Unicornios, quitaos de en medio que han llegado las llamas
Unicornios quítense del camino que han llegado las llamas
Los unicornios dan paso a que un animal menos fantástico se convierta en el estampado de moda este año. Ha llegado (finalmente) el momento de decir adiós al animal fabuloso con figura de caballo y con un cuerno en mitad de la frente para exclamar: “¡No drama, llama!”, uno de los eslóganes también de la temporada que cominza.
Los orígenes exóticos de las llamas permiten que combinen con las últimas tendencias de los cactus o los tonos brillantes pero estos animales han llegado, no solo para estampar suéters o camisas, sino para decorar tus cojines, muebles, utensilios de cocina e incluso acompañarte en el día de tu boda. Sí, así como lo lees.
Las fundadoras de Classy Camelids que organizan terapias con llamas y alpacas, también las ofrecen como acompañantes para futuros matrimonios. Ya muchos las han incluido en su lista de invitados.
Estos tiempos piden alegría y realidad, nada de dramas ni tampoco las fantasías a las que nos tenían acostumbrados los unicornios, que suelen ser saltarines y dejar halos de arco iris a su paso, aunque probablemente el unicornio sobreviva como emblema de esta época. De hecho, las llamas en la vida real también están siendo utilizadas para terapias en pacientes con diversidad de trastornos como problemas de percepción y de los sentidos, autismo, experiencias traumáticas, trastornos de comportamiento y minusválidos. Lo mismo en adultos con enfermedades psiquiátricas o con problemas de manejo de estrés.
La ‘alpacaterapia’ o ‘lamaterapia’, es una novedosa técnica de trabajo con animales, que se suma a las ya conocidas terapias con delfines, caballos o perros. Al ser tranquilas, nada peligrosas y muy exóticas, generan en las personas una experiencia única, ya que parecen unos peluches gigantes pero de verdad.
También la cuenta de Instagram «Llama with no drama» busca desestresar a sus seguidores con los viajes de ese tierno peluche alrededor del mundo.
Las llamas son nativas de América central y del Sur. Pertenecen a la ‘familia camelidade’ y se encuentran en abundancia en el Altiplano de los Andes de Perú, Chile, Ecuador, Bolivia y Argentina. Hasta la llegada de los españoles al continente americano, fueron utilizadas en lugar del caballo, del buey, de la cabra y de las ovejas para realizar labores de carga. También se aprovechaban su carne y su lana.