La automatización llega al campo: este es el vino francés cultivado con la ayuda de un robot
La automatización se ha ido extendiendo a más y más sectores, algunos de ellos ni los imaginamos, y desde hace unos años han ido surgiendo opiniones enfrentadas. En el caso de Château Mouton Rothschild, la voluntad es la de avanzar en este sentido. Por ello, están empleando un robot dotado de inteligencia artificial y llamado Ted para participar en el mantenimiento de la tierra y el cultivo en sus viñedos situados en Pauillac, al norte de Burdeos.
La automatización se ha ido extendiendo a más y más sectores y desde hace unos años han ido surgiendo opiniones enfrentadas, especialmente en aquellos ámbitos donde el empleo se vería más afectado. No obstante, hay marcas que guardan la pretensión de hacer las dos cosas compatibles. Así, la voluntad de Château Mouton Rothschild es avanzar en la implantación de tecnología en el campo y están empleando un robot dotado de inteligencia artificial y llamado Ted para participar en el mantenimiento de la tierra y el cultivo en sus viñedos situados en Pauillac, al norte de Burdeos, donde nacen los vinos que embotellan bajo la marca Château Clerc Millon. Entre las funciones de Ted se encuentra, por ejemplo, arrancar las malezas o labrar la tierra.
Philipe Dhalluin, portavoz de la compañía Baron Philipe de Rothschild, manifiesta que ven la robótica “como una solución efectiva para el futuro”. De esta manera, llevan varios meses ensayando con Ted en sus cultivos con la colaboración de la empresa Naïo Technologies, tal y como informa la revista Decanter.
Con todo, Philipe augura que la llegada de la automatización del campo no será absoluta y que la mano del hombre, al menos en sus campos, seguirá estando presente. Así, anticipa que los robots nunca ejercerán labores como la recogida y selección de la uva. “Cuando se trata del trabajo en el campo, los más importante para nosotros es el bienestar de nuestros empleados”, manifiesta el portavoz. “Lo que Ted permite es librarles del trabajo más monótono. Pero un robot jamás sustituirá al hombre en el trabajo de la cosecha, que es la garantía para tener un producto de alta calidad”.
La reducción del esfuerzo humano y el aumento de la productividad no serían las únicas ventajas que encuentra Dhalluin, quien sostiene que la entrada de esta tecnología también se adscribe a la voluntad global de reducir la emisión de gases de efecto invernadero. “Al tiempo que ayudamos a que el trabajo sea menos arduo y se respete más la tierra, cae nuestra dependencia a la energías fósiles y el daño causado por la maquinaría agrícola tradicional”, defiende el portavoz.
De hecho, agrega en declaraciones a la misma revista que este compromiso con el medioambiente viene de lejos y que desde 2008 han reducido un 30% el uso de químicos en sus cultivos, a la vez que han apostado por métodos orgánicos y biodinámicos.
Por otra parte, la empresa Symington Family Estates también ha comunicado la entrada de robots en sus campos, a los que llama ‘vine scouts’ (exploradores de la viña, en castellano), que monitorizan la salud del viñedo y alertan sobre cualquier problema que pueda empeorar la calidad final del producto. Para orientarse de manera autónoma dentro de los cultivos, los robots se sirven de tecnología GPS. En este caso concreto, el proyecto, que cuenta con fondos de investigación europeos, comenzó en 2016 y se enmarca en un plan a tres años que nos ayudará a dilucidar cómo la tecnología puede mejorar la calidad de los productos agrícolas.