THE OBJECTIVE
Cine

España no es país para galgos

Febrero es el mes de los galgos, pero no por buenas razones. Cuando termina la temporada de caza de la liebre, aumentan de forma significativa los casos de abandono. Eso, en el mejor de los casos, porque la realidad es que muchos son torturados y cruelmente asesinados. Por desgracia, está claro que España no es país para galgos. Actualmente, es el único país de la Unión Europea que permite la caza con perros, lo que tiene como consecuencia que cada año nazcan miles de galgos criados sólo para cazar.

España no es país para galgos

Febrero es el mes de los galgos, pero no por buenas razones. Cuando termina la temporada de caza de la liebre, aumentan de forma significativa los casos de abandono. Eso, en el mejor de los casos, porque la realidad es que muchos son torturados y cruelmente asesinados. Por desgracia, está claro que España no es país para galgos. Actualmente, es el único país de la Unión Europea que permite la caza con perros, lo que tiene como consecuencia que cada año nazcan miles de galgos criados sólo para cazar.

Uno de los factores más preocupantes es lo corta que es la vida útil de los animales en este sector, tres o cuatro temporadas de caza como mucho. Algunos galgueros incluso renuevan a sus perros cada año y los antiguos son simplemente desechados. Organizaciones especializadas calculan que cada año son abandonados en España más de 50.000 galgos. Algunos aparecen deambulando por los pueblos en busca de comida, otros, con menos suerte, aparecen ahorcados y con el microchip arrancado, y otros ni siquiera aparecen.

Por suerte, son muchas las asociaciones que luchan día a día por cambiar la realidad de estos perros. Asociaciones como SOS Galgos, Galgo Leku o Galgos 112, que en esta época se ven desbordadas por el número de abandonos, pero que trabajan todo el año para conseguir que los galgos sean perros de casa y no de caza. Trabajadores y voluntarios que curan las heridas físicas y emocionales de quienes tienen la suerte de ser rescatados y no descansan hasta conseguir el hogar ideal que les garantice el amor y la estabilidad que tanto merecen, muchas veces fuera de España. Alemania, Bélgica y Francia son los países que más perros españoles adoptan.

¿Qué pasa el resto del año?

Aunque cueste imaginarlo, el terrible final no es siempre la peor parte de la vida de un perro de caza. Muchos viven encerrados, en condiciones deplorables y son entrenados con técnicas que incluyen, por ejemplo, obligarlos a trotar cada día más de 15 kilómetros atados a la parte trasera de un coche en marcha. El documental ‘Febrero, el miedo de los galgos’, dirigido por Irene Blánquez Ballester, muestra a la perfección lo dramática que es la situación que viven estos perros. No contiene imágenes explícitas. No las necesita.

Febrero, el miedo de los galgos de Waggingtale Films en Vimeo.

Siglos y siglos de sufrimiento pueden terminar con una legislación que proteja al animal y prohiba, de una vez por todas, la caza con perros. Porque los galgos son los más perjudicados, sí, pero no son los únicos. Podencos y otras razas corren la misma suerte. Las estadísticas de los casos atendidos por el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) entre 2012 y 2016 muestran que alrededor del 40% de los perros afectados por algún tipo de maltrato eran perros de caza. Y el último estudio de la Fundación Affinity sobre abandono y adopción establece que el 13% del total de abandonos de 2016 se produjo justo al final de la temporada de caza.

La tradición no puede ser una excusa para mirar hacia otro lado, mucho menos una forma de relativizar el maltrato. #FreeTheGalgo

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D