Walt Whitman, el poeta que puso ‘cachas’ a los hombres estadounidenses
Sí, Walt Whitman, el hombre que revolucionó la poesía estadounidense fue columnista de fitness en el otoño más ‘healthy’ de su vida.
Aconsejaba hacer una hora de deporte al día, dejarse la barba para no resfriarse, lanzar piedras al aire y “sacudir a un enemigo invisible”. La editorial Nórdica ha publicado ‘La Guía de la salud y el entrenamiento masculinos’, los artículos que el autor de ‘Hojas de Hierba’ escribió como columnista de fitness.
“A ti, oficinista, hombre de letras, persona sedentaria, hombre de fortuna, ocioso, te digo… ¡LEVÁNTATE!”. O mejor, sigue leyendo. Porque el autor de frases como esta fue nada menos que uno de los más grandes poetas de todos los tiempos, Walt Whitman, que además de haber cantado ‘al cuerpo eléctrico’ en el magistral poemario ‘Hojas de hierba’, que Gertrude Stein definió como “la autobiografía de todo el mundo”, también “entrenó” el cuerpo de los estadounidenses. Sí, el hombre que revolucionó la poesía norteamericana fue columnista de fitness en el otoño más ‘healthy’ de su vida.
Hace un par de años un estudiante de doctorado de la Universidad de Houston descubrió una serie de artículos titulados ‘La salud y el entrenamiento masculinos’ publicados en 1858 en un diario que ya pasó a mejor vida, el ‘New York Atlas’. Su autor firmaba como Mose Velsor, uno de los seudónimos empleados por el poeta, que tuvo que trabajar como periodista para hacer frente a dificultades financieras tras haber publicado ‘Hojas de Hierba’ –él mismo se costeó su primera edición-. Y como nadie puede esquivar su pasado, ni siquiera haciendo sentadillas, sus columnas de consejos sobre dieta y ejercicio, sexo, aseo, belleza e incluso calzado fueron recopiladas primero por el ‘Walt Whitman Quarterly’, y ahora llegan a España de la mano de Nórdica, en una en edición adaptada y maravillosamente ilustrada por Matthew Allen.
“La salud masculina. ¿No hay cierto encanto, una magia fascinante en estas palabras?”, escribió Velsor-Whitman, en esta ‘Guía para la salud y el entrenamiento masculinos’ que, más allá de la anécdota, destila parte de la filosofía vital de alguien que siempre amó la naturaleza y las cosas bellas de la vida, un ‘poeta de la gente’ que rompió moldes en su tiempo hablando sobre lo que nadie hablaba y escribiendo como nadie lo hacía. Pero además nos permite conocer una época oscura de su vida, con los fracasos comerciales de ‘Hojas de Hierba’, las durísimas críticas sobre su contenido sexual –llegaron a catalogarlo de “basura profana y obscena” y a él de “gil pretencioso”- y la escritura en paralelo de los poemas de ‘Calamus’, que hablan de las relaciones del narrador con su amante también varón. Aunque, de acuerdo a Ed Folson, editor del ‘Walt Whitman Quarterly’, sobre todo exploran el afecto masculino justo antes de la Guerra Civil y “cómo sería el país si los hombres se relacionasen no a través de la competición sino del cariño”, publicó el ‘Houston Chronicle’. De hecho, el poeta comulgó con el ejemplo al marchar de enfermero voluntario a la guerra.
Dado que hay quien rescata del Paleolítico (y reinventa) hábitos de vida saludables que siguen hasta futbolistas, te proponemos (a ti, varón) ‘el Método Whitman’ para lograr “una mirada despejada, la tez transparente, un aliento agradable, la voz timbrada y un temperamento poco o nada irritable”; es decir, una salud de hierro. Si funciona, ya sabes a quién agradecérselo…
1. Haz tres comidas diarias
“El desayuno normal de un hombre sano podría consistir en un plato de carne fresca, poco hecha, magra, sin grasa ni jugo, una rebanada de pan y, si se quiere, una taza de té, que debe dejarse para el final. Si hay patatas cocidas, y se quiere tomar una, se puede hacer. La comida debería consistir en un buen plato de carne fresca (si es de vaca, magra, poco hecha, a la parrilla o asada, mejor), con los menos condimentos posibles. Recomendamos que la cena, que no debe ser a una hora tardía, siempre sea ligera. De vez en cuando esta comida podría consistir en fruta, ya sea fresca, a mediados y finales del verano, o en compota, en invierno y primavera”.
2. Practica una hora de ejercicio cada mañana
“(Aquel) que pone atención… en el fortalecimiento de la salud y de un físico varonil hará bien en dedicar una hora por la mañana (pongamos que de 10 a 11) a algunos ejercicios para los brazos, manos, pecho, columna, hombros y cintura: levantar pesas, hacer ejercicios de boxeo o atacar con brío el saco (un gran saco lleno de arena, colgado de tal manera que pueda ser golpeado convenientemente con los puños). Esto debería hacerse sistemáticamente, y aumentarse gradualmente a medida que se va endureciendo el ejercicio”.
3. Mejor al aire libre que en el gimnasio
“Lanzar una piedra al aire con una mano y cogerla con la otra mientras se camina durante media hora o una hora seguida. Empujar o hacer rodar una piedra pequeña con el pie, aumentando así la fuerza de las rodillas, tobillos y músculos de la pantorrilla. Sacudir a un enemigo imaginario, lanzando golpes decididos y continuos con los puños cerrados (…) Estos, y muchos más trucos sencillos, están al alcance de cualquiera, todos ellos buenos y conducentes a la salud, destreza y desarrollo varoniles, y para muchos, preferibles al gimnasio organizado”.
4. No pases mucho tiempo con mujeres. Sí con amigos
“El hombre que se agota de continuo entre mujeres no es apto, ni puede serlo, para engendrar hijos sanos y varoniles. Estos serán enclenques y escrofulosos, un tormento para sí mismos y para quienes estén a su cargo”.
5. Déjate barba para no resfriarte y ponte calcetines
“La barba es una gran protección sanitaria para la garganta. A efectos de la salud, se debería llevar siempre, igual que el cabello. Vestir los pies es importante. Calcetines limpios, de algodón en verano y de lana en invierno, con cuidado de elegir bien la talla. Son pequeñas cosas, pero de estas cosas pequeñas dependen muchas otras, sí, hasta las más importantes…”.
Y si esto no es suficiente, prueba a hacer pesas con la última edición de ‘Hojas de Hierba’, porque 389 poemas escritos en casi 40 años pesan lo suyo. Mens sana incorpore sano. O eso dicen.