Un Premio Princesa de Asturias Mastropiero que nunca para Les Luthiers
Hoy es un buen día gracias a los ganadores de la edición 2017 del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades: Les Luthiers, ese peculiar y maravilloso grupo de comediantes argentinos que durante cinco décadas se ha dedicado a la difícil -y a veces heróica- labor de hacer reir con humor inteligente y música. Algo que el mundo necesita con urgencia.
Hoy es un buen día gracias a los ganadores de la edición 2017 del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades: Les Luthiers, ese peculiar y maravilloso grupo de comediantes argentinos que durante cinco décadas se ha dedicado a la difícil -y a veces heroica- labor de hacer reír con humor inteligente y música. Algo que el mundo necesita con urgencia.
El acta del jurado destaca que Les Luthiers es uno de los principales comunicadores de la cultura iberoamericana desde la creación artística y el humor. «Su original tratamiento del lenguaje, de los instrumentos musicales y de la acción escénica atrae a cientos de miles de espectadores de todas las generaciones, que han convertido a Les Luthiers en un espejo crítico y en un referente de libertad en la sociedad contemporánea.»
Hoy recordaremos las veces que los hemos visto en vivo, sus canciones, sus originales instrumentos, sus ingeniosas biografías en los programas de mano, sus traducciones simultáneas al francés, su Ésther Píscore, su epistemología, su gallinita que describe el Principio de Arquímedes y por su puesto al grande, groso, divino, y siempre inspirador Johann Sebastian Mastropiero.
Si alguna de estas referencias cae en saco roto, aquí los respectivos vídeos para recordar, descubrir y para en definitiva alegrarnos el día:
1. ¿Te gusta el cantito? Entonces cállate.
2. El biólogo de la musa de la danza.
3. La epistemología: una obra para las hormonas.
4. Un divertimento matemático.
5. Merlo amarillo: el pájaro sordo.
6. «Muchas veces mis alumnos me preguntan si la hermenéutica telúrica incaica transtrueca la peripatética anotrética de la filosofía aristotélica, por la inicuidad fáctica de los diálogos socráticos no dogmáticos. Yo siempre les respondo que no.»
7. He tratado de sobreponerme a todo…
¡Felicidades, genios!