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Cómo Gran Bretaña expande los límites del jazz

Para muchos, el jazz parecía algo que otras personas escuchaban. Pero durante los últimos años esto ha cambiado drásticamente, el género ha tenido una transformación impresionante. Cuando Kendrick Lamar sacó su álbum To Pimp a Butterfly, el mundo del jazz evolucionó.

Cómo Gran Bretaña expande los límites del jazz

Para muchos, el jazz parecía algo que otras personas escuchaban. Pero durante los últimos años esto ha cambiado drásticamente, el género ha tenido una transformación impresionante. Cuando Kendrick Lamar sacó su álbum To Pimp a Butterfly, el mundo del jazz evolucionó. El álbum mezcló el jazz con el hip-hop y se expuso a una nueva generación. Esto no solo hizo del jazz un género inmediatamente más accesible, sino que al ser tocado por personajes cósmicos como lo son Thundercat, Kamasi Washington y el grupo The West Coast Get Down, el jazz se convirtió nuevamente en un género cool. 

En Reino Unido, un nuevo y emocionante movimiento de jazz ha aparecido. Como ocurrió con Lamar, Thundercat y Washington en Los Ángeles, el movimiento británico nace de sonidos sumamente experimentales, así ha logrado llegar e inspirar a generaciones más jóvenes y diversas. A diferencia de otros movimientos, la mayoría de los músicos se encuentra entre los 20 y 30 años de edad y vienen influidos por distintas culturas. El movimiento, que se inspira en el género británico grime, ha creado una comunidad propia afuera de las discográficas y salas de concierto más grandes, «creando sus propias carreras, con sus propias ideas y sus propios modelos de negocio», cuenta a The Objective Emily Moxon, socia de la discográfica de Londres Brownswood Recordings.

La música de estos artistas tiene influencias de todo tipo de géneros, ya sea hip-hop, neo-soul o de la música africana y caribeña. Aun así la influencia del jazz clásico se nota y se puede encontrar bebop, hardbop o smooth jazz en distintos locales o discográficas.

Una cuestión importante es que estos sonidos nuevos no solo se escuchan en las presentación. Como pasó con el acid jazz de los 80, el jazz se ha vuelto a escuchar también en discotecas. DJs británicos como Bradley Zero y Floating Points han liberado el jazz en las pistas de baile del Reino Unido. «La diferencia entre el movimiento de los Estados Unidos y el del Reino Unido es que el nuestro está apoyado en gran parte por la cultura de clubes de Londres. El jazz ha evolucionado y ya no es un género que se escuche en un bar sentado. No es extraño salir de noche y encontrarte a gente sudando por bailar al ritmo de Pharaoah Sanders», explica Moxon.

El movimiento no ha aparecido de la nada, como explica Moxon: «Mucho del crédito al movimiento debería ir a instituciones como Tomorrow´s Warriors, jazzre:freshed, Trinity College London y Arts Council England. Que se han dedicado y han hecho una inversión a largo plazo en el jazz, formando a niños desde pequeños y no solo enseñándoles a tocar instrumentos sino también, enseñándoles valores y a buscar su propio estilo; a darles una salida en general en el mundo de la música». Los artistas de la escena sienten este apoyo por parte de su ciudad y lo aprecian con esfuerzo y mucha creatividad.

Además de contar con el apoyo de instituciones de caridad, discográficas como Brownswood recordings que trabajan con el propósito de «inspirar a los artistas, capturar la esencia e historia del artista para poder contarla a través de nuestro manejo a la prensa, las ilustraciones, vídeos y demás que le ofrecemos a nuestros artistas», han ayudado a hacer crecer la escena sin dañar el mensaje que desean transmitir, explica Moxon. «Siempre hemos intentando darles espacio a la hora de trabajar dejando que su creatividad fluya».

Un álbum en concreto pone en escena el movimiento, de la misma discográfica en la que trabaja Moxon, se trata de We Out here. El disco es una recopilación de artistas de Londres acorde con el gusto de Brownswood Recordings, y desde su lanzamiento en febrero no ha dejado de recibir aclamaciones de críticos y fans por igual. Los artistas que participaron en la grabación en su mayoría se conocían de antes, e incluso colaboraron juntos en las distintas canciones del álbum. Aunque estos artistas estén colaborando constantemente unos con otros (adentro y fuera del disco), cada uno permanece con un sonido y un estilo distinto. De esta manera, el álbum logra mostrar la variedad de culturas y de música que se vive hoy en la capital británica.

Debido al éxito del álbum, la discográfica Brownswood incluso llegó a hacer un documental que muestra la grabación y comentarios de los artistas participantes, contando una historia de amistad, comunidad y de las influencias que la ciudad de Londres, que estos artistas llaman «casa», les ha dado a cada uno.

 

Blue Lab Beats

Un claro ejemplo de la mezcla de jazz con hip hop es el duo Blue Lab Beats, el duo – NK-OK y Mr DM – está formado por dos amigos del norte de Londres que al combinar la guitarra eléctrica, sintetizadores, una sensibilidad inclinada al hip hop, con una amplia imaginación, logran crear un sonido genial además de original. 

El duo se identifica con el género jazztronica, NK-OK comenta en una entrevista para the clash: «Nuestro sonido es una mezcla de los dos mundos. La electrónica por mi lado, con los beats programados de hip-hop y neo-soul. Después viene Mr DM con las armonías y la estructura, y al juntar los dos te encuentras con lo básico que representa el jazztronica. No solo tiene que ser hip-hop y jazz, puede ser del tipo de música electrónica que quieras, pero con una influencia del jazz».

El sonido de su álbum debut, Xover, es prácticamente un manifiesto de este sonido, tan atrevido como extenso, repleto de invitados estelares de la emergente escena de Londres, está unido por el mismo propósito. En otra entrevista, esta vez por el Standard, el grupo fue preguntado por su definición de jazz: «Expresar sentimientos. Contar una historia. Transmitir un mensaje», responde NK-OK. «Comunicarse con los músicos a tu alrededor», responde Mr DM. «Libertad», corean los dos.

 

 Zara Mcfarlane

Con una voz espectacular —de esas que hacen carreras— pero apoyada por determinación, imaginación, creatividad y esfuerzo, está Zara Mcfarlane, con un premio MOBO al mejor acto de jazz en el 2014, tres discos bajo el brazo y trabajando al unísono como líder de banda, productora y su propia manager. Está recopilando muchos fans en el mundo del jazz. En su último disco Arise, Zara, como el resto de los artistas del jazz británico, busca expandir su sonido. Con esto en mente viaja a Kingston, Jamaica, para investigar la música folk del país del que son originarios sus padres. El disco, sacado a finales de 2017, mezcla el jazz londinense con la kumina del Congo y el reggae jamaiquino, así Zara rastrea su patrimonio de Londres a Jamaica pasando por el Congo.

La mezcla de la búsqueda de su patrimonio, junto con la situación social actual del mundo en general y del Brexit en el Reino Unido ha logrado que, a diferencia de sus dos discos anteriores, su último álbum estuviera «más enfocado en las letras», explicó la artista a Teju Adeleye en una entrevista a NTS. Además, esta misma situación política ha llevado a la artista a hablar de temas delicados, cosa que no había hecho antes. «Sí toco temas socio-culturales pero solo un poco. Por ejemplo, Fussin’ and Fighting’ se trata de levantarse y defender lo que uno cree, y en Stoke The Fire se trata de la falta de confianza de la gente en el gobierno», comenta la artista en otra entrevista para el Rhytm Passport.

 

 

Mark Kavuma

Nacido en Uganda pero criado en Londres, el trompetista y compositor Mark Kavuma es una presencia joven e importante en la escena contemporánea de Londres. Kavuma se encuentra trabajando en una serie de proyectos, que incluye el liderazgo de su propio cuarteto y del sexteto The Banger Factory, una extensión del grupo más pequeño. Además, es el líder de los Floor Rippers, una banda infundida de hip-hop que toca como residente en el Hootenanny en Brixton, también es el trompetista de la banda que todos los domingos desde hace 23 años protagoniza una noche de jazz en The Haggelston, uniéndose a esta banda hace seis años. Además, trabaja como educador ejerciendo de tutor profesional para la banda de la comunidad Kinetika Bloco.

El artista, que toca un jazz más clásico con claras influencias del Bebop, al escucharlo se puede observar una clara influencia en Miles Davis. En una entrevista para The Floating Roots, Kavuma habla de cómo su colaborador Brian Edwards es otra de sus grandes influencias. De nuevo mostrando cómo estos artistas se ayudan entre ellos para mejorar musicalmente inspirándose y trabajando unos con otros. El trompetista recientemente sacó su primer disco, Kavuma.

El álbum es sumamente personal, casi todas las canciones están basadas en algún lugar o persona de especial relevancia para él. En la entrevista a de Floating Roots, Kavuma comenta que escribió Into The Darkness a los 16 años y que desde entonces la ha tocado miles de veces con sus amigos, siendo ésta una canción que ha existido durante toda su carrera, evolucionando y cambiando con el paso de los años.

 

Otros artistas

Este movimiento parece no tener fin, artistas cómo: Alfa Mist, Nubya Garcia, Kokoroko, Alfa Mist, Moses Boyd, Matthew Halsall, Shabaka Hutchings, Ezra Collective, Theon Cross, Joe Armon-Jones, y muchos más. Han creado estilos distintos y han expandido un género que hasta ahora estaba olvidado, un género que para muchos representa la cumbre de la música ligada al romanticismo. El límite de la expansión de este movimiento parece no tener fin, no cabe duda que para los fans de jazz vienen unos años llenos de emoción, nueva música, fiesta, salidas de noche y sobre todo mucho jazz.

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