Huxley, la realidad aumentada que mejora los cultivos de marihuana
Parece una realidad lejana, casi una distopía, la posibilidad de entrar en un invernadero con unas gafas de realidad aumentada y conocer cuál es el grado de maduración de una fruta, a qué clase pertenece una planta o si requieren de más agua. Todo un mundo de estadísticas ante nuestros ojos mientras caminamos por los pasillos de este recinto cubierto.
Parece una realidad lejana, casi una distopía, la posibilidad de entrar en un invernadero con unas gafas de realidad aumentada y conocer cuál es el grado de maduración de una fruta, a qué clase pertenece una planta o si requiere de más agua. Todo un mundo de estadísticas ante nuestros ojos mientras caminamos por los pasillos de este recinto cubierto.
Sin embargo, lo cierto es que esta posibilidad está más cerca de lo que imaginamos gracias a Huxley, un sistema de realidad aumentada e inteligencia artificial diseñado para controlar las plantaciones en invernaderos y los cultivos de marihuana.
Cada vez es más habitual encontrar a granjeros y agricultores que introducen en su trabajo diario las etiquetas inteligentes e incluso drones y aplicaciones de teléfono para controlar sus producciones. Con todo, lo que pretende incorporar al universo agrícola Ryan Hooks, desarrollador de Huxley, es un sistema que les habitúe a la realidad aumentada, que les aporte toda la información en un solo vistazo.
“Me di cuenta de que nadie había creado realidad aumentada para los invernaderos”, explica Hooks a la revista Motherboard, añadiendo que existen aplicaciones para móvil, pero todas ellas requieren tener las manos ocupadas. Llevando un dispositivo como unas gafas, esto se evitaría.
La realidad aumentada podría ayudar a los pequeños agricultores a crecer más deprisa, a tener un control milimétrico de sus producciones, a pesar de no contar con los medios de los grandes productores. Además, asegura Hooks, funciona con una tecnología muy sencilla, sin grandes complejidades. “Si alguien puede conducir un coche de Uber”, justifica, “puede manejar Huxley y convertirse en un agricultor moderno”.
Entre los planes de Hooks también se encuentra crear una base de datos que se enriquezca con la información que reciba a través de las gafas, que observará la gran variedad de plantas, frutas y clases de marihuana existentes y perfeccionará los conocimientos sobre la materia. Estos datos, considera Hooks, serían de gran ayuda para universidades y equipos de investigación.
El proceso de entrenar la capacidad de mirar de Huxley podría servir a desarrolladores e investigadores para preparar un futuro automatizado donde la inteligencia artificial pueda hacer tareas sencillas, como decirnos cuándo cosechar el campo, pero también otras más ambiciosas, como descubrir nuevas curas para enfermedades.
Pero hasta que este futuro nos alcance, Huxley resulta especialmente útil para la industria del cannabis. Al menos en Estados Unidos, donde varios estados han regulado su venta y legalizado su consumo.
El mercadeo de cannabis en ese país sigue siendo ilegal a nivel federal y la Agencia de Protección Ambiental (EPA) no ha estipulado unas directrices respecto al nivel de pesticidas tolerados en sus plantaciones. De esta manera, depende de cada estado establecer el nivel máximo permitido, y en Washington y Colorado, por ejemplo, ya ha habido retiradas de productos por superar estos límites. Huxley resolvería este problema; su tecnología se erige como una garantía para confirmar que estas cantidades nunca se superan.