Tiempo de cavas... y de 'no cavas'
¿Buscando espumosos para las fiestas? La variedad no va a ser un problema. Aquí las recomendaciones de Víctor de la Serna.
Cada año que pasa tenemos que acostumbrarnos más a encontrarnos con botellas de vino espumoso español, y de los buenos, en las que no figura la palabra ‘cava’, que es la denominación oficial aquí del método tradicional de elaboración de Champaña, con la segunda fermentación en botella. Y es que la desunión en el mundo del cava se traduce en el abandono de esa denominación por parte de algunos productores en protesta por la estrategia de precios bajísimos y calidades anodinas que ha sido durante años la del sector.
Los disidentes se han ido mayoritariamente a la DO Penedès, con la que la mayoría de los productores de cava coinciden territorialmente, y que ha creado una categoría de ‘espumosos Penedés’ para esos descontentos. Destacan aquí prófugos como Mas Comtal, Mas Bertran, Loxarel y la interesante bodega familiar Colet, siempre orginal, creadora con el Equipo Navazos (Jesús Barquín y Eduardo Ojeda) del proyecto Colet Navazos: dos espumosos rematados, a modo de ‘licor de expedición’, con pequeñas dosis de viejo vino generoso andaluz.
Raventós i Blanc, otra bodega de prestigio -t representante de una de las familias más históricas- también ha dejado la denominación Cava, pero no se ha ido a otra: está intentando actualizar la vieja apelación Conca del Riu Anoia.
En la DO Cava intentan contrarrestar esta ruptura relanzando su imagen con la creación de una categoría especial, de grandes vinos de prestigio: los cavas de paraje, es decir, procedentes de viñas específicas de gran mérito. Ya se ha concedido una docena de esas subdenominaciones de paraje, y veremos el porvenir. Por ahora hemos visto vinos buenos, pero no lo que en Francia llamarían ‘Grand Cru’.
Lo que sí es evidente es que unas cuantas bodegas fieles a la DO Cava han seguido haciendo grandes vinos, a veces remando en contra de esa tendencia generalizada al producto barato, y los dos grandes ejemplos son Recaredo y Gramona, que muestran el camino elaborando vinos de clase mundial, muchos de ellos comparables con los grandes champanes. Eso sí, con su personalidad propia, porque ambas casas trabajan con uvas primordialmente autóctonas, encabezadas por la xarel-lo. Y con una dedicación especial a los cavas de muy larga crianza.
La DO Cava no es sólo catalana, ya que ocupa territorios variados (Valencia, Extremadura, Rioja), donde también vemos algunos productores de interés. Y, tanto por el método tradicional como por el menos costoso del ‘granvás’ (segunda fermentación en depósito), que es el del famoso ‘prosecco’ italiano, van surgiendo en varias zonas del país espumosos de verdejo, de albariño, de palomino, de moscatel…
Un ejemplo simpático y barato pero bien atractivo y sabroso es el del espumoso rosado de uva bobal que hace en su bodega el futbolista Andrés Iniesta: su Corazón Spumante Rosado.
Vamos: que la variedad no va a ser el problema en estas fiestas.