THE OBJECTIVE
Cultura

Versos a pie de calle

Las calles son de quienes las habitan y en ejemplos como los que vienen a continuación, la micropoesía es, afortunadamente, de todos. En cemento, en muros, en cubos de basura, en mobiliario urbano…

Versos a pie de calle

«Lo bueno, si breve, dos veces bueno». Una afirmación que resulta una gran mentira si nos referimos, por ejemplo, a las vacaciones, la sobremesa o al sexo, pero que es un refrán acertado si se aplica a ámbitos donde la capacidad de síntesis resulta ventajosa o incluso indispensable. Uno de esos campos es la palabra escrita del siglo XXI donde lo corto, conciso y directo es si no mejor, doblemente efectivo. El otro es la poesía en forma de aforismo.

 

“La brevedad es lisongera, y más negociante; gana por lo cortés lo que pierde por lo corto. Lo bueno, si breve, dos vezes bueno; y aun lo malo, si poco, no tan malo”. Baltasar Gracián

 

En la era de la brevedad, donde tweets, memes, mensajes de WhatsApp y slogans publicitarios marcan la preferencia por una comunicación sin rodeos, los aforismos viven un renacimiento acorde a nuestros tiempos. Todo lo inunda la prisa, la necesidad de estímulos en dosis concentradas, la relevancia de lo urgente en lugar de lo importante y se percibe una cada vez más desmejorada capacidad de atención que afecta a la lectura sosegada. En este contexto, la micropoesía se convierte en una buena forma de dar salida a la necesidad sensibilidad, belleza y pensamiento.

 

accion-poetica-poesia-calle
Acción Poética en Playa del Carmen, Quintana Roo. (Foto: Adrián Cerón / Bajo Licencia Creative Commons)

 

De forma precisa y coherente, los micropoetas encapsulan significados de los que es posible disfrutar en apenas un vistazo, y si además se opta por el canal adecuado, lo bueno ya no es dos veces bueno, si no que puede llegar a ser triplemente mejor. ¿Dónde y cómo revivir la poesía? La respuesta parece encontrarse en las calles, incrustada en la vida diaria como acompañante.

 

“Que la gente no lea poesía no significa que no la necesite”. Armando Alanís

 

Armando Alanís, uno de los fundadores del Acción Poética tenía razón cuando señalaba «que la gente no lea poesía no significa que no la necesite” y  los versos callejeros hacen mucho más sencillo recibir esa dosis vital que nos aleja de la rutina animal. Los versos a pie de calle no piden nada; ni de tiempo, ni libros, ni tan si quiera que sintamos el deseo de leerlos.

En las calles la casualidad democratiza la necesaria medicina poética que nos recuerde que somos seres sensibles y pensantes. Algunos los consideran grafitis porque su medio es el muro callejero, con su carácter efímero, libre y subversivo, pero a diferencia de éstos, su valor radica en la palabra recuperando el valor de una poesía casi olvidada.  Son, al fin y al cabo, otra forma de literatura.

En cemento, en muros de ladrillo, en cubos de basura, en mobiliario urbano… Cualquier rincón es bueno para los versos, y aquí hemos recopilado algunos de los mejores ejemplos de ello. Poesía a pie de calle en estado puro para alegrar la vista y el espíritu.

 

accion-poetica-poesia-calle-cadiz
Foto: Acción Poética Trenque Lauquen bajo licencia Creative Commons

 

1.  Acción Poéticaun movimiento contagioso que cruza fronteras

Se trata del más conocido ejemplo y ha dado nombre a todo un movimiento. Bajo el nombre de Acción Poética se dio inicio a un fenómeno que sigue llenando de palabras los muros a ambos lados del charco, englobando a un casi infinito número de artistas, colectivos y poetas esporádicos.

Sus orígenes se remontan al año 1996, cuando el poeta mexicano Armando Alanís Pulido empezó a bañar de poesía las calles de de Monterrey, México. A partir de entonces, el movimiento fue propagándose como una bella plaga, dando lugar a la emergencia de otras acciones basadas en la misma técnica y filosofía.

Argentina, Uruguay, Perú, Bolivia, Paraguay, Puerto Rico, Nicaragua, Guatemala y Venezuela…Sin poesía no hay ciudad es un lema que ha llegado a impregnar cada rincón calando de romanticismo, denuncia y reflexión las urbes; una realidad que ha quedado retratada por varios documentales como Llueve Poesía, donde se narran los inicios y motivaciones que empujaron a Acción Poética a convertirse en lo que es.

 

 

Pero este movimiento artístico-literario no sólo ha llenado de poesía las grandes ciudades de Latinoamérica, sino que ha conseguido cambiar los paisajes de pequeñas poblaciones de todo el mundo. Un buen ejemplo de ello es Colmenar de Arroyo, un pequeño pueblo de España donde Luis Santos sigue los pasos de Alanís Pulido convirtiendo las paredes del pueblo en un auténtico escaparate de creatividad literaria con el apoyo del Ayuntamiento.

 

 

2. Cubos de basura neorrabiosos

Batania, el vizcaíno detrás de la firma Neorrabioso, no se limita a reproducir versos empalagosos de otros autores en las paredes. Apasionado de la (buena) literatura y lector empedernido como bien demuestra su blog, como escritor bebe de los grandes creando un lenguaje propio, tan rico como sencillo. Además de su demostrada habilidad para juntar palabras con acierto, lo que caracteriza a este poeta es el inusual soporte alejado de la página de papel donde vierte sus versos.

En cubos de basura, Neorrabioso ofrece sabiduría, sentimiento y fuerza a todo madrileño que se digne a mirar los omnipresentes contenedores de desperdicios de Madrid.

 

 

Desde merecidos (por escasos) homenajes a los inmigrantes, pasando por la introspección de los versos más personales hasta frases de denuncia que inviten a la reflexión de nuestro contexto social y político: «Liberqué, fraterniquién, igualicuándo», «me niego a vivir en serio y en serie», «la costumbre es la ideología de los cobardes», «más que necesaria, la poesía es inevitable». Píldoras para la mente conteniendo pensamientos no desperdiciados.

 

Neorrabioso, soldado en la guerra del verso. (Foto: R2hox vía Flicker bajo licencia Creative Commons)
Neorrabioso, soldado en la guerra del verso. (Foto: R2hox vía Flicker bajo licencia Creative Commons)

 

3. El colectivo Boa Mistura te comería a versos

Hace un par de años, el colectivo Boa Mistura aderezó los pasos de cebra de Madrid y Barcelona de poesía. Versos extraídos de las canciones de Rayden, Leiva, y de la micropoetisa Ajo en Madrid. De Montse Aroca, Amaia Crespo y María Leach en Barcelona, el proyecto Te comería a versos es uno de los mejores ejemplos de una colaboración productiva en pro de la sustancia.

 

Cosas que le pasan a Ajo. (Foto: Boamistura)
Cosas que le pasan a Ajo. (Foto: Boamistura)

 

Descrita por sus autores como «un acto de amor de artistas y poetas hacia la ciudad de Madrid», pero también un sustento por parte del propio colectivo hacia el trabajo de los artistas que colaboraron en el proyecto. Con el altavoz de lo visual, los mensajes efímeros alegraron el paso de viandantes hasta su desgaste.

 

Versos de la micropoetisa Ajo en las calles madrleñas. (Foto: Boa Mistura)
Versos de la micropoetisa Ajo en las calles madrileñas. (Foto: Boa Mistura)

4. Al mal tiempo, buenos versos

También de algo efímero que transforma el paisaje urbano hablamos, puede que no exista mejor ejemplo que la lluvia mojando el asfalto. El Ayuntamiento de Boston y el colectivo Mass Poetry, que apoya la comunidad de poetas de Massachussets aprovecharon para sacar la mejor cara al mal tiempo creando una curiosa propuesta de acción poética: poemas callejeros que sólo aparecen en contacto con el agua. Una original manera de crear instantes temporales cargados de sorpresa.

 

5. Robert Montgomery, el artista que convierte la publicidad en poesía

El artista escocés Robert Montgomery crea sus obras de noche, vandalizando carteles que originalmente mostraban anuncios publicitarios para cubrirlos con su poesía. Tipografía blanca sobre un fondo negro, gritando ideas sobre la belleza, el consumismo y la hipocresía en una elegante combinación verbal.

Heredero (como dicen tantos otros artistas) de los inimitables situacionistas, y en una línea similar a la de la artista Jenny Holzer en sus proyecciones o carteles de sala de cine, Montgomery ofrece instalaciones cargadas de ideas incómodas en lugares inesperados, acertados y públicos.

 

robert-montgomery-billboard
Situacionismo moderno. (Foto: Robert Montgomery)

 

Una pequeña pincelada que demuestra que la libertad de expresión poética está en buena forma, y para ejercerla basta con atreverse. Héroes anónimos, palabras sin bozal e ideas regaladas; ejemplos hay muchos, muy buenos y afortunadamente, surgen cada día en todas partes. Sin poesía, hay ciudad, pero con poesía, hay ciudad despierta, alegre, pensante y sonante.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D