Estas son las inquietudes de 28 Erasmus ante el reto europeo
“Se te abre la mente” y formas “una nueva familia de todos los lugares del mundo”. Son las secuelas del programa Erasmus, que en 2017 celebró su trigésimo aniversario y en el que han participado hasta el momento un total de cinco millones de personas, según cifras del Gobierno.
“Se te abre la mente” y formas “una nueva familia de todos los lugares del mundo”. Son algunos de los ‘efectos’ que los estudiantes destacan del programa Erasmus, que en 2017 celebró su trigésimo aniversario y en el que han participado hasta el momento un total de cinco millones de personas, según cifras oficiales. Así lo cuentan a The Objective la croata Emma y la griega María, dos de los 28 jóvenes internacionales que se han reunido en Madrid con motivo del Día de Europa para compartir sus experiencias como usuarios de la beca Erasmus en España y para debatir sobre el futuro de la Unión Europea.
«Europa sufre tres problemas principales», confiesa el estudiante italiano Daniel cuando explica cuáles son su inquietudes, que se ha encargado de iniciar el debate. «Trump, que ha alejado Estados Unidos del continente, el Brexit y el auge de los partidos de extrema derecha”, concluye. Otros estudiantes, como Ana, de Londres, destacan la escasa protección del medio ambiente, «porque el cambio climático es una realidad», o la necesidad de mejorar la política migratoria, ya que «entre los ciudadanos hay una conciencia de odio hacia el diferente», pese a que «todos deberíamos concebirnos como iguales».
«Hay una cuestión clave: la brecha entre generaciones”, apunta Jasmine, estudiante finlandesa. «Yo, como joven, conozco lo que puede ofrecerme la Unión Europea, pero las personas mayores quizá no», ha planteado Jasmine, que ha relacionado esta realidad con los resultados del Bréxit. «Los jóvenes querían quedarse», indica. Esta observación encuentra apoyo en el sondeo que realizó en marzo la plataforma Yougov, que rebeló que el 79% de los jóvenes de Reino Unido está preocupado ante la perspectiva de que la salida de la UE pueda dejarlos con menos derechos de los que poseen actualmente.
Por su parte, Dimitri Barua, jefe de prensa de la Representación de la Comisión Europea en España, se muestra de acuerdo con esta apreciación. «Tenemos que comunicar mejor y contar Europa a través de historias que conecten con la gente”, comenta. «No se trata sólo de invertir dinero. Hay que conseguir que la gente de la calle deje de percibir Europa como algo distante y algo que no entiende», admite.
Beneficiarios de la beca
En sus inicios, el programa Erasmus consistía únicamente en un intercambio dirigido a los estudiantes universitarios, a los que se les ofrecía la posibilidad de acudir a la universidad de un país europeo para desarrollar parte de su formación. Actualmente, los beneficiarios de esta beca, que desde 2014 ha pasado a conocerse como Erasmus+, no son sólo los alumnos de estudios superiores, sino también los matriculados en estudios de educación básica o formación profesional, además de profesores y voluntarios. Este nuevo programa busca apoyar «la educación, la formación, la juventud y el deporte en Europa», según explica la Comisión Europea (CE), la entidad que lo gestiona.
«Es una de las mejores decisiones que he tomado en mi vida”, cuenta en una entrevista con The Objective una estudiante danesa que decidió venir a España para aprender una nueva lengua y conocer otra cultura y que, gracias al programa Erasmus+, ha descubierto que «aunque los españoles y los daneses somos diferentes, tenemos la Unión Europea en común».
«Vivir en el extranjero me ha servido para descubrir que mis costumbres y mi manera de vivir no son las únicas que hay en el mundo», cuenta, por su parte, Kassia, originaria de Polonia y estudiante de Filología Hispánica en la Universidad Autónoma de Madrid. «Te das cuenta de que las cosas se pueden hacer de otra manera”, reconoce.
Qué mejorar de la beca Erasmus
Si bien la mayoría de los beneficiarios del programa destacan mayoritariamente sus virtudes —conocer gente de diferentes países, aprender idiomas, descubrir nuevas culturas o conocer otros sistemas educativos—, todos coinciden a la hora de identificar su principal defecto: la insuficiente cuantía de la beca. «Creo que se podría mejorar», opina Emma, que explica que para ella es suficiente porque tiene trabajo, pero que algunos de sus amigos se van «a países más baratos» que España, en los que «la cantidad de dinero es suficiente».
El presupuesto destinado por la CE al desarrollo del programa Erasmus+ entre 2014 y 2020 es de 14.700 millones de euros, de los que en 2017 se emplearon 2.500 millones. Pero el importe de la beca no es el mismo para todos los estudiantes, sino que es mayor o menor en función del nivel de vida del país de destino, que puede ser cualquiera de los 28 miembros de la Unión Europea, además de Liechtenstein, Islandia, Noruega, Macedonia o Turquía.
Atendiendo a este criterio, la Unión Europea distingue tres grupos. Los estudiantes que realizan su programa de movilidad en los países del Grupo 1, que se considera que tienen un nivel de vida más alto, reciben una ayuda mensual de 300 euros, los del Grupo 2 reciben 250 y los del Grupo 3 obtienen 200.
«Además de los países hay que mirar también las ciudades y el nivel económico de las familias porque yo, por ejemplo, sin la ayuda de mis padres no podría haberme venido aquí de Erasmus», confiesa Cassia. La estudiante polaca considera que la cuantía «se podría mejorar para una ciudad como Madrid», donde «la beca te da para pagarte la casa y nada más«. «En una ciudad más pequeña como Sevilla te puedes apañar más o menos, pero en Madrid es imposible».
María, que viene de Grecia, está de acuerdo con Cassia. Considera que «depende del país de destino», pero que en Madrid la beca es insuficiente. «Los pisos aquí son muy caros y tiene que haber equilibrio», opina. Una crítica que cobra aún más importancia al ojear las estadísticas de la Comisión Europea, que revelan que uno de cada tres estudiantes de Erasmus proviene de un entorno desfavorecido. En este sentido, la CE ha propuesto «incrementar sustancialmente las partidas dedicadas a la juventud, incluido el programa Erasmus+ en el próximo presupuesto para 2021-2027«.
A pesar de esta crítica común, todos los estudiantes consideran que el programa Erasmus+ es una gran oportunidad que no hay que desaprovechar. «Nos abre muchas puertas y nos ofrece muchas oportunidades para nuestro futuro», opina María. «Es genial para crecer», dice Emma. «No lo dudes”, le dice Cassia a cualquier estudiante que no tenga claro si solicitar la beca. «Definitivamente, vete”, dice una estudiante danesa. «Es una experiencia muy interesante y es algo que no hay que perderse», concluye.