Lori Meyers: "No se puede ser políticamente correcto todo el rato y en el arte menos"
Una entrevista que es en realidad una conversación a tres voces. Son los Lori Meyers, Noni, Ale y Alfre, recordando a su pueblito granaíno, debatiendo sobre condenar a raperos por sus letras, explicando su obsesión por los festivales y sobre todo agradeciendo a la gente, a la música.
«De eso se trata, cuando lo haces bien, la música deja de ser de la gente que la creó y se vuelve de la gente que la escuchó».
En esta frase está recogida la historia de los Lori Meyers. Ese grupo que formaron unos chavales de Loja que querían hacer otra cosa, algo que no sonara a palmas y folclore. Que pasaron las penurias de empezar, pero a los que todo les valió la pena una noche de hace muchos años en Madrid, cuando las 80 personas de la sala Moby Dick cantaron sus letras. «Fue un punto de inflexión mental para entender que estaba sucediendo algo, que había que empezar a tomárselo en serio. Como con la primera firma de discos, que hicimos también allí y no sabíamos ni qué firma hacer. Teníamos la del DNI que era más fea que ná».
Ahí comenzó el viaje. La cuenta, 20 años, 21 canciones. Su vida y travesía convertida en un doble disco, comentado por toda esa gente que les vio hacerse grandes, llenar salas sin parar, petarlo en aquel concierto del SOS 4.8 en Murcia delante de 40.000 personas, editar siete discos, convertirse en uno de los grandes referentes de la música indie española. Porque con los Lori se ha cumplido eso que pasa con la música cuando se hace bien, como les escribió el productor Sebastian Krys: lo que habían creado ya era de la gente.
Quedamos con Antonio López, Alfredo Núñez y Alejandro Méndez entre pegatinas del nuevo disco y botellines vacíos de cerveza en una sala del hotel Capitol de Madrid. Para una entrevista que es en realidad una conversación a tres voces. Son Noni, Ale y Alfre recordando a su pueblito granaíno, debatiendo sobre condenar a raperos por sus letras, explicando su obsesión por los festivales y sobre todo agradeciendo a la gente, a la música. «¿Cuánto tiempo vamos a tardar nosotros en devolverle a la música todo lo que nos ha dado? Es imposible. Tendríamos que hacer 100 discos y seguirían siendo malos».
¿Estos ’20 años, 21 canciones’ han sido por culpa de la gente?
Alfredo: Totalmente. De hecho fue uno de los posibles títulos que queríamos ponerle. Nosotros no hemos sido un grupo de radiofórmula ni de estar muy metido en la industria, así que ha sido la gente la que nos ha colocado en el puesto en el que estamos. De gente que ha hecho suyas nuestras canciones.
¿Este disco es un punto y aparte? ¿Un parón en el camino para volver a empezar?
Noni: Cumplimos 20 años y aunque a nosotros no nos gusta mirar atrás, es como un inciso, un punto y coma. Queríamos recordar a mucha gente que pasó por el grupo, que nos ha ayudado… Toda la gente que ha escrito sobre los canciones es gente que nos ha conocido durante estos 20 años.
Alejandro: Hemos intentado que sea gente con relación con la carrera del grupo o que le guste. Es una idea diferente a hacer un recopilatorio con canciones editadas. Creo que la gente lo va a disfrutar, porque es una visión externa y no simplemente musical. Jon Sistiaga está con el niño hablando en el coche, Monaguillo escribe desde el humor, José de Supersubmarina es más emocional porque Vigilia le sirvió a él para hacer el grupo. Cada uno ha elegido la que más le gustaba, hay muchos singles pero también caras B. Son un recorrido por estos 20 años.
¿Qué lección os ha enseñado la música después de 20 años?
Alfredo: Respeto a la música en general y a todo el mundo que se sube al escenario, porque igual cuando empezamos teníamos más prejuicios en los estilos musicales. Pero cuando ya te montas en un escenario y sabes lo que se pasa, lo que hay detrás, el trabajo de cada músico, independientemente del estilo, pues lo respetas.
Noni: A mí el grupo me ha ayudado mucho como persona, era peor persona antes del grupo. Aunque ahora tampoco soy excesivamente bueno.
Alejandro: Empezamos muy jóvenes, por lo que esto no ha sido una empresa como negocio, sino una empresa de vida, hemos aprendido a llevar nuestra vida con la música como futuro. A ser maduros. Todo lo maduro que puede ser un rockero.
Vosotros que lo habéis vivido desde dentro, ¿cómo ha cambiado la música indie durante estas dos décadas?
Noni: Es la peor manera de verlo… Pero se ve que se están cociendo cosas buenas, que van saliendo grupos nuevos. Cada vez las ramificaciones de la música alternativa te ofrecen más cosas, desde electrónica hasta fusión con flamenco o muchas otras cosas como el trap. Todo esto forma parte de la ola con mucho contenido que hay ahora. Cuando la ola baje desaparecerán muchos festivales y grupos inventados por los festivales. Desaparecerá todo lo que no sea auténtico.
¿Qué significa para los Lori ser independientes?
Noni: Alternativos. Hemos hecho lo que queríamos hacer, las canciones de los Lori son solo de los Lori, no hay más trampa ni cartón. Esta camisa me la he comprado yo, este pantalón también… Nosotros solo queríamos ser nosotros mismos. No pensamos en otra cosa.
Alejandro: El indie a principio de los 90 era como ir en contra de los grandes.
Noni: Todo lo que venga de esa inocencia, de esas ganas de hacer algo, a mí me parece guay, música aceptable. Cuando es un producto, una boy band, algún concurso, pues no lo veo tan natural. Todo tiene que existir. Solo que yo no lo consumo.
Si volvemos al principio, a Loja, a la furgoneta prestada, a la falta de pasta. ¿Cómo recordáis ahora todo aquello?
Noni: Con cariño, porque te ves como si fueras otra persona. Ahora tiene cosas guays, pero está todo mucho más mecanizado, a veces es como si fueras un robot.
Alfredo: Y con un poco de orgullo también, es un grupo que sale de Loja, que no es Madrid, donde no había prácticamente cultura musical. Coño que salimos de un pueblo del sur, que es muy difícil que alguien allí te ampare…
Alejandro: Haciendo rock, no haciendo estilos más típicos que salen en la radio de allí, que esto no es folclore andaluz.
Alfredo: Orgullo de haber tenido la osadía y la valentía de haber creído en nuestras canciones.
Vuestras canciones son, en general, bastante disfrutonas. ¿Tiene la música que ser de alguna forma comprometida o con hacer disfrutar y soltar lo que sientes es suficiente?
Noni: Es un híbrido, lo que suelta el artista también tiene un componente social. Es normal que ahora haya un repunte de letras sociales porque la sociedad en la que vivimos está empujando al artista a quejarse, a reivindicarse. Cuando pasen 20 años y esta crisis haya pasado, los artistas habrán reflejado el momento. Y eso es bueno que pase. Aunque nosotros lo hemos dicho: nuestra historia va más con amor y desamor, con amor contigo mismo, cosas más psicológicas.
Alejandro: Pero es que el mundo se cambia también desde esos valores más generales. El amor al planeta: ahí ya estarías en un contenido social. El amor es lo que mueve el mundo y te puede permitir desde hablar de la relación con una pareja a hablar una relación con la sociedad. Con un lenguaje sencillo, porque no vas a hacer poesía, vas a hablar con el lenguaje de la calle.
¿Pero creéis que hay miedo en la industria a decir las cosas claras?
Alejandro: Es que es muy complicado. Está todo muy polarizado y en las redes sociales te metes en un follón solo por dar una opinión. La gente no pilla los matices, no hay escala de grises. Los artistas tienen no el miedo, sino la delicadeza.
Noni: Yo no he sentido miedo en mi vida. ¿Un rapero siente miedo a decir lo que piensa porque ahora lo pueden meter en la cárcel? No creo. Yo creo que ahora están pasando cierto tipo de cosas porque hubo una ley que se aprobó hace un tiempo y esa ley pues habrá que destituirla para que este tipo de chorradas no pasen. Pero realmente, espero que nadie tenga miedo.
Valtonyc huyó de España donde había sido condenado y no entró en la cárcel. ¿Creéis que tiene límites la libertad de expresión o es, como ha dicho Noni, una chorrada que se meta a la gente en la cárcel por sus letras?
Alejandro: Esto es una pregunta que responderíamos a nivel personal cada uno, no hay una respuesta de grupo.
Noni: Yo pienso que es una chorrada, de una ley que es una chorrada también. La gente tiene derecho a decir lo que quiera. De todas las maneras no van a hacer ná de daño, yo no veo ningún delito en que la gente vocifere o que se cague en algo. Seguramente habrá un momento en el que el insulto tenga un límite o no, no lo sé. A mí cuando me han insultado, me suda… vamos, me da igual.
Ale: Que el rapero cante eso no es malo ni va a hacer que pase nada malo, pero hay otro tipo de efectos: si te permito eso, a otro le voy a permitir que haga una cosa peor. Y eso puede llevar a otro tipo de problemas y es verdad que hay que poner un límite. Aunque a lo mejor la ley es demasiado restrictiva.
Noni: El arte no puede censurarse.
Alfredo: La libertad de expresión en el arte no puede censurarse. El límite es la educación.
Ale: Tú no puedes cagarte en los muertos de una persona, ya sea en el rey o en quien sea, porque te va a denunciar.
Alfredo: Libertad de expresión sin coartarla, pero con educación. Y no me refiero ya al rapero, no digo que lo que él ha cantado me parezca una falta de educación, sino que hablo en general. Lo que no podemos confundir, y es muy básico esto, es la libertad con el libertinaje.
Noni: Pues yo puedo decir lo que quiera, me puedo cagar en tu puta madre.
Ale: Pero hay que poner límites. Aunque quizás la ley actual es demasiado restrictiva.
Alfredo: Es una cuestión de educación porque aquí desde el año 75 las libertades se abrieron para todo el mundo. Esto parte desde que somos pequeñitos y te enseñan que hay que respetar al que piensa igual y al que piensa diferente.
Noni: No, pero es que en el arte eso no tiene por qué ser así. Las sociedades justo cambiaron porque había gente que se arriesgaba, que hacía cosas que no estaban permitidas ni bien vistas. No se puede ser políticamente correcto todo el rato y en el arte menos. En el arte si quieres decir algo, lo dices y ya está.
Ale: Si se puede decir todo lo que quieras, pero puedes llegar a joderle la vida la persona que quizás no tiene culpa.
Alfredo: A pesar de lo que dice Alejandro, yo no censuraría nada.
Ale: No, censurar no.
Noni: Me parece un atraso.
Ale: A mí también.
Alfredo: Y condenar a alguien por lo que ha soltado por el micro me parece también un atraso.
Vuestro gran concierto será el 29 de diciembre. Queda muchísimo todavía y ya estáis anunciándolo a bombo y platillo. ¿Qué va a pasar?
Alejandro: Lo anunciamos hace seis meses ya, la gente se creía que era el 29 de diciembre del año pasado. Por un lado, vamos a intentar que la gente entre en el mundo de los Lori Meyers. Y por otro, hay que parar, parar la maquinaria del directo. Hacer un chequeo y hacer otro disco y acabar este camino. Cerrar un poco una etapa.
Mientras tanto tenéis cita por casi toda España. ¿Qué os pasa con los festivales que vais a todos?
Noni: Es que somos amigos de todos los promotores.
Ale: Hemos crecido con ellos, es una relación natural. Cuando empezó la eclosión de los festivales fue en 2008 o 2009 y nosotros ya teníamos tres discos. Esa relación de haber crecido con ellos, con los festivales que apuestan por el producto nacional, por los grupos españoles. Tenemos una relación de cariño con los que la organicen. No queremos tampoco dejar de lado las salas que es un tejado muy importante para que los grupos empiecen. Somos un grupo que hemos tenido grandes noches en festivales, creo que se podría decir que somos un grupo de festivales, aunque eso hoy tiene la connotación que parece negativa, porque parece que hay una burbuja pero tenemos esa buena relación. Los dos mundos: salas y festivales.
Alfredo: Tampoco hemos hecho tantos, pero la cosa es que cuando salías con la letra chiquitita, te podías jartar de hacer 40 en el verano y parecía que no estabas en ninguno, ahora estando en letra grande, con que estés en siete ya parece que estás en todos. Es que yo creo que al grupo le han servido los festivales para crecer en el escenario. El espectáculo que llevamos de pantallas, luces y todo, entonces en muy pocas salas podemos hacerlo, para dar un espectáculo, acorde con lo que queríamos expresar.
Y, ¿cómo lleváis que después de hacer un centenar de canciones la gente se siga volviendo loca con las mismas, como pasa con ‘Emborracharme’?
Alejandro: Es que se han hecho ya parte de la cultura popular. Es una canción que se utiliza ya para todo, incluso hace nada para llamar a los runners a hacer una maratón. Una canción que habla de alcohol y fiesta. Si la habéis utilizado para eso, es ya de contenido popular.
Alfredo: Todos los grupos grandes tienen canciones así. Los Beatles, Dylan… Que deben de tocar ya todo el resto de su vida.
Noni: Menuda mañana llevas hoy eh… comparándote con unos grupitos… Led Zeppelin, Bob Dylan…
Alfredo: Digo que quieres escuchar su parte más musical que digas qué buenos músicos son y luego sus éxitos. Quieres un poco de todo. No hay que renegar de las canciones que han llevado a los grupos a donde están.
Noni: Hombre, si que es verdad que tienes canciones que luego realmente ni las tocas. Porque si tienes un festival de 60 minutos y has sacado un disco con 13 canciones de las cuales 8 nunca se van a tocar porque también tienes que hacer un híbrido de gente que ha venido por primera o segunda vez a verte y quieren escuchar ¿Aha han vuelto?, Emborracharme y Mi realidad. Hombre ahí sí tenemos la típica dicotomía de: “Ay, se hacen canciones que luego no se tocan”. Pues nada, a joderse, no haberse hecho músico. Ahora les gustan dos y vas a tener que tocarlas.
Y para terminar, un recuerdo que tengáis guardado de estos 20 años, 21 canciones. Algo que digáis solo por esto ha merecido ya todo la pena.
Noni: Cuando le has puesto a los niños a los Lori en la barriga, cuando ahora tenemos muchos fans chiquititos porque los padres eran fans o porque se conocieron en un concierto de los Lori. O una vez que vi a dos niñas llorando a lágrima viva cuando tocábamos Impronta. Cosas emotivas, que alguien se emocione con lo que has hecho. ¿Qué mas quieres? Te haces inmortal porque tu obra se queda ahí durante mucho tiempo a no ser que llegue una hecatombe mundial y se pierda todo lo digital. Seremos inmortales hasta ahí.