fue su compañía teatral independiente hasta 2012, Els Joglars, hasta casi expulsarla de Cataluña. «El nacionalismo necesita rápidamente del enemigo común, la unión en el odio contra todo lo español. Es contradictorio con el humanismo y con la democracia», opina.
Siempre con sorna e ironía, Albert Boadella asegura que «España tiene un defecto personal», que viene a resumir en «la falta del deseo de excelencia». «Da la sensación que la excelencia es un poco facha en España, que es un asunto de los de derechas. En el mundo de la izquierda hay como voluntad de ensuciar las cosas«, explica, haciendo referencia a lo mucho que le gusta el «decorado» español y lo poco que le gustan sus «actuantes», quienes, asegura, «no tienen voluntad de exigencia. Eso da muy buen rollo en el trabajo, pero es un defecto personal».
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Para el dramaturgo y director, el hombre mas civilizado es «aquel que tiene sentido del humor». Quizá por ello sus obras rebosan de ironía y acidez. «Es lo que más nos distingue de lo animal. El animal se divierte, incluso parece que puede tener su lado de comicidad, pero no tiene sentido del humor. Las tribus más primitivas se ríen, pero les cuesta distanciarse, porque tienen un fanatismo hacia determinados mitos», explica para quien «la falta del sentido del humor lleva al talibanismo».
En este punto reflexiona y asegura que «la propia sociedad ha tomado el papel de la Inquisición. Ahora, los fetiches son distintos. Serían el cambio climático, el feminismo y el colectivo LGTBI y hacer humor sobre estas cuestiones es algo de alto riesgo y eso lleva a la autocensura», denuncia.
Y hablando del modo de escapar de esa Inquisición, Miguel Ángel Quintana Paz termina con la pregunta con la que culminará todos sus programas de Café Vienés: ¿Si pudieras ser invisible qué es lo primero que harías?
–No voy a ser filosófico en la respuesta, voy a ser un poco bruto: follar, que es lo que más me ha gustado en la vida, y además con las mujeres más inteligentes y bellas.