THE OBJECTIVE
Cultura

Las hermanas Brontë: una familia de escritoras sin anillo de compromiso

Durante un siglo de falso romanticismo tres mujeres decidieron ganarse la vida escribiendo profesionalmente bajo los seudónimos de Currer, Ellis y Acton Bell. Las novelas en cuestión han sobrevivido como imprescindibles en la literatura universal, los títulos: Cumbres Borrascosas, Jane Eyre y Agnes Grey. Sus autoras fueron Emily, Charlotte y Anne Brontë.

Las hermanas Brontë: una familia de escritoras sin anillo de compromiso

Poco tuvo de romántica la época victoriana del siglo XIX, especialmente sus restricciones de género ya habituales para las involucradas. Las mujeres que desembocaron de la corriente del romanticismo tendrían que esperar más de un siglo para votar legalmente; mientras tanto la libertad vocacional de elegir quién o qué querrían ser en la vida seguía arcaicamente atada a la posición social y el estatus matrimonial.

 

Durante estos años Oscar Wilde y Dostoievski marcaron la novela histórica, Víctor Hugo y Balzac se sumergieron en el realismo de época y decenas de autores e historias trascendentales se cultivaron para la posteridad; sin embargo, como en la mayoría de las disciplinas en ese entonces, hubo un punto común y homogéneo que le daba visibilidad casi únicamente a las plumas masculinas, ignorando por ende el potencial de mujeres escritoras que buscaban algo más en la vida que un anillo de compromiso.

 

Fue durante este siglo de falso romanticismo que tres mujeres decidieron ganarse la vida escribiendo profesionalmente bajo los seudónimos de Currer, Ellis y Acton Bell. Las novelas en cuestión han sobrevivido como imprescindibles en la literatura universal, los títulos: Cumbres Borrascosas, Jane Eyre y Agnes Grey. Sus autoras fueron Emily, Charlotte y Anne Brontë -tres hermanas originarias de Yorkshire en el Reino Unido- y junto a escritoras como Mary Shelley, Jane Austen o Simone De Beauvoir su perseverancia colocó las primeras plumas femeninas en un mundo en donde las expectativas de un mujer terminaban donde lo hacía el altar.

 

Libro Brönte
Libros miniatura escritos por los Brontë en su infancia expuestos en la Houghton Library | Foto vía: Harvard Gazette

 

Una familia literaria

Un 30 de julio de 1818 nacía Emily Brontë, la autora de Cumbres Borrascosas, una de las obras más estudiadas en la literatura y de lectura obligatoria en algunos colegios, además de referente para cientos de escritoras que hallaron en el empuje de Emily un lugar para contar sus historias. No obstante, Emily Brontë no habría publicado Cumbres Borrascosas sin la insistencia de sus hermanas, escritoras por convicción, al igual que la primera.
Tal vez por la distancia temporal o por simple omisión es frecuente oír sus nombres por separado, influyendo en las suposiciones de que el apellido en común es solo casualidad, pero al repasar su historia es evidente que Currer, Ellis y Acton Bell fueron el ensamblaje de tres hermanas convencidas de que solo bajo el alias de un hombre serían tomadas en serio por los críticos de la época.

 

Huérfana de madre y con un padre de origen irlandés dedicado al clérigo, la familia Brontë fue tan artística como enfermiza. De las cinco hermanas originales las dos mayores murieron de tuberculosis -María y Elizabeth-, reduciendo el árbol familiar a un padre estricto pero anómalamente liberal en cuanto a las restricciones intelectuales, tres hermanas inusuales y solitarias, y un hermano con las mismas aspiraciones literarias –en su caso fracasadas- que murió de un delirium tremens sumido en la bebida.
A pesar de esa tendencia temprana a la fatalidad, la familia Brontë compartió desde la infancia la pasión por las historias y las palabras, fantaseando y creando mundos imaginarios con nombres como Angria, Gondal y Gaaldine. Inclusive los delicados y mínimos libros escritos a mano por Charlotte y Branwell Brontë en su niñez se conservan en un museo en donde se pueden ver los tomos de 2,5 por 5 cm saturados de poemas, mapas, historias, dibujos y canciones que cuentan la historia de esos mundos ficticios elaborados con minucia por los hermanos.

 

Museo Brönte
Museo de las hermanas Brontë en Yorkshire Reino Unido | Foto vía: TripAdvisor UK

 

Sobrevivir o escribir

Con el paso de los años su biografía se asentó en las tradiciones de la época. Las hermanas asistieron al colegio y eventualmente terminaron su educación en casa, y en su temprana adultez todas ejercieron como institutrices con el propósito de ganarse la vida.
Sus experiencias fueron exitosamente monetizadas pero no gracias al oficio que ellas esperaban. Los meses que pasó Emily enseñando en un internado de mujeres, la experiencia de Charlotte y Anne como institutrices, y el breve periodo en el extranjero donde Charlotte y Emily viajaron a Bruselas para estudiar francés inspiraron sus primeras novelas. El enamoramiento de Charlotte hacia Constantin Heger -esposo de la directora del colegio en Bruselas- llevó a la creación de Jane Eyre, una carta autobiográfica de amor y despecho.

 

Anne, Charlotte y Emily tomaron asimismo sus tribunas familiares –como los amoríos y el alcoholismo de su hermano, o sus desengaños tempranos en deteriorados y solitarios internados- además de su precario conocimiento del mundo, para armar sus primeras y únicas novelas.
Aunque hoy en día se les presenta y confunde por separado, en vida no solo convivieron bajo el mismo techo sino que publicaron en conjunto y prácticamente escribieron sobre la misma mesa; no por eso eran una masa uniforme, pero probablemente no prevalecería la una sin la otra.

 

En 1846, las hermanas Brontë publicaron un libro de poemas financiado por ellas mismas titulado Poems bajo los pseudónimos de Currer, Ellis and Acton Bell. La tirada de 1000 ejemplares solamente vendió dos ejemplares el año de su publicación y 39 en total. Fue este “fiasco” lo que las impulsó a seguir escribiendo, esta vez novelas, y a enviar sus manuscritos a las casas editoriales. Tan solo un año después del poemario anónimo –en 1847- Jane Eyre y Agnes Grey fueron publicadas, La inquilina de Wildfell Hall y Cumbres Borrascosas le siguieron en 1848. Otros títulos se agregarían a la lista de no ser por sus prematuras muertes.

 

La brevedad de las Brontë

Puede que la generación Brontë no haya vivido lo suficiente como para llenar una estantería de obras e historias, pero los textos que dejaron marcaron un punto de inflexión en la literatura de la época, por su narrativa y estructura, por sus señalamientos y críticas, por una osadía inusual para hablar sobre la mujer sin insistir en los ultimátum sobre anillos de compromiso.
Cada una aportó una visión femenina y precisa en su brevedad. Hoy en día, gracias a estudiosos y libros dedicados al análisis de sus vidas como Las Brontë ilustradas de Haworth de Brian Wilks, Los diarios secretos de Charlotte Brontë de Syrie James o El mito Brontë de Lucasta Miller se cree que la inteligencia de Emily junto a sus delicados estados de ánimo y su predilección por el aislamiento serían en realidad señales de Asperger.

 

De Anne se habla de su dulzura y quietud, aunque no por ello sus opiniones eran menos punzantes, y así lo demuestra cuando escribe en privado:
“Me satisface el hecho de que si un libro es bueno, lo es sin importar el sexo del autor. Todas las novelas están o deberían estar escritas para que tanto hombres como mujeres las lean, no puedo concebir cómo un hombre puede permitirse escribir cualquier cosa que resulte en desgracia para una mujer, o porqué una mujer podría ser censurada por correr el mismo riesgo”
Charlotte fue tal vez la más perseverante de las hermanas, y la única que se casó – le propusieron matrimonio cuatro veces-. La primera novela que envió a una editorial fue El profesor, junto a Agnes Grey y Cumbres borrascosas, sin embargo esta fue rechazada y se publicó finalmente luego de su muerte. Con los años que logró sobrevivirle a sus hermanas publicó dos novelas más, Shirley en 1849 y Villete en 1853.

 

POemas
Poemas de las hermanas Brontë escrito bajo los seudónimos de Currer, Ellis y Acton Bell | Foto vía Librería de la Universidad de Chicago (Chicago University)

 

Crítica y legado

Las Brontë compartieron su pasión por la poesía y la lectura, escribiendo versos y relatos fantásticos en su niñez, evolucionando en su adultez hacia obras que impactaron en su tiempo y no siempre fueron recibidas de forma conciliadora por la crítica. El Profesor fue rechazado por lo menos nueve veces y de Cumbres Borrascosas se censuró su dureza e “inusual” estructura.
En su aislamiento lograron construir realidades más auténticas que las que se callaban sus contemporáneos. Su aparente desdén por las tradiciones como el matrimonio y su interés por materias usualmente retiradas ante la curiosidad de las niñas en aquella época como la geografía, la estadística y la historia hicieron de sus fugaces pasos una especie de hermandad literaria.
A pesar de sus muertes prematuras todas vivieron para ver sus obras publicadas bajo sus verdaderos nombres.

 

Emily Brontë murió el 19 de diciembre de 1848  a los 30 años, Anne le siguió  el 28 de mayo de 1849 con 29 años y Charlotte cerró el ciclo creativo de las hermanas Brontë el 31 de marzo de 1855 a los 38 años. Todas fallecieron de tuberculosis.
Su casa en Haworth fue transformada en un museo dedicado a su vida y obra, cada año miles de personas de todo el mundo visitan la antigua morada.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D