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Metáforas exageradas y mucho semen: así son las peores escenas de sexo en la literatura

Encontrar una mala escena erótica o de sexo en la literatura es algo más común de lo que debería. Demasiadas metáforas, o demasiado explícito sin necesidad, posturas imposibles y fantasías increíbles son algunas de las cosas que arruinan la descripción de los episodios de sexo incluso en novelas realmente buenas.

Metáforas exageradas y mucho semen: así son las peores escenas de sexo en la literatura

Encontrar una mala escena erótica o de sexo en la literatura es algo más común de lo que debería. Demasiadas metáforas, o demasiado explícito sin necesidad, posturas imposibles y fantasías increíbles son algunas de las cosas que arruinan la descripción de los episodios de sexo incluso en novelas realmente buenas.

Desde 1993, los Bad Sex Awards galardonan a un autor que ha escrito una mala escena de sexo en una buena novela. El objetivo de este premio es “llamar la atención sobre pasajes de descripción sexual mal escritos, superficiales o redundantes en la ficción moderna”, y a lo largo de los años ha sido otorgado en su mayoría a escritores hombres, pues solo tres mujeres lo han recibido: Rachel Johnson, Nancy Huston y Wendy Perriam.

Entre los nominados a este premio se encuentran a menudo autores conocidos por la buena calidad de sus obras, como Haruki Murakami, que también fue nominado al premio Nobel alternativo, aunque él lo rechazó.

Estas son algunas de las peores escenas de sexo de la literatura, seleccionadas entre los ganadores y los nominados a estos premios a lo largo de su historia.

James Frey por Katerina

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El libro ‘Katerina’ ha llevado a James Frey a ganar este premio. | Foto: Amazon

“Estoy duro y dentro de ella, follándola en el lavabo del baño, su pequeño vestido negro y ajustado todavía puesto, su tanga en el suelo, mis pantalones por mis rodillas, nuestros ojos cerrados, nuestros corazones y almas y cuerpos bloqueados. Córrete dentro de mí. Córrete dentro de mí. Córrete dentro de mí”. Este párrafo, entre algunos otros de la novela Katerina, llevó a Frey a ganar el Bad Sex Award en el año 2018.

«Cegado sin aliento temblando abrumado, explotando blanco, Dios me corro dentro de ella, mi polla palpitando, somos ojos gimiendo, corazones, alma, cuerpos, uno. Uno. Blanco. Dios. Semen. Semen. Semen. Cierro mis ojos, exhalo mi aliento. Semen. Me recuesto sobre ella ambos respirando, aún estoy dentro de ella sonriendo. Coge mis manos, las levanta y las coloca en torno a su cuerpo, me rodea con sus brazos, nos quedamos quietos y respiramos, duro dentro de ella, apretada y cálida y húmeda en torno a mí, respiramos. Ella me empuja suavemente, nos miramos a los ojos, sonríe». Así narra Frey uno de los encuentros sexuales entre Jay y su amante Katerina, una modelo noruega, en un baño de París.

El autor se tomó el premio con deportividad y buen humor y dijo sentirse “profundamente honrado por recibir este prestigioso premio”.

Haruki Murakami por El asesinato de Il Commendatore

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Murakami estuvo a punto de ganar el Bad Sex Award en 2018. | Foto: Editorial Tusquets / Grupo Planeta

“Mi eyaculación fue violenta y repetida. Una y otra vez, el semen salía de mí, rebosando su vagina, dejando las sábanas pegajosas. No había nada que pudiera hacer para pararlo.
Si continuaba, me preocupaba quedarme completamente vacío”, comienza el fragmento de la novela de Murakami por el que fue nominado a estos galardones del mal sexo en la literatura.

“Yuzu dormía durante todo esto, sin hacer ni un ruido, su respiración nivelada. Su sexo, sin embargo, se había contraído alrededor del mío, no lo dejaba ir. Como si tuviera un propio deseo firme y estaba determinada a exprimir hasta la última gota de mi cuerpo”.

En las escenas de sexo de su novela, por las que compitió con Frey por el premio del año 2018, Murakami llega a comparar la vagina con “mantequilla caliente”.

Erri de Luca por El día antes de la felicidad

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El escritor italiano ha sido galardonado con numerosos premios. | Foto: Amazon

El escritor italiano Erri de Luca ha ganado numerosos premios, incluido el Premio Europeo de Literatura, y ha sido calificado por el diario Corriere della Sera como “el escritor de la década”. Sin embargo, sus escenas de sexo en El día antes de la felicidad no cuadran con esta imagen del autor, que fue elegido por el jurado de los Bad Sex Awards como ganador del premio en el año 2016.

“Mi polla era una tabla pegada a su estómago. Con un giro de sus caderas, me dio la vuelta y estaba encima de ella. Abrió sus piernas, se subió el vestido y, sosteniendo mis caderas sobre ella, empujó mi polla contra su apertura. Yo era su juguete y ella se movía alrededor. Nuestros sexos estaban preparados, listos con expectación, apenas tocándose uno a otro: Bailarines de ballet flotando en pointe”.

El autor, al contrario que otros ganadores del premio, no hizo comentarios sobre esta decisión del jurado.

Aniruddha Bahal por Bunker 13

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El autor de ‘Buker 13’ se mostró sorprendido al saber que había recibido el premio | Foto: Amazon

“Sus bragas son blancas y traslúcidas. Puedes ver el pelo oscuro pegado a ellas por dentro. Hay también un diseño. Jadeas. ¿Qué es eso? Te preguntas. Ves un coño de diseño, pelo recortado y ordenado en forma de esvástica, el denominador ario…”.

Por este fragmento, entre otros, decidió el jurado otorgar el Bad Sex Award del año 2003 al autor indio Aniruddha Bahal, que se mostró sorprendido al conocer por qué se le premiaba.

Melvyn Bragg por Un tiempo para bailar

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Bragg recibió el primer Bad Sex Award de la historia. | Foto: Amazon

“Nos corrimos juntos, ¿te acuerdas, siempre con ternura, al principio, como una introducción caballeresca de lo que iba a ser una batalla sensual voluptuosa?”. Así empieza la escena de Un tiempo para bailar por la que el autor Melvyn Bragg recibió el primer Bad Sex Award de la historia, en el año 1993.

“Y entonces estaríamos en la cama y yo tocándote, hambriento. Los ojos cerrados, los dedos dentro de ti, metiendo la mano en el derretido fluido de seda – un mapa en relieve de misterios – el ansioso clítoris, oliendo a ti, nuestras lenguas imitando los dedos, tus manos agarrando y acariciándome, pero también cuidando de no excitarme demasiado”.

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