Vuelve lo raro con Twin Peaks
Los casos no son tan simple, nada lo es en Twin Peaks…ni su regreso a la televisión.
La serie estrenó los dos primeros episodios de su tercera temporada 26 años después de que fuese cancelada. ¿Cumple con las expectativas?
Vivimos en un tiempo en que una escena que representa a la diosa del amor devorando con su vagina a un hombre o a Dios siendo interrogado por sus acciones o a alguien dando a luz un espectro negro asesino o la aparición sin explicación de una nave espacial en medio de un enfrentamiento policial aparecen en las series que vemos así como así, sin mucha más parafernalia; e incluso en este mundo, 26 años después de que Twin Peaks se estrenará en los noventa y con la televisión explotando los pozos de la creatividad que el cine parece haber abandonado, la serie mantiene aún la capacidad de confundir, sorprender y básicamente hacer que todos los espectadores terminen sus dos nuevos episodios como representaciones humanas de un enorme signo de interrogación o con la corta pero procedente pregunta ¿qué!
The Return son dos horas de televisión que poco o nada tienen que ver con nada. ¿Cómo es eso? David Lynch y Mark Frost, quienes originalmente crearon y escribieron las dos primeras temporadas de la serie, vuelven a sus andadas y se sumergen de lleno y sin advertencia en lo surreal, lo extraño y lo incómodo. Muy al estilo de sus primeras dos temporadas, estos episodios son tan particulares que es difícil encontrar referencias o conexiones con otras creaciones.
¿Y no es ese exactamente el terreno de Twin Peaks? Sí, lo es y la serie produce la sensación de haber vuelto y a la vez una extraña sensación de lejanía. La rareza abunda y en muchos casos se queda sin explicación, las dos horas son intensas y bizarras. Un ejemplo, SPOILER ALERT -aunque es sólo una pequeña revelación-, hay un árbol hablante que es realmente un brazo perdido encarnado en el árbol. Sí, exacto.
La nueva temporada de la serie tendrá 18 episodios y promete, en el mundo en que estrenos de televisión suceden todas las semanas, la competencia es feroz y mentes brillantes están detrás de los mejores productos, gobernar el espacio noticioso durante toda su emisión. Lynch y Frost se encargaron de reunir -toda una hazaña- a 30 miembros del viejo reparto y aunque todos no hacen acto de presencia en las dos primeras horas, ya habrá tiempo de ver a los particulares habitantes de este pueblo. También se unen a la serie nuevas caras, mucha gente famosa que añora trabajar con alguien como Lynch y en un producto cultural de culto como es esta serie, que se irán viendo en el transcurso de la historia.
En los nuevos episodios Twin Peaks recupera hilos narrativos previos pero también introduce lo más parecido a una nueva trama -hay mucha escena suelta en que se visita a viejos personajes pero que no parecen agregar a la narración- con el nuevo personaje llamado Bill Hastings (Matthew Lillard), un director de escuela en Dakota del Sur acusado de asesinar a la bibliotecaria Ruth Davenport. Es obvio que el caso no es tan simple, nada lo es en Twin Peaks.
16 episodios restan para volver a recorrer este insólito mundo al que Laura Palmer prometió volver cuando le dijo a Cooper que lo vería en 25 años. La atención es intensa y las expectativas altas y estos dos primeros episodios dejan claro que, por lo menos, aburrida no será. Pero después de todo ¿quién puede pensar que Lynch puede ser aburrido?